Al día siguiente me levante me duche, vestí, me puse unos leggings negros, una camisa suelta roja, un cardigán, desayune y se me había olvidado el celular ya era hora de que Mau estuviera fuera, así que tome mi bolso, el teléfono me despedí de mi tía, que estaba haciendo desayuno y Salí prácticamente corriendo, cuando llegue a la puerta para salir del urbanización el celular me sonó y vi que era él, pero como ya lo había visto no respondí, me acerque a la camioneta y él no se dio cuenta porque estaba escribiendo en el celular. Abrí la puerta y sonreí, como Garfield.
—Hola príncipe ¿cómo estás? — dije mirándolo.
—¿Pero qué maneras son esas Rosie?, me has asustado— hice un puchero
—Discúlpame, no quise hacerlo— hice una mueca con la boca hacia un lado, era uno de mis hobbies hacer muecas.
—Buen día bonita, dame un abrazo y un beso, pensé que te habías quedado dormida— lo abrace y le di un beso lo mire, tenía el uniforme para entrenar del equipo, los ojos hoy le habían amanecido súper claro, no yo ya estaba en terapia intensiva.
—Vi la foto que subiste, me gusta, ¿por qué no me mencionaste? — ¿es enserio porque lo pregunta? fruncí el ceño.
—Porque es lo mejor estamos comenzando, no quiero que empiecen a preguntarme ni nada así— sonrió de medio lado y solo dijo ok. Mientras manejaba me pregunto:
— ¿Almorzamos? — odio decirle que no pero ya había hecho planes, típico de mis lunes ir al cine con Ainara y almorzar, cosa que no había podido hacer ayer.
—Me encantaría decirte que sí, pero ya quedé con una amiga— me miro y sonrió.
— ¿Vero? ¿Y no me invitas al cine? — debía contarle a Ainara, aprovecharía en el almuerzo y a la hora del cine que lo conozca, no creo que se moleste por un invitado extra.
—No Ainara y si no tienes problema. Estas invitado al cine, mientras en el almuerzo le informo de cómo están las cosas— le dije
—Ok, bueno ya la conoceré. No tengo ningún problema, solo quiero estar contigo— que bello y a mí que nunca me ha gustado que estén encima de mí las 24 horas es como asfixiante, pero increíblemente con él no me molestaba, creo que debo averiguar si existe algún doctor para evitar no enamorarse o algo así.
—Entonces nos encontramos a las 5pm en el centro comercial ¿te parece? — le pregunte mirándolo directamente a los ojos, ya habíamos llegado al estacionamiento de la universidad.
—Está bien pero ¿no pretendes escribirme más? A ver si morí de hambre por no querer almorzar conmigo o si estoy bien— hizo como que estuviera llorando y un puchero yo me derretí.
—No hagas eso ¿ok? Pero me descubriste no pensaba escribirte— lo mire divertida— claro que pensaba escribirte pero solo quería que supieras la hora— le hice un guiño y le tome la cara para darle un beso de despedida.
—Que no haga ¿qué? — y volvió a hacer la misma cara, él sabía que lograba con eso pero fingió que no sabía, como me gustaba este hombre.
——Eso, pones esa cara y me provoca darte muchos besos y debo entrara a clases— sonreí.
Hoy no veía a vero las clases que tenía las veía sola, si tenía amigas pero ninguna como ella, vi la primera hora de clase, cuando termino la clase, salimos y me propuse a llamar a Nathalie.
—Hola mi amor, ¿cómo estás? — le dije al contestar, para endulzarla de una sola vez, creo que supuso lo que hacía.
—Ni intentes ser dulce, Ros por favor y suéltalo todo— ok ella siempre iba al grano, pero nada la amo vale.
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Un Gol Directo al Corazón
RomanceSi me describo diría que soy todo lo contrario a cliché, pero no hay que descartar nada por más que nos suene sumamente loco. Es aquí donde me pondría a pintar todo una historia de esas fresas que debo aceptar me encantan y aunque yo por el contrari...