—¿No habla? —Steve estaba francamente sorprendido con el hermanito de Denise, que no solamente era idéntico a su hermano mayor, también era mucho más peculiar que él.
—No mucho, sólo sabe decir algunas palabras, todavía está aprendiendo, pero le cuesta un poco concentrarse —explicó. Ambos estaban en la cocina, Steve se había sentado mientras Denise hacía de comer.
—¿Cuántos años? —preguntó, echando un vistazo al niño, que estaba en el corral, haciendo formas con unos cubos de colores hechos de tela. Según le habían explicado esos eran sus juguetes favoritos y los amaba con locura, hasta el punto de que no jugaba con otra cosa.
—Tres —dijo—. Apenas hace unos meses comenzó a hablar. Mi mamá dice que es normal, que yo también comencé a hablar tarde, hasta recién cumplidos los tres años —explicó, mientras preparaba un homelet de huevo.
—Yo hablé a los ocho meses —inquirió Steve.
—Presumido —Denise le sacó la lengua—. Mi mamá me llevó a psicólogo cuando era niño, pensaban que era mudo o tal vez tenía un retraso. El psicólogo les dijo que algunos niños desarrollan más ciertas habilidades y que me mantuvieran vigilado. Aprendí a hablar poco después así que pensó que el caso de Leslie era igual.
—¿No lo era?
—No —dijo—. Bueno, no lo sé. Está aprendiendo a hablar, pero también le cuestan otras cosas, le dijeron que quizás era demasiado tímido ya que yo soy muy sociable y que no tiene ningún retraso, pero no tiene un diagnóstico real —Denise suspiró, apagando la estufa—. Cómo sea, mi mamá lo cuida mucho.
—Entiendo —Steve observó cómo Denise iba por el niño, lo sacaba del corral y lo sentaba en una silla un poco más alta que las demás. No la había notado hasta que el niño la usó.
—Toma Les, tortilla de huevo, tu favorita —dijo, poniéndole el plato enfrente. Leslie sonrió ilusionado, a Steve le sorprendió lo mucho que se parecían ese par de hermanos. A pesar de que Tony, Stella y él eran como tres gotas de agua, no sentía que fuera tan común que los hermanos se parecieran tanto.
Leslie parecía emocionado, pero no probó su comida, simplemente se quedó ahí, observando su plato. Denise frunció el ceño, hasta que se dio cuenta de lo que fallaba.
—Ah claro, se me olvidaba —dijo, apretándole la mejilla al niño, este se río en respuesta—. Espérame un momento.
Steve vio como Denise revisaba la alacena y sacaba una botella de cátsup, luego regresaba con su hermanito y le dibujaba una carita feliz encima del huevo. Leslie soltó una carcajada y comenzó a aplaudir, luego empezó a comer. La forma en la que lo hacia era un poco caótica, así que enseguida ensució la mesa. Denise no le dijo nada, en su lugar se dirigió a Steve.
—Es muy independiente —explicó—. No le gusta que le digan como comer ni que lo ayuden a comer —luego se giró hacia su hermanito—. ¿Te gustó? —el niño no dijo nada, ni asintió con la cabeza, continuo comiendo sin parar—. Si le gustó, una vez le quise poner tomate a su huevo, lo escupió.
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A mexican beauty
Humor(LGBT+) Denise es un universitario que lleva demasiado tiempo encerrado en su casa y se ha transformado en friki completo. Steve es un estadounidense que se mudó a México para sobrevivir a la crisis derivada de la pandemia. Ambos tienen un mal ini...