𝑨𝒃𝒓𝒂𝒄𝒂𝒅𝒂𝒃𝒓𝒂 | 𝑺𝒆𝒐𝒏𝒈𝒋𝒐𝒐𝒏𝒈

Tercer hechizo

"Abra-Abracadabra...
Quiero alcanzarte y tomarte"

La deleitable danza de labios se dió un pequeño descanso entre sí, mas los dueños de aquella coreografía no se dejaron ir tan fácil; la lengua del mayor delineaba líneas exquisitas sobre la piel erizada del cuello de Hongjoong mientras este se dejaba llevar, cortando todo contacto cuando bajó a su cuerpo para hacerle exactamente lo mismo y al instante las manos inquietas de Seonghwa tiraron ligeramente de su oscura prenda.

-Q-Quitatela...- le susurró más al viento que a él, casi sin ser oído de no ser por lo cerca que estaban- Por favor, quítatela- en esta ocasión los ojos brillantes del mayor fueron directo a los suyos, encendiendo más la mecha dentro de él y casi derritiéndose por la súplica.
No tenía que decirlo dos veces.
Se alejó de su cuerpo con su clásica media sonrisa y tomó los extremos de su ropa, subiéndola con calma intencionalmente y lanzandola a algún lugar del cuarto, se mordió el labio cuando los orbes marrones le recorrieron de arriba a abajo, aumentando su ego a un nivel inalcanzable y sintiéndose la persona más afortunada del mundo por tener aquella mirada en él y solo para él. Pasó una mano por las hebras naturales y cogió un puñado de ellas, jalandolas sin fuerza y retomando la atención del perdido mayor en sus ojos nuevamente.

-Es tu turno, no crees?- preguntó con tono alto, bromista y realista, sonriendo a sus adentros cuando en menos de lo que pensó el alto se movió en piloto automático, retirando su hermosa camisa fina con rapidez e imitando al menor cuando la tiró por algún lugar remoto de la habitación. Este no perdió tiempo, acaparó toda la zona de su tórax y la reclamó con besos y mordidas, tintando la bronceada piel con marcas violáceas y rojas que tomarían cierto tiempo en desaparecer, besando cada línea marcada de su abdomen con delicadeza y arrastrando los belfos cariñosos a su pecho, donde consintió con más afán y abandonó más artísticos moretones sobre sus pectorales, besando en medio de estos y ganándose más gemidos suaves por parte de su víctima.

-Honggie!- una mordida en aquella parte de su cuerpo le cogió desprevenido, imposibilitando su habilidad para ocultar aquel fuerte ruido que dejó ir sin pensar, bastante avergonzando por lo que el menor hacía y por lo que sabía que pronto ejecutarían ambos. La imagen mental solo hizo su temperatura subir y bajar anormalmente- Ah!

Aprovechando los gemidos guturales que Park soltaba, Kim pasó sus dedos por la anatomía descubierta, remarcando la dureza de los músculos una vez más mientras la distracción que brindaban sus labios fueron reemplazadas por una distinta: sus dígitos traviesos jugando con los pequeños botones del mayor fueron los que detonaron una bomba poderosa en el peli oscuro, oyendo en cuestión de segundos como la voz de este se quebraba por el grito inesperado ante la placentera acción.

-No, Hongjoong! Por favor!- las incoherencias y vulgaridades balbuceadas por los labios cerezas se hicieron presentes en la escena, con el nombrado siendo fanático exclusivo en la sala y sin detenerse en seguir enloqueciendo a su mayor, girando sus pulgares sobre la casi endurecida punta de cada bello botoncito, pellizcandolos un poco de cuando en cuando y tirando juguetón de ellos solo para oír como el mayor le maldecía en voz baja cuando era muy brusco. Los dedos largos del hombre tumbado en la cama viajaron por instinto a los cabellos crecidos del otro, enredandose entre estos y consiguiendo una ligera venganza cuando al jalarlos muy fuerte oía un siseo bajo del menor. De pronto, este decidió llevar el juego al siguiente nivel, reemplazando los agotados pulgares por su escurridiza lengua, envolviendo la sin hueso al rededor de los sobresalientes de su mayor, enroscando sobre estos en un remolino embriagante que dejó al moreno mayor viendo estrellas en el techo.

-Dime, Seonghwa...- susurró sobre su pecho, aún oculto entre los tesoros sonrojados e inflamados de este, amando en besitos delicados la zona que había maltratado- Dime que es lo que deseas y te lo daré...- su mirada hambrienta devoró a Seonghwa por completo, sin siquiera dejarle respirar por lo asfixiante de sus palabras.
Y ni siquiera por eso se detuvo.
La punta húmeda del músculo rosa corrió desde su pecho hasta su cuello, escondiéndose detrás de una de sus orejas y escuchando en primera plana el gemido grueso que el mayor evitó soltar sin éxito.

-Dios!- la inquietud creciente en el más alto se dejó notar sin pena alguna cuando su espalda se arqueó por voluntad contra el colchón, soltando más gemidos altos cuando la lengua fue más allá de su propósito y los labios se cerraron sobre el lóbulo derecho.

-Pero debes decirlo en voz alta porque sino no puedo entenderte- una mordida sublime en la carne delicada elevó a Seonghwa al cielo para luego dejarlo caer de bruces al piso sin aviso alguno. Sus dedos tomaron con más fuerza los cabellos que básicamente arrancaba, tomando aire con la boca semi abierta y jadeando pesado por el intenso ambiente. Bastaron dos segundos para que el agarre aleje al menor de entre su cuello y su oreja, observándole con fiereza y seguridad en sus ojos, sin retorno del camino por el cual ya andaba sin necesitar más que lo que tenía en ese momento. No había vuelta atrás.

-Te quiero a ti, Hongjoong...

"Abra-Abracadabra...
Abracadabra"