¡𝐀𝐇𝐎𝐑𝐀 𝐒𝐎𝐌𝐎𝐒 𝐏𝐀𝐃𝐑𝐄𝐒! [HANMA X KISAKI]

Comienzo:

Capitulo de 5900 palabras, disfruten.

Akihiko hoy conoce su nuevo colegio.

Me lo merezco.

Pensó, y en silencio se desplazó por las interminables aceras con el fin de regresar a su hogar. Su cabello bicolor en ese punto se encontraba totalmente despeinado y se mantenía con aires plagados de desánimo, mientras que uno de sus zapatos llevaba el cordón desatado, pero eso no importaba. Sobre su cabeza las nubes se alzaban con orgullo en la cima del inmenso cielo y el azul que bañaba al ambiente de su gélido color iba enfriando el asfalto, el atardecer intentó sin fuerzas mantener el calor del día deseando que este no fuera capaz de desvanecerse, pero el anochecer próximo se convirtió en una latente realidad. Mientras tanto y aunque se siente miserable, todo sigue igual. A su alrededor, la vida estalla en puntos brillantes; las arterias amarillentas de las calles que atraviesan por completo a la ciudad, agrupadas en sectores que se pueden vislumbrar en cada edificación, pequeños destellos de luz se expanden en rascacielos, todos los edificios comerciales y oficinas, junto a millones de chispas en las bajas zonas residenciales. Esa animosidad le hace pensar en sí mismo como algo diminuto, una gota perdida que no afecta al curso de un inmenso mar. Todo sigue moviéndose aunque se le parta el alma a la mitad.

¿En dónde estará?

Se pregunta con nostalgia, simplemente observando el horizonte. Su mirada sombría no se fija exactamente en nada, y solo lo deja divagar sin mostrarle una imagen en concreto en la cual poder pensar. Con el recuerdo tan presente en su memoria, siente que su estómago se retuerce con algo tan diferente a la sensación de estar hambriento.

Siendo tan pequeña, no es justo que haya caído en las manos de esos monstruos.

Porque lo sabe, estuvo en ese turbio mundo por mucho tiempo. Ha visto la oscuridad que acecha constantemente a la luz, sabe la clase de seres repugnantes que se ocultan entre las sombras. Alguna vez estuvo allí, a la espera de una flaqueza, siendo una polilla aguardando por abrir agujeros en el interior de los corazones ajenos. Es cierto, perdió sus alas, aunque en ningún punto dejó de sentir aprecio por las ardientes llamas.

Pero nunca, sinceramente nunca hice algo tan atroz.

No era su terreno, en Bonten se manejaban los secuestros y la prostitución, pero él no estaba a cargo de aquello. Su tarea principal era ser un arma, accionar el gatillo por dinero era entretenido al principio, ser un cobrador y matón bajo ordenes también le generaba cierta satisfacción, pero eso no duró. Vió cosas terribles, nauseabundas y asquerosas en su trabajo, pero no solía lamentarse por eso. Estar debajo de aquella organización ruin no le molestaba, pero ver a las chicas atrapadas entre los dedos de Takeomi o sirviendo a Haruchiyo si que le dejaba un mal sabor de boca. Muchas mujeres trataron de usarlo a él personalmente para liberarse, pero no tenía ningún interés por cumplir tales peticiones, su moral estaba rota y el sexo propuesto no lo motivaba, entonces no hacía el esfuerzo en siquiera involucrarse con aquellas personas.