"Nos Volvemos A Ver"

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Mi vida desde la universidad había sido un sin fin de desastres, me habían sucedido tantas cosas que creía ser solo un cuerpo humano que satisfacía sus necesidades y nada más, de día, dormía, dormía y dormí, pero de noche era muy diferente, la oscuridad sí la vivía, la vivía al máximo, sin restricciones, ganaba de esa forma, por ello también lo hacía sin preocupaciones, al menos así fue hasta que lo volví a ver.

Muchas veces maldigo aquella noche, porque en lugar de haberme quedado a tener sexo con la mujer que me iba a pagar por ello, fui a celebrar el cumpleaños de mi mejor amigo, y entonces lo volví a ver, e intenté resistirlo, pero no pude, sabía que lo lastimaria, pero aún así me fue imposible, sus ojos, como las últimas veces que lo había encontrado me llamaron, como imanes al metal.

Todo lo que pasó después lo quería, lo había deseado desde aquella mañana en la que lo conocí en la escuela, mucho tiempo, lo sé, pero lo había deseado desde ese entonces, como siquiera podía intentar evitarlo de esa forma, pero estaba tan jodido desde hace tanto tiempo que pensar en sanar, usarlo para intentar sanar no saldría bien, lo sabía, si intentarlo me hubiera lastimado solo a mi, quizas lo hubiera aceptado, pero lo iba a lastimar más a el, no podía engañarme.
Que le rompiera el corazón de una vez era lo mejor, alguien bueno lo arreglaría, pero destruirlo poco a poco y dejarlo sin siquiera una pisca de esperanza lo joderia tanto como a mí, no podía hacer eso, esa dulce sonrísa no me permitía hacerlo.
Después de que se fue mi vida volvió a ser la misma, mucho más vacía, quizas, siendo otra vez solo un cuerpo humano que satisfacía sus necesidades.

Hasta que una noche, como tantas otras, aquella sonrisa que se había grabado en mi cabeza apareció frente a mi otra vez, el estaba allí otra vez.
Y como aquella maldita vez sus ojos me atraían a él, como un estúpido imán.

—Nos volvemos a ver —dije cuando llegue frente a él.

—Cuatro años después y sigues aquí.

—Tú también estás aquí —respondí mirándolo a los ojos.

El sonrió.

—¿Por qué? —cuestione.

—Vacaciones.

Aquella palabra me había traído tantos recuerdos, aquellos del día en que lo encontré y del día en que lo dejé ir.

—¿Valdrán la pena?

El sonrió otra vez.

—¡Hey Bright! —gritó del otro lado de la barra Tay al verme, quitándole mi atención al hombre frente a mi.

Mi mano se levantó en el aire saludandolo y segundos después lo tenía también frente a mi.

—Pensé que no vendrías hoy —mencionó entregándome una botella de cerveza—. ¿No era tu día libre?

—Estaba aburrido —respondí siguiendo a Win con mis ojos, hasta que se detuvo en una banca en la barra—. ¿Gun?

—El cumpleañero por allá —señaló Tay apuntando la pista de baile, dónde un muy emocionado Gun baila con otro joven alto—. Por ese idiota dejó a Win solo.

—¿Y por qué tú no le haces compañía?

—El barman se llama New —sonrió—. ¿Por qué crees?

—Seré su acompañante entonces —afirme mirándolo.

—¿Sera una buena idea acaso? —cuestionó mi amigo, quién conocía la historia.

—Lo comprobaremos ahora —respondí buscando nuevamente los ojos de Win—. Saluda a New por mi —agregue y deje a mi amigo.

Otra vez, como aquella noche, cada paso que di acercándome a el, era un paso que daba alejandome de mi, pero lo quería, otra vez lo quería.

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