VII

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Yuqi no podía dormir, estaba recostada en esa pequeña cama con la mitad del cuerpo sobre Soyeon, como varias veces ya lo habían hecho, pero no lograba caer dormida, podía escuchar la relajada respiración de su jefa debajo de ella pero no la arrullaba como en otras ocasiones.

Intentó concentrarse en los latidos de su corazón pues eso la ayudaba a dormir, sin embargo esta vez no fue así, no se sentía sobre aquel calor reconfortante que siempre la hacía sentir mejor, era como si después de su confesión todo se volviera frío.

Yuqi pensó en que ese era el problema así que lo arreglaría, aunque tuviera que mentir -S-Soyeon... - susurró, la mayor no dio indicios de levantarse por lo que con los nervios al mil le habló en el oído -Señora Jeon, olvide lo que dije, no lo decía enserio, solo me dejé llevar por las emociones... - su voz baja no levantó a la mayor por lo que siguió hablando de forma nerviosa -N-no tiene que preocuparse porque conozco mi lugar, sé para lo que viene a mi casa y estoy consciente de que precisamente esto no es lo que quiere ni lo que espera... - besó los labios relajados de su jefa y ocultó su rostro -Vino en un horario extra y sin embargo solo me dediqué a llorar, señora... puede decirme lo que quiere hacer ahora, porque estoy segura de que no ha dormido desde que dije eso - y Soyeon se tensó pues fue descubierta.

Era claro para Yuqi que ella no estaba durmiendo pues tenía hábitos cuando lo hacía. Soyeon abrió los ojos y se incorporó un poco sin saber qué hacer ahora, la habitación estaba en completa oscuridad y lo agradecía pues le ayudaba a ocultar su rostro nervioso.

Yuqi la tomó por las mejillas con delicadeza y se acercó a ella hasta que sus alientos chocaron -Tú no quieres esto, porque no es el tipo de relación que alguien como tú espera - cada palabra rebotó en los labios de la coreana, haciéndola ponerse nerviosa -Tú estás casada con alguien de tu nivel, nunca estarías con alguien como yo, no podrías dormir para siempre en esta pequeña cama y tampoco podrías imaginar tener hijos viviendo en estas condiciones - Soyeon cerró los ojos sintiendo la crueldad de sus palabras, no podía creer que Yuqi se expresara así de ella.

-Porque tú nunca... te imaginarías una vida con alguien como yo, por eso soy la otra ¿no? porque yo te despierto cosas tan sucias e inmorales que nadie de la alta sociedad quisiera escuchar - la coreana jadeó sorprendida cuando sintió un apretón en su entrepierna -A mi me puedes follar y después esconder, conmigo puedes ser esa faceta salvaje que tienes pero que Somi nunca aceptaría - Soyeon negó con la cabeza impactada por lo que escuchaba, pero Yuqi no podía verlo.

-Yo... yo solo soy tu juguete sexual, el juguete que nunca te va a decir que no, el juguete que se conforma con dos días a la semana, soy ese juguete al que solo ves como una forma de quitarte el estrés - Yuqi se inclinó y besó a su jefa, Soyeon intentó apartarse para negarlo todo cuando sintió las lágrimas de la china mojándola, pero la otra no se lo permitió -No te amo, puedes estar tranquila... porque los juguetes no aman - susurró en la oreja de Soyeon de forma lenta.

Una timbre de llamada sonó, ambas se separaron y Yuqi encendió las luces para que Soyeon pudiera tomarlo -¿Hola? - respondió, la china no entendía lo que le decían a su jefa pero ya lo imaginaba -Lo sé Somi es solo que surgió algo - excusó.

Yuqi rio amargamente cuando escuchó ese nombre, salió de la habitación y fue al baño evitando ver a la otra mientras mentía descaradamente sobre una reunión de negocios inexistente.

Cuando dejó de escuchar voces salió de nuevo y observó a Soyeon tomando su saco -Tengo que irme... - le dijo, la china sonrió mientras asentía, se acercó a la mayor, le dio su portafolios y besó sus labios -Nos vemos mañana Señora Jeon -

Soyeon asintió -Hasta mañana Yuqi - la menor negó al escuchar eso -Señorita Song - corrigió, la coreana sintió miedo al escuchar eso sin embargo la china no hizo nada más que abrirle la puerta para que se fuera.

Salió confundida e inmediatamente la puerta de la casa se cerró y escuchó los pasos alejándose. Soyeon decidió no pensar en eso pues ahora tenía que enfrentar a su esposa.

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Al día siguiente Yuqi llegó a primera hora como siempre, preparó todo lo que la mayor le había pedido y esperó, aproximadamente una hora después Soyeon apareció vistiendo uno de los caros trajes que siempre llevaba.

Yuqi observó su propia ropa y suspiró pues no estaba ni cerca de la ropa cara que su jefa usaba, la china lo aceptaba, estaba mal lo que estaba haciendo y por eso merecía sentirse así.

Aunque por otro lado esos pequeños momentos con Soyeon la ponían feliz y precisamente por eso no quería renunciar a lo que tenían, porque era el único motivo por el que la mujer de sus sueños le haría caso.

Yuqi no se sentía bien para tener que jugar su rol de amante pues sabía que era jueves lo que significaba que tendría a Soyeon para ella todo el día, sin duda sería difícil comportarse como siempre. Solo esperaba que el día avanzara rápido.

Claramente la vida estaba en su contra y no solo se le hizo eterno sino que también había un ambiente incómodo entre ella y la mayor, Yuqi esperaba que eso hiciera reflexionar a Soyeon y así no la tendría en su casa, pero las cosas una vez más no salieron como ella quería, pues cuando estaba a punto de irse sola a casa Soyeon la alcanzó, tomándola del brazo para evitar que siguiera caminando.

-Es jueves - la escuchó decir con un tono cauteloso, la china suspiró derrotada para después asentir, cuando solo quedaba el guardia de seguridad en el edificio ambas salieron para subirse al auto de la coreana en completo silencio, Soyeon estaba demasiado incómoda pero intentó aligerar el ambiente de una forma nada buena.

Antes de encender el auto se volteó hacia la otra y la miró, Yuqi le sostuvo la mirada un tiempo hasta que la desvió, su jefa sonrió al ver eso pues le pareció tierno, se acercó a la china y tomó sus mejillas para besarla.

Yuqi cerró los ojos con incomodidad pues las imágenes del día pasado se reproducían en su cabeza como una película, pero no pudo más cuando la mano de la otra tocó sus muslos descubiertos a punto de subir por debajo de la falda.

Se alejó abruptamente y cerró las piernas, Soyeon la miró desconcertada -A-aún estamos en la empresa, es peligroso... - se excusó, su jefa asintió aún no muy convencida.

Encendió el auto y salieron, Yuqi mientras tanto, intentó ocupar su mente en otra cosa que no fuera la mujer a su lado luciendo hermosa.
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The other woman // Yuyeon G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora