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Narrador pov.

Lo único que podía ver con la poca luz del lugar era a Charlie y un poco mas alejada a Bella, la peli-negra estaba confundida ella caminó hasta acercarse a él. Aunque si era honesta tanto padre como hija sus miradas parecían perdidas viendo algo.

Emma no lograba ver de que se trataba, sin embargo le resto importancia y puso su mano en él hombro de Charlie, pero él no se volteó a verla.

Hasta que la mirada de Emma se enfocó en un ataúd, lo cuál hizo que ella sintiera un escalofrío y lo por fue verse a ella muerta en él ataúd. 

Se despertó sobresaltada, jadeante y asustada.

-¿Estas bien, Emma?.-pregunto Charlie preocupado al ver como Emma se había despertado asustada.

Sólo ha sido un sueño

Pensó tratando de tranquilizarse, sin detenerse a pensar abrazo a Charlie, sin duda alguna había sido una pesadilla horrible.

-Sólo ha sido un sueño.-murmuró para ella misma.

-Tranquila, estoy aquí.-Susurró Charlie en un intento de tranquilizar a la peli-negra. Cuando se le pasó el susto, ella miró avergonzada a al jefe Swan.

-Lo siento por asustarte de esta forma.-dijo Emma deshaciendo el abrazo.

-No tienes porque disculparte.-expresó Charlie con una leve sonrisa. Emma miro hacía el pequeño calendario de la esquina del reloj percatándose de la fecha: trece de septiembre.

Él cumpleaños de Bella.

-¿Seguro que ella no quiere celebrar su cumpleaños?.-preguntó Emma recordando como ella había tocado el tema, no es como si ella amara celebrar su cumpleaños la realidad es que nunca le celebraron excepto por una vez con Joseph.

-A ella no le gusta.-respondió Charlie encogiéndose de hombros.

-Bueno, es cierto que hay personas a quienes no les gusta celebrarlo por alguna razón.-Opinó Emma, para después ponerse de pie y arreglarse para ir a su entrenamiento, había dejado de ir un tiempo no porque le asustara él hecho de que Liam era un híbrido sino porque se consiguió un trabajo de medio tiempo como cajera en una cafetería.

-Pensé que estabas desaparecida, ya iba a llamar al jefe de policía.-Emma rodó los ojos ante el comentario de Joseph.

-Te avise, ¿Como has estado?.-inquirió Emma mientras dejaba su mochila en la silla.

-Bien, unas cuantas complicaciones después te lo explicaré. Empecemos con el entrenamiento.-dijo Joseph con una sonrisa entusiasta.

Emma asintió en respuesta, quería alejar esos recuerdos del sueño que había tenido.

Casi toda la mañana se la pasó entrenando, cuando llegó a la casa decidió tomar un baño y después se apresuró para ir al trabajo. Cuando llegó de noche estaba completamente cansada.

-Hola Bella, feliz cumpleaños.-la felicito dándole un abrazo, la castaña le sonrió, Emma le entrego su regalo.

-No tenías porque hacerlo.-dijo Bella aceptando el regalo y abriéndolo con una pequeña sonrisa al ver que se trataba de un libro de Jane Austen: Sensatez y sentimiento.-Gracias.

Charlie entró con una caja de pizza en las manos y con él regaló de Bella.

-Hola Emma, Bella.-Charlie le sonrió a su familia.-Hola Edward. Supuse que Emma estaría cansada y bueno hoy es él día de tu cumpleaños Bella. Asi que no quise que cocinaran y lavaran los platos.

-Está bien. Gracias, papá.-agradeció Bella.

-Temporada te escapaste de que te felicitara.-expresó Charlie haciendo que Bella bajara la vista sintiéndose un poco culpable.-Feliz Cumpleaños, hija.-le dio la cámara que le había comprado por sugerencia de Emma.

Mientras que Emma sonreía levemente, como usualmente ocurría cuando veía cada gesto que tenía Charlie.

Charlie no hizo ningún comentario sobre la aparente falta de apetito de
Edward. Estaba acostumbrado a que no cenara con ellos. Pero sin duda él pensó en lo extraño que era, nunca comía con ellos y lo que había pasado anteriormente lo hacía sospechar.

-¿Entonces a ti tampoco te gusta celebrarlo?.-inquirió Charlie mirando a la peli-negra. Ahora que él recordaba nunca habían tocado ese tema.

-Más bien solo una vez lo celebre, pero no es como si realmente amara celebrar que cada año mismo cumpleaños.-respondió Emma encogiéndose de hombros.

-¿Qué van hacer esta noche?.-preguntó Bella en un intento de que quizás Charlie tuviera ese tipo de concepto de cumpleaños que consiste en «quedarse en casa», en plan familiar. Éste era su primer cumpleaños con él, el primer cumpleaños desde que su madre, Renée, volviera a casarse y se hubiera ido a vivir a Florida, de modo que Bella no sabía qué expectativas tendría él.

Antes de que Charlie respondiera habló Edward.

-¿Les importaría si me llevo a Bella esta noche?.-preguntó Edward. Mientras que la castaña miraba a Emma pidiéndole ayuda.

-Eso es estupendo, los Mariner juegan con los Fox esta noche.-explicó
Charlie, y la esperanza de Bella desapareció.-así que seguramente seré una mala compañía...

-Aunque realmente podríamos perdernos ese juego, ¿Por Qué la pregunta Bella?.-inquirió Emma cruzándose de brazos.

-Los Cullen están organizando algo por mi cumpleaños y... Quiero invitarlos.-respondió Bella mirando a Emma y a Charlie.

Ellos estaban sorprendidos, sin embargo intercambiaron miradas como en varias ocasiones habían hecho y luego asintieron.

-Esta bien. Si han organizado algo divertido esta noche en casa de los Cullen, Bella, toma algunas fotos. Ya sabes cómo es tu madre, estará esperando verlas casi al mismo tiempo que las vayas haciendo.-sugirió Charlie poniéndose de pie para ir a su habitación y cambiarse de ropa.

-Buena idea, Papá.-dijo Bella mientras  agarraba la cámara.

Cuando Charlie subió las escaleras, Emma volteó a ver a la castaña y al cobrizo.

-¿Es buena idea que vayamos a una casa con vampiros?.-interrogó Emma dudando.

-Mi familia sabe controlarse.-repuso Edward molesto.

-Solo preguntaba.-dijo Emma dirigiéndole una mirada fulminante al vampiro.

Si bien Emma no confiaba de todo en la familia Cullen, tampoco era como si confiara fácilmente en las personas.

-Descuida, Emma. Ya has conocido a una parte de la familia Cullen no creo que tengamos problemas.-intervino Bella.

La peli-negra no la corrigió y tampoco agregó algo más, sin embargo ninguna de las dos familias se imaginaba lo que pasaría.

La peli-negra no la corrigió y tampoco agregó algo más, sin embargo ninguna de las dos familias se imaginaba lo que pasaría

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𝑴𝒂𝒓𝒓𝒊𝒂𝒈𝒆 𝒐𝒇 𝒄𝒐𝒏𝒗𝒆𝒏𝒊𝒆𝒏𝒄𝒆 | 𝑪𝒉𝒂𝒓𝒍𝒊𝒆 𝑺𝒘𝒂𝒏Donde viven las historias. Descúbrelo ahora