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"¿Yo sé cómo?" se preguntó mientras intentaba recoger sus cosas del suelo "Oh, ella quiere eso" razonó "Va a ser difícil..."

Con sus cosas listas caminó hacia el deportivo, ignorando las miradas sobre ella. Subió al auto y arrancó, no tan lista para regresar a su casa.

Cuando llegó notó que el auto de su esposa no estaba, lo que le extrañó por completo. Entró a la casa viendo todo apagado, pero no se le hacía extraño pues ya era tarde y asumió que Somi estaba durmiendo, aunque lo del auto la ponía a pensar.

Subió a las habitaciones de sus hijos, visitando una y después la otra, depositando un pequeño beso en la cabeza de cada uno, los arropó con cuidado y después se dirigió a su habitación, con la mente ocupada por los sucesos del día de hoy.

-Ella merece más... - susurró pensativa, al entrar a su habitación se impresionó pues su esposa no estaba por ningún lado, el cuarto estaba vacío y la cama perfectamente tendida como la había dejado en la mañana.

Preocupada por su esposa tomó el teléfono y marcó al celular de su esposa, después de varios tonos entró el buzón de voz pero volvió a llamar y antes del último tono fue que su esposa contestó el teléfono -¿Hola? - su voz sonaba agitada, como si hubiera hecho mucho ejercicio -¿Somi dónde estás? - preguntó directa, al otro lado de la línea pudo escuchar la voz de otra persona pero no entendió lo que decía -Salí con unas amigas - contestó -¿Y tú? ¿no tienes que quedarte a trabajar? - preguntó la otra con la voz todavía agitada -O-oh y-yo estaba muy cansada, así que decidí parar y venir a dormir a la casa - Jeon se excusó.

De pronto escuchó un jadeo por parte de su esposa seguido de un pequeño gemido -¿Con quién carajos estás? - preguntó Soyeon con la voz tensa -Y-ya te dije que estoy con unas amigas - contestó la otra con una voz que solo hizo sospechar más a la mayor, golpeó con el puño cerrado en la mesa de noche que tenía al lado -Y una mierda, ¿con quién estás? - su voz enojada y clara salió firme -¡Ya te lo dije Soyeon! - Somi le gritó para después colgar el teléfono.

Soyeon lanzó el celular a la cama con enojo, era claro que su esposa la estaba engañando con alguien y encima le mentía de una forma descarada, ¡por dios esos jadeos no podían mentir!

Se quitó el saco, la corbata y salió de la habitación en dirección a su oficina, se sentó en el escritorio que había en esta y reflexionó. No tenía derecho a enfadarse con Somi porque ella también la estaba engañando, de hecho si lo pensaba mejor esto le podía ayudar para dejar a su esposa y así Yuqi estaría con ella.

Se dirigió al pequeño bar que tenía y llenó un vaso con whisky y hielos, regresó al escritorio y se sentó con la mirada perdida, pensando en lo mucho que la había cagado con su secretaria, porque ahora entendía sus sentimientos.

Sabía que no amaba a Somi, pero jamás creyó enamorarse de alguien más, cuando veía a la china creía que solo era su lujuria la que le hacía no quitar su mirada de ella, aún antes de comenzar con el coqueteo.

La observaba cuando podía, disfrutando de lo hermosa, radiante y feliz que siempre se veía, cuando la miraba sonriendo pensaba en que así debía quedarse siempre, sonriendo con felicidad.

Ahí fue cuando notó que la atracción era mutua, pues la china se ponía nerviosa cuando se acercaba e incluso la descubrió muchas veces observándola para después pretender que estaba leyendo o escribiendo, sin perderse el detalle de sus mejillas sonrojadas.

Soyeon tomó la botella de whisky y la puso en su escritorio, sirviendo más que la vez pasada mientras su mente se volvía a sumergir en la pila de recuerdos que la hacían sonreír.

Recuerda la sensación de culpabilidad cuando comenzó a coquetearle, aunque actuaba descarada la mayoría de veces, normalmente sentía esa pizca de culpa abrumandola, pero desaparecía cuando observaba a la chica sonriendo y sonrojándose con pequeñas cosas que pronto subieron. Desde guiños, sonrisas, saludos con besos en la mejilla y escalando hasta las cosas materiales con rosas, chocolates y objetos varios que veía ideales para su secretaria.

The other woman // Yuyeon G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora