(LGBT+) Denise es un universitario que lleva demasiado tiempo encerrado en su casa y se ha transformado en friki completo.
Steve es un estadounidense que se mudó a México para sobrevivir a la crisis derivada de la pandemia.
Ambos tienen un mal ini...
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Nota: Este extra se ubica en la actualidad, octubre de 2022.
Era el primer día de todos los santos para Leslie desde que las clases presenciales volvieron a ser una realidad, así que todos en casa de Denise estaban emocionados por el evento. A Leslie le tocaba vestirse como un pequeño catrín y caminarían por todo el pueblo en un desfile temático. Los niños de otros grados harían comparsas, pirámides y eventos varios, pero como Les todavía era muy pequeño, simplemente seguiría a los demás siendo tierno y listo.
Se suponía que Doña Mirna iría de chaperona porque era parte del grupo de padres de familia, pero la mujer no pensaba disfrazarse, así que, aunque asistiría le dejó encargado a Denise que se uniera a su hermano con el tema de los catrines.
Como Denise no quería ir sólo, Steve lo acompañó. En ese momento se encontraban arreglándose para el evento. Leslie llevaría una camisita blanca, un saquito, un moño, pantaloncitos de vestir y zapatitos de charol. Denise llevaba a algo más casual, una guayabera, pantalones de vestir y tenis. A Leslie no le había gustado la idea de que le pusieran un sombrero, pero cuando vio a su vecinita pasar frente a la casa comenzó a gritar porque le encantaron las flores que la niña llevaba en el pelo.
A última hora su madre había desecho un arreglo sintético para armarle un tocado de flores que le acomodó con pasadores. Por lo regular no dejaba que le tocaran mucho el pelo, pero como quería el adorno se aguantó.
—Uno, dosh, tes, tuaro, tinco, teis, tiete, oto, nueve, ties —Leslie contó las flores que había en su tocado antes de que se la pusieran. En cuanto entró al kinder comenzó a hablar un poco más, sin embargo, también desarrolló otros hábitos.
Le gustaba contar, era bueno con los números y cuando algo le llamaba la atención contaba cuantos elementos formaban ese algo, por ejemplo: cuantas letras tenía un cartel o cuantas flores tenía el tocado en su cabeza.
También había comenzado a decir algunas palabras en inglés. Nadie sabía porque, pero suponían que se debía a que veces escuchaba a Steve hablar.
—¿Te gusta cómo te ves? —Doña Mirna le enseñó su reflejo en el espejo. El niño se vio y comenzó a reírse a gritos, moviendo las manos de arriba abajo.
—Si le gustó —Denise ya había terminado con su maquillaje también, así que ambos estaban listos para marcharse.
—Dejen les tomo una foto —La mujer sacó su celular y abrió la cámara—. Se las voy a mandar a su papá, le van a encantar.
Lastimosamente Don chalo no pudo conseguir ese día libre, porque en la ciudad había un festival organizado por la gente del palacio municipal y él tenía que estar presente, pero llegaría en la noche.
—También quiero una foto —Steve se unió a Doña Mirna, aunque en su caso no planeaba envíale la foto a nadie.
Leslie y Denise posaron junto a una buganvilia blanca que estaba en el patio. La casa del pueblo era mucho más grande que la de la ciudad, ahí todos tenían sus propias habitaciones y el terreno abarcaba casi media cuadra. En ese momento Aquiles estaba corriendo en el patio como un loco.
