VI

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Y rápidamente pasó un mes siendo la amante de Jeon Soyeon, su jefa, a Yuqi no la enorgullecía, pero le gustaba estar con Soyeon en la oficina, dándose cariños en medio de su jornada laboral.

Hasta que Somi de nuevo casi las descubre, ahí fue cuando Soyeon puso las reglas por primera vez. Acordaron dejar de verse tan seguido en horarios no laborales y la coreana sugirió que pusieran días específicos para eso.

Soyeon le dijo que martes y jueves serían dedicados a ella por completo pues los demás días tenía que llegar temprano a casa con su esposa e hijos, Yuqi aceptó porque no le quedaba de otra y realmente amaba a su jefa.

Una tarde la china regresó de su hora para comer, entró feliz para dejar unas copias y tenía planeado besar a la mayor pues en toda la mañana no había podido hacerlo, sin embargo se tensó por completo cuando al abrir la puerta de la oficina la observó con su esposa besándose de una forma apasionada y acalorada, como consecuencia sus ojos inmediatamente se llenaron de lágrimas pues nunca las había visto así, siempre se comportaban frías entre ellas.

Soyeon entreabrió los ojos después de tomar a su esposa por la cintura solo para encontrarse con su destrozada asistente quien observaba todo mientras las lágrimas bajaban por sus mejillas, la mayor abrió los ojos con susto y de pronto la puerta de la oficina fue cerrada estruendosamente.

Somi se separó y miró a la puerta extrañada -Tus empleados deberían de al menos saber tocar antes de entrar - comentó con fastidio, Soyeon ni siquiera la miró, solo veía a la puerta con una mirada preocupada, su esposa no pasó eso por alto -Cariño deja de preocuparte tanto, todos aquí saben que estamos casadas no sé qué es lo que te hace actuar así - Somi la tomó por las mejillas para que la mirara.

Soyeon se obligó a dejar de mirar, por más preocupada que estuviera, no podía hacer nada ahora y de todas formas Yuqi sabía que estaba casada, sabía en qué se estaba metiendo "es cierto no es mi culpa" se dijo, sin embargo mientras Somi intentaba volver a besarla no podía dejar de sentir una presión en el pecho junto a la necesidad casi incontenible de correr en busca de la chica.

Somi notó su cambio por lo que enfadada se separó -Jeon Soyeon, no estoy aquí para que me ignores - reclamó, la mencionada no contestó -Estoy harta de que seas así conmigo - Somi le dio un empujón a su esposa y salió furiosa de ahí.

Soyeon observó todo sin decir nada, sin embargo en cuanto su esposa se fue corrió a buscar a su asistente, Yuqi no estaba en su puesto de trabajo lo que la asustó de sobremanera, buscó y buscó sin encontrarla hasta que otra empleada la notó desesperada -¿Necesita algo señora Jeon? - le preguntó, la mencionada inmediatamente asintió.

-No sé dónde está Yuqi - contó con la preocupación en su voz siendo notable, sin embargo la empleada lo atribuyó al estrés por la carga de trabajo -Yuqi se fue temprano, le dije que le descontarían el día de su sueldo pero no le importó, dijo que no se sentía bien y salió llorando - explicó.

Soyeon mordió su labio inferior con ansiedad al escuchar eso -¿Sabes a dónde fue? - cuestionó con la voz más serena que tenía, la empleada negó -No me lo dijo pero seguramente fue a su casa -

Soyeon agradeció y regresó a su oficina, quería correr a buscar a Yuqi para abrazarla estando recostadas en su pequeña cama, sin embargo no podía hacerlo, ni lo haría, porque la china era su amante y solo eso, no tenía que amarla, solo tenía que gustarle.

Masajeó su cien sintiendo un pequeño dolor abrumándola y posteriormente tomó los papeles que le hacía falta revisar. "Ya la veré luego... aunque sea miércoles"

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Yuqi llegó a casa llorando inconsolable y por eso sus vecinos ni siquiera la molestaron, entró mientras hipaba y lloraba con fuerza corrió a su cuarto encontrándose con uno de los trajes de Soyeon colgados pues como se quedaba a dormir tenía que cambiarse.

Se dejó caer en la cama sintiendo dolor en su cabeza por el llanto y aún sin importarle siguió hasta que se quedó dormida, con el pensamiento de que ella no tenía derecho a sentirse así, que sus sentimientos no eran válidos, porque ella era "la otra".

Horas más tarde una suave mano acarició su rostro con delicadeza tal como si no quisiera romperla, abrió de a poco los ojos sintiéndolos muy pesados e hinchados, su vista tardó un poco en enfocar y cuando lo logró se encontró a su jefa sonriéndole.

Yuqi se levantó rápido y sin querer mirarla, pero Soyeon solo se sentó a su lado para abrazarla, la menor inhaló el reconfortante aroma de quien ella llamaba amor de su vida, aún algo renuente la abrazo.

Jeon besó su cabeza con pequeños besos esparcidos amorosamente -Perdón - le dijo, Yuqi sentía ganas de llorar de nuevo pero ya no podía, por lo que solo cerró los ojos.

La coreana se separó y volvió a acariciar su rostro -Oh bebé tienes los ojitos hinchados - dijo en voz baja, besó ambos al igual que los labios de la menor.

Yuqi le correspondió con lentitud, depositando todo su amor en ese beso, tratando de alejar los pensamientos que le recordaban las escenas anteriormente vistas. Soyeon por su parte, se engañó mentalmente pues no paraba de decirse a si misma que esas acciones extrañas en ella solo eran producto de su aprecio por la otra.

La china suspiró enamorada, sintiendo como volvía a caer en ese sentimiento necesitado del amor de la otra y Soyeon solo se dedicó a darle lo que quería.

Yuqi se separó abruptamente cuando recordó algo -Hoy es miércoles - afirmó extrañada, Soyeon asintió sabiendo lo que eso significaba -P-pero hoy no hay espacio para mi - continuó la china, Soyeon negó -No te preocupes por eso bebé, ahora estoy contigo y es lo importante ¿okey? - la tomó por las mejillas dejando un beso largo en su frente, Yuqi cerró los ojos fundiendose en el momento.

"No es martes, no es jueves y aquí estás... te amo" pensó, su boca quería dejar salir esa última frase pero sabía que no era posible y sin embargo decidió dejar de pelear con sus impulsos, soltando aquella frase que podría costarle todo.

-Te amo - susurró mirando a los ojos de la coreana, sin embargo las ganas de llorar volvieron cuando observó el cambio en su rostro, pasó de uno amoroso a tenso, después indeciso y al final frío.

Una mirada fría fue lo único que obtuvo, pero no le sorprendía, Soyeon no daba amor, solo placer. -Vamos a dormir - fue la única frase que la coreana dijo, Yuqi asintió resignada.
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The other woman // Yuyeon G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora