"Intentemoslo"

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Miércoles, jueves y viernes habían  pasado, noches malditamente eternas en las que seguía viendo aquella hermosa sonrisa dedicada a alguien que no era yo, que no sería yo.

Win, siendo feliz solo hablando con ese hombre era algo que realmente no soportaba ver, pero aún así seguía allí, torturandome, sintiendo como mi respiración se cortaba cada vez que notaba algún acercamiento entre ellos, recuperando el aliento solo cuando se alejaban, pero entonces... ese hombre lo beso, beso los labios de Win.

El lo beso.

¡Demonios Bright detente! —gritó New, y mis ojos se dirigieron a el en cuanto sujetó mi brazo—. ¡Krist encárgate! —le dijo a otro de los barman y me arrastró con el—. Llamaré a Tay en el camino —afirmó, y cuando levante la mirada estábamos corriendo hacia la salida.

Mire otra vez, confundido, el brazo que el sostenía con fuerza, y solo entonces vi cubierta mi mano con algunos de los trapos con los que limpiamos los vasos.
Me subió a su auto y comenzó a conducir, aunque yo aún seguía sin reaccionar, sin entender lo que sucedía, y ni siquiera me lo preguntaba, solo observaba mi mano cubierta, sin saber tampoco porque.
No me di cuenta a donde me había llevado, hasta que me bajo del auto y me arrastró con el a una sala que decía emergencias, "un hospital", pense, realmente no sabía porqué estaba allí, no entendía lo que sucedía, y aunque podía ver a las personas a mi alrededor mover sus bocas frente a mi, tampoco podía escucharlas, entonces un doctor se acercó a la camilla donde me había sentado una enfermera al llegar, quitó los trapos que cubrían mi mano, y en la palma de esta tenía incrustado un pedazo de vidrio.

Quise preguntar cómo había sucedido eso, realmente no lo sabía, pero mi voz parecía no salir.

—Reventó un vaso con ella —escuché comentar a New, después de que el doctor aparentemente preguntara—. Al parecer el idiota ni siquiera lo sintió.

Luedo de eso miré al doctor, quién me miraba igual de confundido, esperando una respuesta mía que simplemente no podía darle.

¿Acaso estaba tan vacío que no pude sentir eso?

—Gracias doctor —dijo New estrechando la mano del hombre después de que terminará de venar mi mano, la que había cocido antes—. ¡Salgamos de aquí idiota! —exclamó luego, sujetandome nuevamente para irnos.

El camino a la salida fue rápido y silencioso, aún no lograba reaccionar por completo, pero entonces la frisa fría del exterior me pego en el rostro, despertándome, aquel frío si lo sentí, porque era lo único que había podido sentir desde hace ya tiempo.

—¿Cómo? —muermure observando mi mano nuevamente.

—Eso es el verdadero dolor Bright —afirmó New deteniendose frente a mi cuando llegamos al estacionamiento del hospital—. Lo vacío que te sentías antes, no es ni la mitad de lo vacío que te sientes ahora —agregó—. No estás tan jodido como creíasaseguró entonces.

—¿Cómo lo sabes?¿Cómo si ni siquiera puedo sentir esto? —cuestione levantando la mano frente a él.

— No sientes ese dolor, porque otra cosa te duele más —respondió sonriendo—. Y solo por eso, hice esto —mencionó, moviéndose a un lado, dejándome ver a Win apoyado sobre el capo de su auto—. ¡Ve! —dijo señalandolo, mis pies lo obedecieron, y me llevaron hacia el.

No sabía que decir, no sabía si merecía decir algo, no hasta que otra vez me encontré con su mirada, una mirada que me dolía, una mirada que merecía al menos que lo intentara.

Sincero. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora