Capítulo 1

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El reflector estaba sobre mí, brillante, poderoso, único, opresor e intimidante, acechándome como un cuervo a su presa. Tenía miedo... y aun así, me encantaba. Bailaba sobre el escenario, el preludio de "El lago de los cisnes".

La atención del público, el silencio infernal en el que se encontraba sumida aquella atmósfera de concentración perpetua. Mi alrededor se encontraba tan taciturno, que podría caer una pluma, y ese sería el sonido más fuerte de todos.

Mis piernas giraban al son de la música, y con ellas lo hacían mi pelo, mi cara, mis brazos, todo. Mi tutú cándido y depurado contrastaban con las esquinas oscuras del escenario que no eran alumbradas por el reflector.

De la nada, entonces, apareció una figura, que, a primera vista, se acercó a mí, y con delicadeza empezamos a bailar, dábamos vueltas, saltábamos, nos completábamos. De repente, siento que unas plumas tocan la parte posterior de mi cuello, luego una mano con garras se acerca a mi cintura. Estaba girando en el aire, levantada por aquella figura, pero, mientras me baja, siento un dolor agudo y punzante en la parte inferior del abdomen y miro hacia abajo; me estoy desangrando. Me estoy derrumbado. Todo se vuelve blanco.

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La alarma me despierta a las siete y media en punto y ya estoy sudando. Tuve el sueño. Otra vez.

En realidad, ¿por qué me preocupo tanto?, yo puedo hacer esto, después de todo, soy Myoui Mina, he interpretado los papeles menores durante cinco temporadas, y he estudiado ballet durante casi más de una década... sin embargo, nunca obtuve un papel principal y , siendo sincera, no creo que tenga el talento para obtener uno algún día.

Estaba cubierta de sudor, pero tenía que ir a la práctica. Lentamente, arrastro mi trasero cansado fuera de la cama y estiro los pies y los dedos (Sí, tengo que estirarlos, me lo dijo el médico, pues, desde que me torcí el pie izquierdo durante "El cascanueces" necesito entrenarlo más que el otro pie).

Me levanto y camino por mi pequeña, pero, cuidadosamente organizada habitación, poniéndome un par de sudaderas blancas, una camiseta sin mangas blanca y calcetines. Mi dormitorio es pequeño, pero está diseñado en tonos rosa y dorado, con todos los lindos animales de peluche que una chica de 10 años podría desear. Lo sé, lo sé, considerando que tengo 19 años, mi cuarto no tiene buen gusto, es más, pareciera como si el tiempo se hubiese congelado en aquel lugar, sin embargo, mi mamá dice que es bonito, y si ella lo dice, yo le creo, sin cuestionar.

Mi madre, Jeongyeon, fue bailarina de ballet de joven, sin embargo, decidió dejar su pasión y dedicar su tiempo completo a cuidarme (o al menos, eso es lo que me dice). La mayoría de la gente la llamaría estricta, loca, muchos incluso la odiarían, pero ella significa mucho para mí; me introdujo en el mundo del ballet, en lo que amaba, así como me dio mi nombre, me otorgó un propósito, una función; y sí, podía ser sobreprotectora y un poco controladora, pero a fin de cuentas ¿acaso las madres no guían y protegen a sus hijos?

Preparo un tazón de avena, tomo mis suplementos y hago un poco de jugo de naranja.

"Mina, hija, ¿qué crees que estás haciendo?"

"Desayuno" respondí.

En el momento en que la cuchara en la que reposa la avena, entre a mi boca, mi madre entra en pánico, me la arrebata y me entrega un plato con la mitad de una naranja.

"Hija, esto es lo que te sirve si quieres mantener una figura ideal."

"Tienes razón madre, lo siento"

Ella asiente, mientras bota el desayuno que me estaba preparando, a la basura.

Entonces, como mi pedazo de naranja, justo antes de modificar un nuevo par de zapatillas de punta que compré hace una semana y con las que aún no he bailado. Lanzo algunas barras de granola en mi bolsa de lona y preparo mi botella de agua (que mamá había alistado anoche), pues, si bien la compañía ya tiene agua embotellada, a mi madre le gustaba que yo trajera la mía propia.

Me ducho y me preparo para el día.

"¿Ya vas a salir, mi pequeño pingüino?" —pregunta mamá, sin mirarme.

"Sí, debemos comenzar a trabajar con un nuevo director en El lago de los cisnes", le informo, "Después de todo, la antigua directora, Irene todavía está enamorada de esa artista que conoció en París en abril pasado ( una tal Seulgi o algo así), y está buscando ponerle un anillo".

Mamá resopla. "¿No es Irene, aquella chica lesbiana por la que los chicos de la academia estaban molestos cuando se enteraron de que jugaba para el otro equipo?"

"Guau, mamá. Buen intento de ser progresista allí."

Pongo los ojos en blanco y me río.

"Sí, mamá. Irene tiene novia, sin embargo, no me molestó, fue muy sincera conmigo al respecto y con que sea feliz, no tengo ningún problema".

"Me parece bien, aunque honestamente la veía mejor contigo." Ella guiña un ojo. La golpeé juguetonamente con una de sus almohadas y la besé en la frente. "¡Bien bien!" Ella se ríe, "En realidad no".

"¿Necesitas algo antes de que me vaya?" Pregunto.

"Un abrazo, y tal vez una pizza más tarde", dice.

"¿Veré lo que puedo hacer, ok?"

Le doy un abrazo delicado y recojo mis cosas.

"Te amo MAMÁ."

Ella sonríe.

"También te amo, Minari. Cuéntame todo sobre este nuevo director cuando regreses". Me despido por última vez y cierro la puerta detrás de mí. Conduzco nuestro carro hasta la estación de metro y estaciono, mientras pido un venti chai latte en Starbucks. De pronto, veo a mi amiga Tzuyu, justo en la fila para comprar boletos, así que me acerco.

Ella saluda, sonriendo. Compramos las entradas, se quita un auricular de la oreja y me ofrece escuchar música con ella. Es una canción de Taylor Swift ( creo, pues Tzuyu era una gran fanática de ella) que nunca había escuchado antes, pero la canción, sin duda, era buena. Se lo devuelvo y nos subimos al tren cuando el locutor nos pide que abordemos.

Como siempre.

Conseguimos dos asientos en el medio, y yo me siento junto a la ventana, siempre un buen augurio en mi libro.

El celular de Tzuyu suena, un tono de llamada un tanto peculiar, de Artic Monkeys. Ella pone los ojos en blanco.

"¿Quién es?" Pregunto.

Tzuyu mete su cabello con mechas rosadas, detrás de una oreja.

"Chae. La perra está tratando de regresar después de tocar a Somi en la fiesta de despedida de Lisa. Dice que estaba loca y pensó que era conmigo con quien se estaba besando en la cabina del bar; pero revisé sus tweets y su estado en Facebook. Resulta que Somi y ella han estado saliendo intermitentemente durante un año".

"Oh, Tzu, lo siento mucho", digo en voz baja. "Sé que la amabas".

Tzuyu se seca los ojos con enojo, coloca un cabello rebelde detrás de mi oreja izquierda y dice: "Sí, lo sé. No es que quiera a nadie en este momento..."

Mientras escucho a Tzuyu hablar, en mi visión periférica, noto algo un tanto sospechoso; justo en el pasillo de en frente, se encuentra una persona muy parecida a mí, apenas visible, pero ahí estaba.

Por la posición en la que estaba, lo único que veo, es aquella mujer desde atrás, con un abrigo color carbón y una bufanda negra, (oponiéndose a mi abrigo y bufanda, que, obviamente, eran blancos) nos rascamos la cabeza al mismo tiempo. Extraño.

La extraña figura, se baja del tren, justo antes de que pueda estirar el cuello, en un intento vano de ver su rostro. Sin suerte. Entonces, todo lo que puedo hacer ahora, es verla desaparecer entre la multitud abundante, en la plataforma.

𝓓𝓮𝓵𝓲𝓻𝓲𝓾𝓶 - Mina (Twice) (Minayeon/Misana fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora