Capítulo 28

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-Chicos, podéis dejar el porno para después, ahora necesito ir a comer algo antes de que me desmaye y tengáis que llevarme en hombros.-Dylan me miraba con una sonrisa burlona como insinuando que le había salvado.

Fuimos andando a la hamburguesería. Todo el camino consistió en Kevin diciéndole a Dylan que no se podía escapar, que tenía que seguir las reglas como todos.

-Tío, relájate, ya tienes polvo para esta noche, deberías estar contento y dejar de echarme la bronca-Me reí

-Eres idiota, quién ha dicho que vaya a ser con Kevin, quizás sea contigo-Dylan me puso un brazo sobre los hombros y nos seguimos riendo.



Nos sentamos en unas sillas un tanto mugrientas mientras que Kevin iba a pedir.

-Bueno Shadow, ¿qué te traes con Oli?-Le miré sorprendida porque supiera quien era- Somos buenos amigos y me ha pedido que te eche un ojo.

-Estamos juntos para acabar con el cielo.

-Cuando Kevin se enteré te va a atar a la pata de la cama, te va a encerrar y a alimentar como si fueses su mascota.

El mencionado volvió con un par de hamburguesas y un vaso de limonada para mí.

-¿Seguro qué no quieres nada Rachel?-Me preguntó tendiéndome su hamburguesa Negué con la cabeza y di un sorbo a mi bebida.

Eran casi las cinco y Oliver llegaría en cualquier momento así que le dije a Kevin que me llevara a palacio.

-Rachel, ¿Volvemos a estar juntos?-Aceleró y me agarré más fuerte a él

-No, Kevin, ha sido un simple beso, no te hagas ilusiones

Llegamos al castillo y subí a mi habitación seguida por Kevin. Cerré la puerta y noté sus duras manos sobre mi cadera y sus labios acariciándome el cuello. Le dejé más espacio y noté sus manos descender. Me apoyó sobre la pared y me besó apasionadamente. Le quité su camiseta y le tiré sobre la cama sentándome a horcajadas encima suya. Seguimos besándonos y me quito mi camisa. Colocó sus manos sobre mis shorts y me los quito dejándome así solo con mi camiseta negra.

Hacía mucho calor en esa habitación y la piel me ardía en cada sitio que Kevin me tocaba. Sus tatuajes se movían con cada profunda respiración. Acaricié las venas de sus brazos mientras que me besaba el cuello. Estaba encima de mí pero se giró quedándose a un lado. Apoyé mi cabeza en su torso desnudo y me quedé dormida notando como me acariciaba el pelo.

Al despertarme Kevin ya no estaba, la cama olía a café y el colchón aún mantenía su forma, por lo que no podía haberse ido hace mucho.

-El mejor recibimiento siempre es una chica desnuda pero queda media hora para la cena y tu novio está algo enfadado-Oliver estaba de pie junto a la ventana mirándome sonriente.

-¿Cuándo has llegado?-Me levanté de la cama y me puse de nuevo los shorts y mi camisa y fui hacia él.


-No te acerques mucho porque como Kevin salga del baño y nos vea muy cerca me da la sensación de que va a correr la sangre-Sonrió y miró a la ahora abierta puerta del baño.-Hola jefe.

Kevin le amenazó con la mirada y salió de la habitación sin decir nada.

-Creo que no le caigo muy bien-Se rio y me lanzó un vestido largo suelto negro-Vístete y vayamos a cenar, esta noche va a ser interesante.

Me metí en la ducha y deje que el agua purificase mi piel. Al salir me coloqué el vestido que Oliver había elegido y me maquille pintándome los labios de un rojo muy oscuro.

Me puse unos tacones negros y le pedí a Oli que me siguiese a la planta baja.

-Estás increíble Rachel pero ¿puedes parar de darme con el pelo en la cara?-Me gire en mitad de las escaleras y le vi detrás de mi sonriendo (como siempre)

Terminé de bajar y miré a mi padre que tenía una mirada de desaprobación sobre su rostro abrasado. Oliver me miró y me puso una mano en el hombro.

-No sé dónde están Brandon y Randalf, pero si tu padre me mata diles que no permitan que se beban mi sangre-susurró. Acto seguido se dirigió a él.

Quería seguirle pero Kyle apareció y me agarró el brazo.

-Rachel, podríamos ir luego tu yo a dar un paseo, necesito hablar contigo-Estaba nervioso y le temblaba la mano

-Claro, vamos por algo de beber.

Me dio la mano y fuimos a por un vaso de sangre.

Conversamos alegremente hasta que nos sentamos a cenar. Kyle y Oliver estaban a mi lado. Las personas del salón cenaban entre chácharas y risas, y fue entonces cuando vi el momento ideal para decir lo q llevaba esperando toda la noche. Pedí permiso a mi padre y alcé la voz.

-Señoras y señores aquí presentes, quiero explicar lo ocurrido un par de noches atrás.- Miré a Oliver y me sonrió-Oliver, el aquí presente se acercó a hablar conmigo para hablarme de una buenísima idea, espiar la posición de los brillantes en el limbo. Hasta ahora no sabemos las intenciones que tienen los alados, pero vamos a descubrirlas, me trasladaré al limbo y todas las semanas traeré información y nuevas ideas para acabar con ellos.-La sala fue inundada por miles de susurros y Oli me miró preocupado-No se alarmen, es un plan maravilloso, que nos dará la posibilidad de conseguir ventaja frente a los ángeles.


Los comensales, se levantaron de sus asientos y empezaron a deambular por la habitación. Mi padre me miró con ojos orgullosos y me dio un fuerte abrazo "Por fin

empiezas a pensar como una autentica Shadow" me susurró. Se alejó del salón y noté a Kevin colocar su mano en mi cintura. Me arrastró a la terraza y me estrechó entre sus fornidos brazos, dejando así su cabeza en mi cuello.

No sabía cómo sentirme, era correcto nuestra relación de distancia un día y completa dependencia al siguiente. Ni siquiera le conocía lo suficiente como para fiarme de su persona, pero a la mierda la parte razonable de mi cerebro necesitaba su presencia como el café necesita al azúcar.

La poca cordura que me quedaba se esfumó cuando besé los labios de ese egocéntrico vampiro que no hacía más que romperme una vez tras otra, pero que más da, vivo en el infierno, esto es un camino de rosas, solo que a veces tiendo a olvidarme de que las rosas tienen espinas que se me van clavando y convirtiéndome a mí en el rosal que las sostiene.

-Maddison, eres mía, juntos acabaremos con todo lo que se nos ponga por delante, llevemos el infierno hacia la luz.

Me separé de golpe de él, empujándole contra la pared al oir el nombre de mi madre. Qué significaba eso, por qué esa mención a su nombre. En su cara se veía el horror que sus palabras habían producido en él. Un error que estaba por marcar el comienzo de la mayor historia jamás contada.

Fire of angels, En alas del inframundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora