Descubrimientos

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Alexandra

Han pasado dos horas desde que se que mi madre ha fallecido por culpa de ese estúpido trabajo que tanto le gustaba. Siempre dije que tanto enfermo iba a acabar con ella pero nunca pensé que sería algo tan radical, Ed está conmigo pero sus intentos de consolarme son en vano, pues no es la muerte de mi madre lo que me hace sentir así, es algo que va más allá de mis conocimientos.

-Edmund, cállate. No es que mi madre haya muerto, es el hecho de que sin ella no encajo en ningún sitio.
-Vamos Alex, no seas así eres perfecta lo tienes todo
-No sigas, siempre dices lo mismo. No lo entiendes-Dije acercándome a él
-Alexandra tienes 16 años, yo a tu edad recibí noticias que nunca hubiera querido saber, pero sigo igual.- decía mientras me abrazaba
-Solo me sacas dos años, hablas como mi abuelo
-Hueles raro, ¿Dónde has estado?
-Hace un rato que salí de la ducha
-16 años, ¿verdad?
-Los cumplí la semana pasada, así que, sí.
-Alex debo volver a casa ¿qué te parece si vienes conmigo?
-Necesito dormir
-No discutas, sabes que vendrás.

Cojo mi mochila y entro en su coche, se que es inútil discutir.
De camino a su casa hay un silencio sepulcral, se palpa la tensión pero no se porque.
Dudo si debo decir algo, o el silencio esta bien, pero es que odio no saber que piensa, tiene el rostro inescrutable y soy incapaz de imaginar que es lo que esta pasando por su cabeza.
Por fin llegamos a su casa ,su madre, Shaun, nos espera en la puerta, asiente a su hijo con la cabeza, como si supiera que pasa, aunque no le he visto coger el teléfono ni una sola vez.
Su hermana Jane aparece por la puerta, es tan guapa como su hermano, su larga cabellera rubia cae sobre sus hombros con una perfección que se podría temer, sus ojos azules son tan claros como los de su hermano y su cuerpo para tener solo 14 años es perfecto.
Ella y Edmund se parecen mucho, ambos rubios, con ojos azules y cuerpos de ensueño, tienen una belleza angelical, tanta que debo apartar la mirada para no morirme de celos.
Yo no soy nada del otro mundo, o eso creo yo. Tengo el pelo muy largo y cobrizo, ojos verdes, labios rojos y soy demasiado delgada para cumplir el canon de belleza. Pero por alguna extraña razón todos dicen que tengo algo especial.
Cuando bajo del coche veo que Ed ya esta junto a su madre, ambos hablan con caras de preocupación, de vez en cuando me miran por lo que se están hablando de mí y eso me hace sentir incomoda.
Han pasado horas, quizás tan solo unos minutos, pero es como si el tiempo avanzara lentamente para torturarme recordándome que mi novio y su madre hablan de mi, de algo que aun no se que es.
Por fin veo que se dirige hacia mi persona aunque no se si eso me alivia o me hace sentir peor, los nervios me estan consumiendo
-Alexandra, debes volver a casa
-¿Cómo que Alexandra? ¿Por qué? ¿Me has hecho esperar aquí solo para que me digas que debo volver a casa cuando te dije bien claro que no quería venir?
-Alex, no hagas esto más complicado de lo que ya es. Por favor llama a Peter para que venga por ti.-Dijo entrando en su casa dejándome en el frío de la noche.
No entendia que mosca le habia picado.

-Te dije que no era bueno para ti-Dijo Peter cuando le expliqué lo ocurrido
-Peter, no ha sido un día fácil, por favor déjalo estar
Asintió con la cabeza y siguió el camino en silencio.
La carretera se veía diferente sin el sol, aunque muchas veces la había visto así.
Ahora que Edmund no esta ni tampoco mi madre, me siento sola. No se si Ed y yo seguimos juntos, o la conversación que ha mantenido con su madre ha hecho que se rompa lo que teníamos.
Mientras pienso en el vacío de mi interior me doy cuenta de que Peter no es como los demás, huele a peligro con un regusto a mar, además ha perdido esa belleza que antes tenía, sigue siendo guapo, pero de una manera distinta a la de antes, no se parece a la belleza de Ed, tampoco a la de los modelos, y mirandolo detenidamente veo ciertos parecido entre nosotros. Las faciones nuy marcadas, el pelo sorprendentemente brillante y unos ojos profundos como el mismisimo oceano
Pero eso es imposible, aunque ahora que lo pienso, él siempre fue asi, belleza sobre natural, un enigma en si mismo. Pero esas mismas palabras me habia dedicado él millones de veces.
Siento que estoy descubriendo algo que no debería, pero una vez que he entrado en mis cavilaciones, ya no puedo parar.
Uno nuestros parecidos una y otra vez, busco explicaciones coherentes que expliquen lo que esta ocurriendo, pero nada, no las encuentros.
Noto que el coche esta parado, pero me niego a irme sin una respuesta, quiero saber que esta pasando, y antes de que piense lo que hago las palabras se escapan de mi boca:
-¿Qué es lo que eres?
-¿Cómo?-Pregunta obviamente sorprendido
- Nunca te obligaría a contármelo, pero merezco saber por qué te pareces a mi
-Sabía que te darías cuenta, pero no esperé que fuera a ser tan pronto
Me coge de la mano y me pide que le imite y cuando me doy cuenta, me encuentro en el agua a una gran profundidad, nadando tan velozmente, que pierdo el conocimiento.

Fire of angels, En alas del inframundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora