IX

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Había pasado una semana y Yuqi estaba distante con Soyeon. La mayor estaba verdaderamente preocupada por esto ya que no tenía idea de qué hacer para arreglar las cosas.

Soyeon se percató de que las cosas no estaban bien cuando llegó de esa junta con sus hijos. Llamó a Yuqi a su oficina y la china entró con un rostro neutro, la mayor recuerda haberle dicho que se acercara para poder saludarse como acostumbraban y sin embargo la chica se negó.

-Lo siento señora Jeon, en este momento no tengo tiempo de hacer eso - la china se veía seria y su comentario sonó tan apagado que asustó a la otra.

Yuqi nunca se negaba a esos saludos, jamás lo hacía porque normalmente eran muestras de cariño que Soyeon permitía entre ambas, sin embargo impresionó a la coreana cuando dio esa excusa tan pobre. El trabajo nunca fue un problema para eso, por dios, Soyeon era la jefa, no importaba si entregaba los informes más tarde.

Soyeon sabía que algo estaba mal, pero optó por ignorarlo porque imaginaba que se le pasaría rápido, claramente eso no ocurrió.

El fin de semana no recibió ningún mensaje lindo por parte de la chica, siempre recibía mínimo un mensaje de buenos días seguido de un corazón, si la conversación subía de tono llegaba a recibir fotos provocativas que Yuqi sabía que le gustaban. Nada de eso ocurrió porque ni el sábado ni el domingo recibió un mensaje.

El lunes en la oficina todo fue estrictamente laboral, salvo por las ocasiones donde Soyeon le decía cumplidos como los de antes, los que le daba cuando comenzó a coquetearle. Sin embargo como respuesta la china solo se sonrojaba un poco, agradecía y continuaba con su trabajo.

El martes fue peor, Soyeon quería besarla mucho, no aguantaba su lejanía y por eso le pidió que fuera a su oficina con tiempo disponible. Yuqi no podía negarse a una orden de su jefa, así que la acató sin poner peros.

En cuanto entró fue recibida por la mayor, quien corrió desesperada a darle un abrazo seguido de un beso -Al fin es martes mi amor - le dijo entre más besos pequeños. Grande fue su sorpresa cuando Yuqi la alejó sutilmente -Hoy no puedo - contestó con la mirada baja, Soyeon se tensó, abrazó de nuevo a la chica y le preguntó -¿Qué pasa? - su voz desesperada no pareció afectar a la menor.

Yuqi se encogió de hombros y volvió a alejarla -Tengo cosas más importantes que hacer señora, no puedo atenderla - Soyeon sintió como si le hubieran dado un golpe en el orgullo y en el corazón. Intentó volver a acercarse, pero la china solo la empujó con cuidado -Perdóneme pero no puedo - se dio la vuelta rápidamente y salió de la oficina sin mirar atrás.

Soyeon se sentó en el escritorio completamente en shock, era la primera vez que la rechazaba ¡y en su día especial! además, ni siquiera la miró a los ojos, "¿por qué?" se preguntaba.

Salió de la oficina por la noche y no encontró a su secretaria esperándola como siempre lo hacía, se acercó al escritorio de la chica y su corazón dolió cuando notó que ya no tenía en su escritorio algunos de los detalles que le dio.

Decidió no molestarla más, teniendo la esperanza de que al día siguiente todo sería como antes.

Y se equivocó, el miércoles la menor ni siquiera hizo el esfuerzo por entablar una conversación con ella y cuando Soyeon intentó besarla solo se alejó nerviosa.

Algo estaba mal, completamente mal, pero la mayor no sabía qué era, por lo que solo se le ocurrió una forma de enmendar las cosas.

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El jueves Yuqi la ignoró por completo, solo se dedicó a cumplir con su trabajo y no intercambiaron palabras, pero Soyeon ya tenía algo en mente.

Llegada la noche notó que la china se fue y no la esperó, Soyeon sacó de su escritorio la pequeña caja junto a otra un poco más larga y las guardó en la guantera de su deportivo.

Condujo a casa de la menor con algo de nervios hasta que llegó, se mentalizó por cualquier cosa, sacó las dos pequeñas cajas y bajó del auto.

Los vecinos de la chica la observaron curiosos, probablemente preguntándose por qué no había ido el martes pasado.

Tocó la puerta dos veces, ocultó las cajas detrás de su espalda y esperó, Yuqi abrió la puerta con una cara cansada junto a unos muy notorios ojos rojos y ojerosos. La mayor se impresionó porque con el maquillaje no había notado lo mal que se veía la otra, era como si estuviera completamente agotada.

Yuqi iba a cerrar la puerta en cuanto la vio pero Soyeon metió el pie para evitarlo -Tenemos que hablar - sentenció, la china suspiró cansada y asintió, abriéndole de nuevo la puerta.

Soyeon entró intentando parecer segura -¿Qué está pasando? - preguntó directa, Yuqi soltó una risa muy falsa -No pasa nada señora - afirmó, la mayor negó con la cabeza -A esto es a lo que me refiero, para ti no soy la "señora Jeon" soy Soyeon, soy la misma Soyeon que - de pronto fue interrumpida por una Yuqi molesta -Eres la misma Soyeon que solo viene a follarme e irse - escupió, la mayor sin entender su comportamiento negó -No entiendo por qué te molesta, creí que estabas bien con eso - sacó las pequeñas cajas enseñándoselas a la chica -Te compré esto - abrió la más pequeña, que contenía un anillo de oro con un pequeño diamante en el centro. Tomó la otra caja y la abrió, mostrando un collar de oro que hacía juego con el anillo.

Observó los ojos de la menor poniéndose cristalinos y creyó que era por la felicidad de tener algo tan caro, sin embargo en vez de agradecer la china solo la empujó, haciendo que se golpeara con la puerta -¡Eres una idiota! ¿crees que puedes comprarme? - Soyeon abrió los ojos sorprendida y negó repetidas veces -Esto no es hablar Jeon Soyeon, ¡estás comprandome con estas joyas! - Yuqi le arrebató los regalos, abrió la puerta y la empujó para que saliera, haciendo que cayera y lanzandole sus costosas joyas -No soy Somi para que soluciones todo con tu dinero - reclamó.

Soyeon la vio entrar a la casa rápidamente y salió con un montón de los trajes que tenía, así como demás ropa -¡Largate, no quiero volver a verte! - Soyeon se sentó en el suelo asustada por todo lo que estaba pasando -P-pero ¿qué hice? - le preguntó desesperada, Yuqi llorando le aventó la ropa y le contestó -Me cambiaste, me hiciste convertirme en lo que más odio, me engatusaste con palabras bonitas y regalos estúpidos solo para acostarte conmigo - los vecinos de los departamentos salieron a ver lo que ocurría sin perder detalle de todo.

La coreana se incorporó dejando los costosos trajes en el suelo -P-pero yo-yo no quería eso, de verdad me gustas - se acercó a la menor con cautela y observó los ojos rojos de la chica -Entonces demuéstralo - pidió.

Soyeon no entendía qué era lo que quería de ella -¿Cómo? - le preguntó intentando tomarla de las manos, Yuqi en cambio se alejó más -Tú sabes cómo Soyeon - y cerró la puerta, dejando a la mayor bajo la mirada de todos los vecinos quienes cuchicheaban entre ellos y le daban una mala mirada.
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¿Quieren que se queden juntas?

The other woman // Yuyeon G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora