Capítulo 12

492 85 12
                                    

Amanecí en la cama del hotel como la mañana anterior, pero esta vez tenía a mi lado al hombre que me volvía completamente loca.
Estaba de lado y me abrazaba tan fuerte que me costaba respirar.
Dormía relajado, tenía la boca entreabierta y su pelo estaba revuelto; varios mechones le caían sobre la frente haciéndolo irresistiblemente guapo.
Cerré los ojos con fuerza y los abrí para comprobar que aquello no era un sueño. No lo fue; a mi lado tenía al chico más maravilloso que podría haber conocido.

Que bonita casualidad haberme chocado con él esa mañana.

Solté un suspiro y sonreí. Estaba profundamente enamorada de él.
Luca empezó a abrir los ojos lentamente mientras que con su mano se peinaba un poco esos mechones rebeldes que le caían sobre la frente. Me miró con esa sonrisa preciosa que hacían sus labios.

- Buenos días, mi bella ragazza. -besó mis labios.
- Buenos días, cariño. -le devolví el beso. - ¿Cómo has dormido?
- Mejor que en toda mi vida. -apoyó su cabeza en mi pecho y me abrazó con más fuerza aún. - ¿Qué te apetece hacer hoy? -Luca empezó a darme pequeños besos por el cuello.
- Podríamos quedarnos todo el día aquí... -sonreí pícara. - Es una pena que tengamos que dejar la habitación hoy.  ¿Nos levantamos y preparamos las cosas para irnos?
- Si quieres, pago un día más y lo aprovechamos aquí los dos. Comámonos a besos, Mara.
- Eso suena muy bien. También podríamos  darnos un baño. Uno como el que nos dimos la primera vez que me quedé en tu casa a dormir. -sonreí con vergüenza al recordar aquella noche.
- ¿Quieres que te enjabone otra vez con mis manos? -mi chico se estaba encendiendo. Sin esperarlo, me dio un bocado en el cuello.

Recuerdo el día que nos bañamos juntos por primera vez, la manera en la que me desnudó fue placentera y a la vez una tortura. Me excitó muchísimo, estábamos listos para hacer el amor por primera vez, pero recuerdo que su teléfono nos interrumpió y al final solamente nos dimos un baño, pero fue especial y lleno de sentimientos.

Mi móvil comenzó a sonar y tenía la sensación de saber quien era.

- ¿Quién es?. - pregunto despreocupada intentando no reírme.
- ¿Cómo que quién soy? ¿Mara eres tonta o qué?. -mi amiga estaba enfadada. - Llevo toda la noche sin pegar ojo pensando en cómo estarías. Te recuerdo que tú novio vino a verme preocupado para explicarme qué pasó, luego tú me llamas llorando y después nuestro jefe me pregunta que si sé algo más de ti. -Noah gritaba.
- Noah, cálmate. Tienes razón; tendría que haberte escrito anoche y decirte que todo estaba bien.
- Noah, te prometí cuidar de ella. -gritó Luca a mi amiga para que lo escuchase.
- ¡Joder Mara! ¿estás con Luca?. Sois los dos unos auténticos capullos. -seguía gritando.
- Cariño perdóname. Luca se presentó aquí anoche, nos pusimos a hablar y.. -mi amiga me interrumpe.
- Bueno, te entiendo. -su voz era mas calmada. -Podríamos quedar los cuatro para comer. -Noah dijo ahora con voz ilusionada.
- Pequeña cascarrabias.. -volvió a gritarle Luca.
- Cállate Luca. -mi amiga ahora reía.
- ¿A las dos en Vips?
- Allí nos vemos, te quiero. -y colgó.

Luca se había levantado de la cama y se dirigía al baño. Iba totalmente desnudo, mientras me daba la espalda pude observarlo detenidamente; no podía creerme que un chico como él, con ese físico quisiera estar con una chica como yo. Podría estar segura de que nunca había estado con una chica como yo, con mi físico imperfecto; solo había que ver a su ex...

- Mara, esta noche la pasaremos aquí también. Después de comer con Noah, vendremos aquí y no dejaré de besarte hasta mañana que nos vayamos. -guiñó uno de sus preciosos ojos color café.
- Estoy deseando que pase la hora de la comida. -sonreí divertida.
- ¿Te apetece un baño antes de irnos?. -dijo alzando sus cejas de arriba abajo.

Nos dirigimos al restaurante donde habíamos quedado con Noah y su chica. Tenía muchas ganas de conocer a Alba y poder pasar un rato con ellas y con mi chico.
Voy cogida de la mano de Luca, no ha soltado mi mano desde que salimos por la puerta del hotel. Antes de venir a comer, fuimos a casa para coger ropa, para cambiarme.
Noah me había escrito para decirme que nos esperaban dentro, así que cuando llegamos nos metimos directamente. Allí estaba mi mejor amiga, con una sonrisa preciosa. Se notaba que estaba completamente feliz, su chica no dejaba de mirarla y de acariciarle la mejilla.
Luca llego donde estaban ellas y le tapo los ojos a Noah.

- Luca, se que eres tú. Tus manos son inconfundibles. -mi amiga palpaba las manos que le tapaban los ojos.

Mi chico se rió y abrazo por detrás a mi amiga dándole un beso en la mejilla. Yo me acerque hasta Alba y me presente, le di dos besos y un abrazo. Esta chica era guapísima.

- Luca, ella es Alba, mi novia. -mi amiga le dedicó a su chica una sonrisa cómplice.
- Un placer conocerte, Alba. -Luca se acercó y le dio dos besos.

Mi amiga me miro.

- Tú, señorita, dame un beso y un abrazo, y ya hablaremos en otro momento.

Pedimos la comida y pasamos un rato muy bueno. Alba era súper simpática y no dejo de bromear durante toda la comida. Nos contó cómo conoció a Noah y lo que tuvo que hacer para que mi amiga se fijase en ella.
Luca estuvo contando cosas de Italia y nos prometió que pronto haríamos un viaje para enseñarnos lo más bonito de allí.
Terminamos de comer y Alba tenía que marcharse a casa; trabajaba por la noche y quería descansar un poco. Mi amiga decidió acompañarla y Luca y yo nos fuimos para el hotel para comenzar con nuestra tarde de besos.

Estábamos en la cama desnudos, Luca me acariciaba la espalda, mientras me daba besos por el hombro. Nos pasamos toda la tarde besándonos y Luca me volvió a hacer el amor como sólo él sabía.
Había anochecido y el sonido de mis tripas hizo que supiésemos que era la hora de cenar.

- Parece que alguien tiene hambre y no precisamente de mí. -Luca reía burlón.
- La verdad es que tengo un poco de hambre. -me di la vuelta en la cama.

Luca se agacho y posó sus labios sobre mi barriga y empezó a darme besos por toda ella.

- Vamos a alimentar a mi bella ragazza.
- ¿Pedimos algo?. -cogí la carta del menú que había en la habitación.
- Ni hablar. -me quitó la carta de las manos. - Aún tenemos que celebrar algo. -mire sin saber que quería decir.
- La otra noche fui un auténtico idiota y no pudimos celebrar nuestra cena especial. Me gustaría que la celebrásemos cariño. -besó dulcemente mi frente.
- No es necesario, Luca. -tapó mi boca con su mano.
- Por favor, Mara. Quiero cenar contigo, celebrar que estamos juntos, que te quiero muchísimo y que todos los tíos que haya allí sientan envidia por ser yo quien te puede besar. -metió un mechón de mi pelo por detrás de mi oreja.
- Esta bien cariño. -rocé sus labios con los míos.

Nos habíamos arreglado para salir a cenar y mi chico estaba como de costumbre, increíblemente guapo.
Llevaba un jersey azul marino que se le pegaba a su tonificado cuerpo, unos vaqueros oscuros y unas deportivas oscuras.
Yo me puse un vestido negro muy sencillo con unas sandalias coral. Mi cuello lo adornaba un collar que me regalo Noah para mi cumpleaños, e iba maquillada muy natural. Iba sencilla pero muy guapa. Desde que empecé a salir con Luca, todos los días me veía demasiado bonita.

- Mi niña, estas preciosa. -rodeó sus brazos a mi cintura.
- Tú tampoco estás nada mal. -me acerqué para besarlo.
- Te quiero, Mara Astrain. -dijo sobre mis labios.
- Y yo a ti, Luca Gianetti.

Salimos de la habitación y estábamos esperando el ascensor. Luca me tenía cogida de la mano, de una manera posesiva, giré mi cuello para mirarlo y me agarró de la cintura para darme un beso detrás de la oreja. Justamente en ese momento, una voz femenina nos sobresaltó.

- ¿Luca?. -sonó esa voz femenina que me resultaba familiar.
Me giré y allí estaba esa mujer otra vez.
¿De verdad no podría tener una velada tranquila con mi chico?

- ¿Qué haces con tu compañera de trabajo en un hotel?. -preguntó con cara de sorpresa.

Y ahora era cuando venía otra vez la decepción...mi segunda decepción.

Confié mi cuerpo en tus manos [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora