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Song Yuqi ingresa a trabajar como secretaria en una gran empresa de entretenimiento y con el tiempo consigue un ascenso a asistente de presidencia.

Todo iba bien salvo por una cosa, le gustaba su jefa, la señora Jeon. Lo cual era malo pues la mujer estaba casada y era madre de dos hijos, Yuqi estaba resignada a no tener nada con ella, sin embargo su jefa comenzó a coquetearle, cosa que la descolocó por completo.

La primera vez fue algo sencillo por lo que Yuqi creyó que estaba imaginando cosas.

Soyeon la llamó a su oficina para que le llevara unos papeles importantes, Yuqi entró y la mayor le pidió que se sentara para revisar juntas el papeleo, la chica no cuestionó nada y acató la orden, sin embargo mientras revisaban las cifras la empresaria tomó un mechón de cabello que tenía suelto y lo metió por atrás de la oreja, provocando que Yuqi se pusiera nerviosa.

Ambas siguieron trabajando después de eso.

En otra ocasión Soyeon organizó un pequeño festejo en la oficina pues quería celebrar lo bien que le estaba yendo a la empresa, lo extraño fue que la coreana no llevó a su familia.

La celebración estaba animada y una Soyeon borracha se acercó desde atrás a la tímida Yuqi que observaba a todos bailando -¿Te estás divirtiendo? - le preguntó en voz baja hablándole al oído con una voz que denotaba su estado alcoholizado.

La chica brincó en su lugar por la impresión -Señora Jeon me asustó - dijo, la mencionada se rió aún sin alejarse de ella -Disculpame hermosa, no era mi intención - susurró en su oído, Yuqi se sonrojó al sentir el aliento de su jefa chocando con su oreja, sumado a la frase que le dijo.

-E-está bien señora Jeon... -  contestó como pudo, Soyeon se alejó de ella y se fue con los demás empleados sin decir algo más.

Yuqi suspiró sintiendo su rostro rojo y pensando en que Soyeon la había llamado hermosa con ese tono alcoholizado que le pareció atractivo.

Los coqueteos siguieron y pronto subieron de frecuencia e intensidad, llegando al punto donde Soyeon le regalaba rosas y chocolates de vez en cuando junto a cumplidos sobre lo inteligente y hermosa que era.

Yuqi se enamoró sin poder resistirse, sin importarle los niños pequeños que algunas veces iban a la oficina para visitar a su madre e incluso ella comenzó a tomarles cariño. El problema era la esposa de Soyeon, quien aveces iba a la oficina con los niños y trataba de forma déspota a la china.

Quitando eso Yuqi era feliz porque estaba siendo cortejada por la mujer de sus sueños.

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La primera vez que su sueño se cumplió fue en una tarde de intenso trabajo pues se encontraba en la oficina de la coreana haciendo cuentas y archivando los papeles que salían, hasta que Soyeon le sugirió descansar un momento.

La china estuvo de acuerdo y se dirigió a la salida de la oficina para regresar a su puesto de trabajo, cuando de pronto la mano de su jefa rodeó su muñeca impidiéndole seguir avanzando.

-¿Necesita algo más señora? - preguntó extrañada, Soyeon asintió mirándola fijamente y se levantó de su escritorio para quedar frente a frente.

Yuqi tragó nerviosa cuando la mayor acarició su mejilla delicadamente -Eres la mujer más hermosa que he visto - le dijo la coreana con seguridad, la china sintió el calor subiendo a sus mejillas pese a que no era la primera vez que la mayor le decía ese tipo de cosas.

Soyeon tomó su mentón y se acercó lo suficiente para que los alientos de ambas se mezclaran, Yuqi tembló por lo nerviosa que estaba. Su jefa sonrió para darle una última mirada seductora antes de conectar sus labios.

La asistente se tensó sin poder creer lo que pasaba hasta que la mayor comenzó a mover los labios en un movimiento lento.

Con los nervios al mil pasó los brazos detrás del cuello de la otra y le correspondió el beso, aunque en su mente estaban las caras de los hijos de su jefa los cuales la consideraban una amiga pues cada vez que iban Yuqi intentaba jugar con ellos para que no se aburrieran esperando a su madre, quien nunca les prestaba atención y los dejaba ahí solos aburriéndose.

La culpabilidad la abrumó por lo que se separó en el momento en que su jefa la tomó por las caderas para acercarla más.

Respiró agitada pero la mayor solo la miró extrañada -¿Ocurre algo? - le preguntó, Yuqi cubrió su rostro con vergüenza y pena mientras asentía -Usted está casada... esto no debió pasar - dijo mientras sentía las lágrimas comenzando a formarse.

Soyeon suspiró harta -¿Eso qué importa? - preguntó con un tono obvio y cínico, Yuqi se impresionó por eso -¿Qué importa? ¡está engañando a su esposa! - contestó.

Soyeon soltó una risa irónica -Ni siquiera me importa eso en este momento - declaró, Yuqi incrédula se alejó un poco aunque fue en vano pues la mujer inmediatamente se acercó más para tomarla por la cintura y acercarla -¿Por qué pensaría en Somi cuando tengo a la mujer más hermosa frente a mi? - su tono cínico impresionó a la menor, quien intentó alejarse.

-¿Acaso no piensa en sus hijos? - preguntó incrédula, Soyeon rodó los ojos -Tienen todo lo que necesitan, en cambio... yo no... - miró los labios de la china y se acercó más, volviendo a sentir el aliento de la otra cerca de su rostro -Porque lo que yo quiero... es a ti - y volvió a besarla.

Yuqi intentó resistirse a lo que deseaba pero al final sucumbió, cerró los ojos y le siguió el beso de forma intensa, Soyeon mordió su labio inferior para que abriera la boca y pudiera meter su lengua.

La china jadeó cuando su lengua se encontró con la de su jefa en una batalla acalorada por el control. Dicha batalla fue ganada por la coreana quien al separarse tiró por última vez del labio de la chica.

-Señora Jeon... no podemos - jadeó la menor cuando la sintió besando su cuello y de pronto una succión en éste la hizo temblar -Señorita Song, yo sé que le gusto desde hace meses... - reveló la coreana mientras volvía a subir para capturar los labios de la menor.

Al separarse completó su frase -... y quiero decirle que usted también me gusta - Yuqi esta vez fue quien la besó pues se emocionó al escuchar eso, cuando se alejaron de nuevo la coreana le sostuvo la mirada con total seriedad -Sea mi amante... no puedo ofrecerle nada más pero tenga la certeza... de que usted es la única mujer que me gusta - tomó la mano de la menor dándole seguridad.

Yuqi no supo cómo actuar pues jamás se imaginó que su jefa, la mujer más inalcanzable le estuviera pidiendo eso.

"Ser su amante..." pensó, Soyeon la tomó por las mejillas de forma delicada -Si acepta créame que no se arrepentirá, puedo darle todo lo que no ha tenido - sacó su billetera y de ahí tomó un fajo de billetes, poniéndolo en las manos de la chica -Piénselo, siendo mi mujer... nada le faltará - su voz segura impresionó a la chica pues sin duda no estaba jugando, realmente le había ofrecido eso.

Yuqi asintió sin poder hablar, -Deme su respuesta mañana, la estaré esperando con ansias - le dijo la mayor para después besarla de nuevo.

Cuando se separaron la mujer tomó las llaves del auto deportivo que manejaba de su escritorio junto al portafolios que siempre llevaba y salió.

Yuqi se quedó ahí sin saber qué había pasado hasta que bajó la mirada al gran fajo de billetes en sus manos, eso seguramente era muchísimo más de lo que ganaba mensualmente.

Las piernas le temblaron y casi se desmaya, sin embargo guardó el dinero, tomó sus cosas y salió pues el último autobús estaba a punto de pasar y si lo perdía tendría que caminar hasta su pequeño apartamento.

No sabía qué haría pero tendría que pensarlo bien.
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The other woman // Yuyeon G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora