Capítulo 2

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Bella pov.

Salía furiosa de la discoteca, quién se creía esa estúpida para dejarla así si ella fue la que comenzó todo.

Si la volvía a ver se aseguraría que pague por hacerle esto. Nadie le había dejado con las ganas nunca y ahora aparece está tipa que le besa, toca y excita para luego desaparecer.

Toma un taxi pues esa noche la habían traído los chicos, a los cuales ni siquiera les dijo adiós.

- ¿A dónde la llevo señorita? - pregunta el taxista cuando me subo.

Le di la dirección de la casa de mi padre, ya que la mía la estaban arreglando porque hubo una fuga y de paso aproveche a remodelar un poco.

Le mandé un mensaje a Gigi para que les dijera a los chicos que me disculparan pero que ya estaba algo cansada y decidí regresar a casa.

Ella se burló de mí, pero dijo que le dirá a los chicos que estaba "cansada". Esa estúpida.

- Hemos llegado señorita - dejo mi teléfono y observo la enorme mansión donde vivía papá. - Son $50.00 dólares - busco mi cartera y saco el dinero para pagarle.

- Gracias y quédese con el cambio por favor - abro la puerta y salgo del auto. El taxi se va perdiéndose entre la noche.

Admiro unos minutos el cielo y casi no hay estrellas esa noche, después decido entrar a la casa encontrándome a papá en la sala.

- Buenas noches - lo saludo de paso y subo las escaleras.

Solamente quería tomar una ducha e irme a dormir de una vez por todas.

Al entrar a mi habitación arrojó mi bolso al sofá que está a lado de la cama y comienzo a desnudarme. Voy al baño y preparo la tina con el agua a buena temperatura, cuando está listo me sumerjo en ella. Suspirando cuando mi cuerpo se relaja, de un momento a otro mi mente empieza a recordar ese momento con aquella chica desconocida.

Mis dedos se posan en mis labios y sonrió ante el recuerdo de ese beso tan brusco. Por un momento sentí que me llevó al cielo con tan solo sus labios y esa forma tan cruel con la que me abrazó a ella.

Sin querer una de mis manos empezó a bajar a mi entrepierna, comencé a darme placer con el recuerdo de esa chica.

Así pase como una hora complaciendo la enorme necesidad que dejó esa estúpida en mí. Al final me lave bien el cuerpo y simplemente me coloque una pijama para caer rendida a la cama.

A la mañana siguiente...

La luz del sol me daba directamente en la cara, arruinando mi preciado sueño, gracias al cielo no había seguido pensando en esa chica mientras dormía.

Toc... Toc...

Pequeños golpes se escucharon en la puerta.

- ¿Quién? - me senté en la cama.

- Yo estúpida - ruedo los ojos ante la voz de Gigi.

Sabía que venía para saber el chisme de anoche pues me fui sin decirle nada a nadie.

- ¿Qué quieres? - me coloco mis pantuflas de gatito y camino hacia la puerta.

- Que bajes a desayunar - me analiza con la mirada y sonríe con picardía. - Al parecer pasaste una muy buena noche - la miró confundida.

Ella señala su cuello divertidamente y yo seguía confundida pero la ignoré.

- Ahorita voy, solo hago mi rutina matutina - ella asiente y me sigue mirando. - ¿Qué? - la miro.

Dulce venganza (Bella Hadid y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora