Séptimo hechizo

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"Veo la magia en tus ojos,
oigo la magia en tus suspiros..."

Las falanges traviesas de Hongjoong dieron órdenes sobre el insostenible cuerpo, cogiéndole con una propiedad cegadora y moliendolo más contra sí con una dureza que hizo a Seonghwa olvidar hasta su apellido, apenas abriendo los labios para gemir atolondrado mientras su placer mayor era descargado por las uñas tatuando más marcas dolorosas sobre los fuertes pectorales. Le sorprendía que el menor no le hubiera reclamado ni una vez que estaba siendo muy rudo o que al menos apartara sus manos de ahí para buscar otra zona de apoyo porque quizá estaba lastimandolo.
No sabia porqué Hongjoong no se quejaba de aquel dolor, pero ahora mismo tampoco se lo preguntaría.
Mientras tanto, Kim se sentía demasiado inquieto para reclamar algo y mucho menos algo que disfrutaba tanto.
Sí, se declaraba culpable en ello, el hombre era algo masoquista.
Sus métodos de calmar su inquietud fallaron estrepitosamente, tomando una ruta directa al camino que les llevaría a su final, ya no quería más juegos y estaba seguro de que el otro tampoco. Ambos tomarían lo que querían de una vez por todas.
Los dígitos cortaron la interrupción con las telas para acariciar su piel por dentro, sus palmas abiertas y calientes abarcando toda la piel tostada del mayor mientras lentamente iba deslizando hacia abajo la única prenda restante, dándose gusto con la vista sin censura del maravilloso cuerpo ajeno, dándose también el lujo de observarlo con adoración mientras un sonrojo inútil buscaba abrirle paso a la vergüenza del más grande y sonriendo con maldad cuando este retiró sus bóxers también, igualando la situación y reaccionando de la misma manera al admirar cierta parte desnuda de su anatomía. Maldita sea, su ego solo iba cuesta arriba con cada mirada de esas.

-H-Hong...- cogió las mejillas coloradas de su amante y lo acercó con rapidez a su rostro, besándole para interrumpir lo que diría después, separándose con una sonrisa abierta que emborrachó en delirio al más alto, casi mordiendo su labio con el gesto del pequeño y este en cambio aprovechó aquella distracción para moverse sigilosamente, dos de sus dedos viajando sin permiso entre sus bocas para introducirse a la propia, siendo rápido al envolver su lengua en estos, embadurnadolos del líquido transparente con afán y finalmente quitandolos hasta que quedaron como él quería, todo esto bajo la atenta mirada boquiabierta del peli negro, que se limitó a observar con intensidad mientras sus jadeos caían espesos sobre los dígitos empapados con su saliva. Le devolvió la mirada con atención, perdiéndose y perdiendolo en un laberinto de miradas a propósito, todo con el fin de desviar a Seonghwa por un camino en el que no se dé cuenta de lo que estaba a punto de hacer. Empezó a delinear pacíficamente el pequeño paraíso húmedo del mayor, este tensandose ligeramente para luego largar una respiración profunda y temblorosa, con la ansiedad hormigueando cada parte de su ser al sentir como el dígito hacía el amago de ingresar con cada roce, sin tiempo para gemir en alto cuando finalmente lo hizo, profanando despacio, tanteandolo con paciencia mientras su cuerpo se sacudía inevitablemente y él evitaba soltar un quejido muy fuerte. Dolía, siempre dolía, pero Hongjoong lo trataba con tanto amor que el dolor desaparecía tan rápido como llegaba. Justo como ahora, el de mullet rozando sus labios carmín mientras derramaba dulzura sobre estos, miles de halagos depositados sobre sus belfos brillosos que le hacían sentir afortunado y querido, agregándole las caricias tiernas que podía palpar en la distracción, los dedos gentiles sobre su cintura sosteniendolo como si fuera la pieza más delicada del mundo. Todo era tan dulce que terminaba por abrumarlo, jadeando entre cortado cuando sintió al intruso deslizarse con paciencia hacia afuera, volviendo a ingresar con cuidado y arrebatandole otro jadeo pesado.
Otro dígito abriéndose paso en su cuerpo le hicieron enconvar la espalda con un gemido agudo que preocupó al menor, apresurandose a sujetar una de sus mejillas con delicadeza.

-Tranquilo, Seonghwa...- rozó sus narices en un adorable besito esquimal mientras dejaba caricias significativas sobre su piel desnuda, haciéndole sonreír ligeramente- Relaja tu cuerpo, sí? Vamos, lo estás haciendo tan bien- besó con cariño, ayudando en la tarea de destensar su cuerpo por medio de besos distractores y palabras de aliento cálido, ambos tomándose su propio tiempo para continuar con su labor entre suspiros amplios y mimos silenciosos, la mano pequeña de Hongjoong apresurando un poco el proceso cuando bajó por el frente del torso de su mayor, este sin notarlo al tener los ojos cerrados en disfrute, la cabeza ida por los aires ante los movimientos pausados que se habían vuelto placenteros, el largo de los deditos infiltrandose en su anatomía quemadole con intensidad por dentro mientras sus labios no podían pedirle más, y no es que no podían por pena, simplemente dejaron de poder hacerlo cuando la mano ajena y vacía de su menor cogió sin permiso su abandonado miembro, su propia mano llendo a su boca por instinto para detener toda intención de gritar ridículamente. La sorpresa no era algo que definitivamente le atacaría en este momento. Palmeó la mano ocupada del hombrecito bajo su cuerpo, rogándole con los ojos algo que no podía expresar con los labios, claramente Hongjoong aprovechándose de ello- Que pasa, nene? Mmm?- cuestionó inocente, quitándole una pequeña mueca de fastidio al tembloroso y largo moreno, sonriendo de lado cuando la palma que cubría los labios ajenos se apretó más fuerte con el movimiento de sus dedos traviesos, aún entrando y saliendo con calma en el desbaratado ser del mayor- Quieres decir algo?- ambas manos aumentaron notoriamente su velocidad, disfrutando en demasía cómo Seonghwa parecía colapsar por partes mientras su sudoroso cuerpo daba pequeños saltos sobre su regazo, su pecho subiendo y bajando erráticamente mientras los ojitos semi abiertos se empañaban en lágrimas placenteras. Estaba llevándolo tanto al límite que también lo estaba haciendo consigo mismo. Era grandioso.
Sus dedos continuaron masajeando el interior caliente de su amado, un tercer invitado obligándo a este a retirar la palma sobre su boca y un exigente alarido de necesidad siendo lo que recibió en cambio, él encantado con las expresiones presionadas en su angelical rostro mientras el otro buscaba soporte con la mano que se había alejado de sus labios.

-Hong...Mhm!- gimoteó incompleto, apenas hallando su voz cuando los espectaculares dígitos empezaron a hacer círculos dentro suyo, las palabras de aliento transformándose en ardientes halagos que ahora eran sembrados sobre su oreja, mareado con el denso ambiente y su cuerpo reaccionando cada vez más ante los empujes constantes del menor. Otro intento de pronunciar algo más que su nombre entrecortado siendo fallido con inevitable éxito.

-Estás volviéndome tan loco, Seonghwa...lo sabías?- los dedos milagrosos se deslizaron hacía afuera y el mencionado sintió su respiración irse del todo. O tal vez regresar. No podía saberlo, se limitó a asentir perdido ante una pregunta que no había captado bien, sintiendo unas gotas de sudor caer por sus sienes y su oscuro cabello húmedo cubriendo un poco su visión pero aún así siendo posible notar el cuerpo de Hongjoong alejarse un poco para quedar frente a él de vuelta, mirándolo a los ojos en una conexión irrompible y con los movimientos vagos de la mano en su miembro soltandole finalmente, en su lugar ambas manos serpentearon dulcemente por debajo de sus muslos, tomando algo de fuerza para levantarlo unos centímetros. Un casto beso sobre sus labios fue dejado antes de otra pregunta, temblando una vez que fue capaz de comprender un fuerte y claro:- Estás listo?

"Justo cuando pienso que me escaparé, escucho las palabras que
siempre dices"

𝑨𝒃𝒓𝒂𝒄𝒂𝒅𝒂𝒃𝒓𝒂 | 𝑺𝒆𝒐𝒏𝒈𝒋𝒐𝒐𝒏𝒈Donde viven las historias. Descúbrelo ahora