Desayunar cafeína:

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¡Bebés he vuelto! Con un montón de complicaciones pero aquí les traigo un capítulo bastante parecido a un especial debido a que se enfoca mucho en Hanma (?

En fin, Tokyo Revengers terminó pero yo seguiré con mi idea principal y no abandonaré la historia.

Disfruten del nuevo capítulo de:

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Patadas...

Lo único que puede definir su primera noche siendo padre son las benditas patadas. Akihiko es un niño muy calmado y cortés cuando el sol brilla en lo alto del cielo pero lastimosamente cuando cae la noche su manera de dormir es todo menos tranquila. Se mueve de lado a lado, da manotazos y pelea con la manta y las almohadas, no es posible que alguien descanse de esa manera.

Al parecer el pequeño posee pesadillas algo extrañas y muy recurrentes, en intervalos de tiempo bastante cortos parece tener sueños muy disparatados y frenéticos. El mayor está bastante seguro de escuchar a su hijo murmurar que el "Sr Conejo" dominará al mundo y otras cosas sobre la dictadura del malvado animal de felpa, en este punto ya no sabe si reírse de tales burradas o dormir con un ojo abierto, solo para asegurarse de amanecer con vida. Sinceramente ahora que está en plena oscuridad con el insomnio a tope es que puede comprender en mayor o menor medida a su pobre esposo el cual desde que están juntos ha tenido que lidiar con sus pesadillas, sin dudas que mañana le pedirá disculpas por todas aquellas noches que lo mantuvo en vela.

Este es el karma ¿Cierto?

Suspiró con pesar tratando nuevamente de conciliar el sueño cosa que no logró debido a que Akihiko nuevamente comenzó a hablar dormido. Trató en vano de entender parte de los extraños balbuceos de su hijo y finalmente se rindió cuando el pequeño ni siquiera se esforzaba en gesticular ni una sola palabra y solo eran simples sonidos sin sentido alguno los que salían de sus labios. Sinceramente no es capaz de juzgar a su pequeño, él admite que también goza de una mentalidad inquieta y sueños muy descabellados por lo cual refunfuñar ante ese hecho solo lo hace ser un hipócrita.

Genial, duerme tan tranquilo que no parece que casi me arranca un diente con una pata.

Pensó el azabache algo enfurruñado girándose un poco hasta conseguir ver el reloj a su lado en medio de la oscuridad el cual simplemente lo decepcionó. Y esa es la historia de como terminó lamentándose en silencio por esa media hora que transcurrió tan jodidamente lento desde la última ronda de patadas que le propinó su propio hijo. Sinceramente estuvo a casi nada de salir corriendo directamente hacia su sofá pero este último es demasiado pequeño para contener su cuerpo, si quisiera dormir allí tendrá que cortarse las piernas para que no cuelguen por los lados del mueble, es tan exagerado que jura que estas tocan el piso cuando se tumba en el acolchado sillón. Una nueva patada a sus costillas casi lo hace llorar de la frustración.

Por lo menos dale alguna de las que me diste a Kisaki, al menos una.

Insistió mentalmente el azabache al ver a su querido marido tan tranquilo dormido como un tronco dándoles la espalda a ambos. Esto debe ser un complot malévolo en su contra, no es posible que desde hace horas Aki se haya dedicado a repartir puñetazos a diestra y siniestra, frenéticamente en todas las direcciones de la cama y que en ningún momento haya golpeado ni por equivocación a Kisaki es una completa injusticia, incluso lo tiene más cerca y no es capaz ni de darle una patadita o un mordisco por lo menos. Esto es tan poco igualitario, él también quiere dormir un poco y no es capaz de hacerlo, su hijo es un pequeño tormento a la hora de descansar.

¡𝐀𝐇𝐎𝐑𝐀 𝐒𝐎𝐌𝐎𝐒 𝐏𝐀𝐃𝐑𝐄𝐒! [HANMA X KISAKI]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora