Dos

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¿En verdad todo esto era para algo? Si le preguntasen a Kazuha la respuesta seria un indudable si, realmente era para algo. Siendo sensatos era un increíble plan, de enemigos a amantes nadie podía dudar que era una novela digna de leer y aunque era un típico cliché era uno que muchos disfrutaban, Kazuha no estaba fuera de ellos así que no pensó en mejor forma de obtenerlo que con el lindo chico de la carrera de derecho. No era un blanco fácil y eso era lo que mas le gustaba.

Hablando realmente de quien era Scaramouche, un hombre simple en verdad pero con una linda cara y poca altura lo que lo hacia resaltar con su corte de pelo violeta. No había demasiado que codiciar, pero en torno a su personalidad ahí estaba la cereza del poste. Scara era muy creído, los demás eran mucho menos que él, tenia un gusto por reírse de la gente, burlarse mejor dicho porque si fuera por él le habría faltado el respeto hasta al mismísimo director, de hecho quién dijo que no lo hizo. Básicamente un idiota pero aun así era unos chicos mas deseados de toda la universidad porque llegar a él, a su verdadero yo, parecía casi imposible.

Kazuha no lo veía así, él ya había tratado con ese tipo de personas antes y todas acababan cayendo en sus trampas, solo era cuestión de jugar con el contrario hasta que lo deseara tanto como lo hacia él.

Bueno en realidad ya había conseguido un progreso, no es solo un rumor que Kazuha vendia droga o como él le decía "conectarse con la naturaleza", esto por supuesto llegó a los oidos agudos de Scara y muy decidido a incriminarlo se  dirigió a  hablar con el peliblanco para obtener pruebas de que lo estaba haciendo en espacios universitarios y de formas muy descaradas.

— Scara mi amigo, ¿Cómo va todo últimamente? 

— No somos amigos Kazuha, esto son simples negocios. Vos me das lo que yo quiero y entonces yo te doy tu paga, simples y crudos negocios.

Dios es tan lindo y tan tonto.

— No no obviamente, ¿Pero no quisieras probar el producto antes de tu primera compra? Tengo una sensible política de protección a mis compradores.

Scaramouche rio en voz alta, burlándose 

— ¿"Protección al cliente"? Kazuha vendes drogas, no estas dando objetos de defensa personal

— No, eso es verdad pero estas cosas también pueden ser peligrosas si eres demasiado débil y entiendo completamente que no las quieras probar, debe ser difícil para alguien como vos. Tan solo y pequeño, seguramente te pegaría mal o terminarías con una adición. Realmente lo entiendo.

— Ugh que falsa compasión de mierda que tenes, dámela y te voy a mostrar que no soy para nada como estas diciendo, idiota.

Mmm... En realidad era lindo.

Scaramouche tomo el cigarro armado de forma casera de la mano de Kazuha y con el encendedor, que llevaba para sus cigarrillos mentolados, lo encendió. Con la primera pitada sintió el amargo gusto que llevaban estas cosas encima, luego intentó inhalarlo y le fue peor, aunque él fumase mentolados esto no se le parecía, el humo era mas denso. Probablemente por el escaso filtro que usaba Kazuha al hacerlos. Luego de la segunda pitada vino la tranquilidad y decidió darle una tercera a la cual no le encontraba mucho efecto, haciendo así que de a poco se le fuera terminando.

— ¿Cómo te sentís Scara? Todavia tenes buen color así que yo creo que vas a estar bien, sorprendente que lo hayas terminado, la mayoría se rinde con la primera por la sensación del humo en sus pulmones. De igual manera acompáñame, vamos a un lugar para estas ocasiones porque falta un rato si es que te va a pegar realmente.

De mala gana Scaramouche lo siguió porque en realidad no tenía mas que hacer y no querría estar solo si algo le pasase. Aunque el camino era largo ninguno de los dos dijo nada o eso era así hasta que Scara comenzó a reírse por cada cosa que veía, ya si esta fuera una hormiga o la forma de caminar de Kazuha, ésta última lo tuvo lanzando carcajadas por al menos 15 minutos del trayecto, porque según él dicho peliblanco caminaba como drogado aunque no lo estuviera.

(🍃)

— Por última vez, no fumé nada. Esta es mi forma de caminar normalmente y también es la forma de conectarme más con la naturaleza, me hace sentirme en sintonía con ella.

Algo que como respuesta obtuvo simplemente más y más risas. Kazuha se sentía bendecido, si esto era lo que requería para verlo realmente al chico que le gustaba. No era una mala opción.

Finalmente luego de 30 minutos aproximados caminando llegaron, era una pequeña casa del árbol que tenia un cartel de propiedad privada en la lejana puerta, si le preguntaran a Kazuha que de donde había salido la misma diría que era de su familia porque de hecho tendría sentido ya que la casita estaba en medio de la nada, pero era evidente que era de alguien más, un niño probablemente que se haya mudado o que la haya dejado olvidada. Pero ahora eso no importaba porque era el refugio del peliblanco, el cual no permanecería solo por mucho tiempo.

— Vamos Scara subamos, arriba vamos a poder descansar.

— Descansa vos si queres, yo podría caminar otra hora más.

— No caminamos tanto, realmente te pegó. Es mejor que subamos sino te van a comer el culo los osos.

Sin chistar Scaramouche subió las delgadas escaleras de madera, realmente necesitaban un cambio si Kazuha no quería caerse una de las veces que subiera. Instantáneamente una vez arriba ambos se dejaron caer en los almohadones y el sillón de las esquinas, totalmente cansados por el largo tramo.

— Sabes que yo nunca me había sentido tan bien, hace tiempo de hecho que no me siento bien. Ni siquiera se porque te digo esto pero sentí la necesidad de decírselo a alguien, perdón

¿Perdón, acaso Kazuha acababa de oír la palabra con P salir de la boca del engreído peli morado? Esto podría ser fácilmente el mejor día de toda su vida, estaba tan feliz que quería besarlo, pero antes de que pudiera hacer algo mas escuchó un sollozo que no podía creer. 

Scaramouche estaba llorando, ese Scara, el idiota de la clase de derecho estaba llorando delante de él.

— ¿Qué pasa tonto, tan mal te pegó?— Kazuha intentó alivianar el ambiente con una risita pero no había caso, el contrario se estaba ahogando con sus propias lagrimas y parecía que realmente estaba sufriendo. Como si necesitara llorar hacía bastante tiempo, el peliblanco se cambio de lugar para sentarse a su lado, sorpresivamente lo primero que el Scara alcanzó a hacer fue abrazarlo y seguir llorando, un abrazo que Kazuha no negó y no cuestiono, ni siquiera lo sobre pensó. Simplemente era lo que el chico que le gustaba necesitaba en ese momento.

Duraron así unos minutos hasta que Scara se separó, limpió sus lagrimas con su camiseta y bajó la escalera tan rápido como pudo, saliendo del pequeño bosque como acto seguido, dejando un dolido Kazuha, con el corazón en la boca preguntándose si lo que había hecho era tan malo como parecía.

Their historyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora