III

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-Me parece que ha tomado una excelente decisión señorita y créame que no se arrepentirá - Soyeon alejó el sillón del escritorio y palmeó sus piernas -Siéntate -

La chica asintió con vergüenza por lo que caminó tímidamente, pasó una pierna a cada lado de la mayor y tomó asiento, Soyeon mordió su labio inferior mientras veía la magnífica figura que tenía delante.

-Siempre te ves preciosa pero hoy te superaste, estás... bellísima - declaró mientras la observaba de arriba a abajo sintiendo sus pantalones un poco apretados en la entrepierna.

Yuqi jugó con sus dedos -G-gracias señora - Soyeon acarició sus piernas descubiertas hasta pasar por debajo de la falda con lentitud -No me digas señora, llámame Soyeon - ordenó, la china asintió -E-está bien Soyeon -

La coreana tanteó los muslos de la chica sin vergüenza -Me siento muy estresada, tener visitas indeseables me pone tensa ¿por qué no me ayudas? - apretó los muslos y subió para tocar sobre las bragas de la menor.

Yuqi mordió su labio y se obligó a ignorar el comentario que su jefa hizo sobre su familia -¿Como propone que la ayude? - preguntó moviendo sus caderas contra el toque de la mujer, Soyeon sonrió -Déjame acabar dentro - pidió como si fuera lo más normal del mundo.

La asistente sintió el calor inundándola al mismo tiempo que pensaba lo que haría, si le decía que sí debía tomar una pastilla del día después pero aún así era peligroso. Sin embargo era algo que le pareció tentador.

Se armó de valentía y llevó sus manos desde el pecho hasta la entrepierna donde encontró un bulto notable, desabrochó los pantalones y sacó el erecto miembro -¿Si la dejo hacer eso qué ganaré? - cuestionó mientras jugaba con el líquido preseminal, su jefa se relamió los labios, amando ese juego que estaban teniendo.

-Te daré lo que tú quieras bebé, pídelo y lo tendrás - ambas se besaron mientras la menor masturbaba a la coreana con fuerza, Yuqi estaba fascinada con el tamaño del miembro y aún no podía creer que se encontrara en una situación así con su jefa.

Cuando se separaron la china se hincó en el suelo debajo del escritorio, y de pronto la puerta de la oficina se abrió.

Soyeon se acomodó mejor en la silla observando a quien había entrado, su esposa había regresado con los niños lo cual la extrañó -Ya te he dicho que toques antes de entrar - dijo con enojo.

De pronto la chica debajo del escritorio lamió la punta del pene, provocando que la mayor cerrara los ojos por un momento y entonces las succiones a su miembro comenzaron.

Soyeon agarró con fuerza el borde del escritorio para intentar contener el placer que sentía. Su esposa mientras tanto se sentó en una de las sillas frente a su escritorio.

-A mi no me importa lo que tú digas, regresé porque los niños necesitan dinero para la escuela - la voz de su esposa sonaba completamente fastidiada, Soyeon miró a los dos pequeños jugando en su oficina, algo que odiaba.

Sacó de su billetera un fajo de billetes y se lo entregó a la otra -Toma, ahora largo - habló con la voz ronca por el placer. Su esposa levantó una ceja al notar ese cambio en su voz -Tienes la voz ronca deberías tomar algo, puedes resfriarte - sugirió. Soyeon en cambio bajó una mano para guiar la cabeza de la china de arriba a abajo más rápido.

Los niños que no estaban poniendo atención de pronto preguntaron algo que la tensó -¿Dónde está Yuqi? - Soyeon dejó de guiar a la mencionada y la propia Yuqi que no tenía idea que los niños estaban ahí dejó de moverse.

Soyeon pensó en lo primero que se le vino a la mente -La mandé a imprimir algo - su voz nerviosa hizo que su esposa la mirara sin embargo no cuestionó nada más pues realmente no le importaba.

-Bueno tienes el dinero ahora largo - habló con una voz fría mientras con su mano empujaba la cabeza de la chica para que reanudara lo que estaba haciendo, sin embargo Yuqi se negó.

Somi tomó a los niños y cuando estaba a punto de salir Soyeon le dijo una última cosa -No me esperes, tengo mucho trabajo así que me quedaré trabajando toda la noche - su esposa la miró pues se le hacía sumamente extraño, Soyeon nunca se quedaba trabajando. Sin embargo decidió ignorarlo por esta vez.

-Está bien - dijo para después salir con los pequeños tomándola por la mano.

Cuando los pasos se alejaron lo suficiente Soyeon bajó la mirada hacia la chica arrodillada debajo de su escritorio -Eso estuvo cerca nena - le ofreció una mano para que se pusiera de pie y eso hizo, Yuqi tenía los labios mojados y brillantes, sin duda era una imagen que a Soyeon le parecía muy erotica.

La china desvío su mirada al escuchar eso -Demasiado cerca, Dios mío me siento tan sucia, haciendo ese tipo de cosas con los pequeños en la misma habitación ¿por qué no me paró? - le preguntó apenada, Soyeon soltó una carcajada desvergonzada -Ellos no se dieron cuenta hermosa, aunque me asusté cuando preguntaron por ti, sería complicado explicarles que su amiga me estaba dando una mamada ¿no? - dijo divertida, la asistente no podía creer lo que había escuchado.

-¿Realmente no le importa? - su tono impresionado no fue pasado por alto ya que Soyeon lo notó al instante -Bueno hermosa si realmente te importaran esos niños no estarías metiendote con su madre - la mayor se levantó solamente para bajar sus pantalones junto a la ropa interior al mismo tiempo que desabrochaba su saco junto a la blusa.

-Terminemos con esto porque tenemos toda la noche para nosotras - volvió a sentarse despreocupadamente ignorando el rostro impresionado de la chica -Corre antes de que se baje - dijo mientras empuñaba su erección.

La conciencia de la china la estaba matando pues la atacaba con pensamientos que la hacían considerar retractarse e irse de ahí, no era para nada ético lo que estaba haciendo y tal como Soyeon dijo, si realmente le importaran esos niños entonces ni siquiera estuviera ahí.

Suspiró, ella realmente quería que su jefa la quisiera y si solo podía hacerlo bajo esas condiciones entonces lo aceptaría. Con eso en mente decidió dejar sus pensamientos atrás, bajó la falda que llevaba junto con sus bragas y se mentalizó para lo que haría.

Pasó una pierna a cada lado de la coreana y se sentó, ambas comenzaron un beso acalorado centrándose solo en el cuerpo ajeno. Soyeon dirigió su miembro hasta la entrada de la chica y la otra se sentó, penetrándose.

Ambas jadearon en ese momento por las increíbles sensaciones.

Yuqi se enganchó al cuello de la mayor para comenzar a dar pequeños saltos consecutivos gimiendo cada vez que el miembro la penetraba hasta el fondo. Soyeon la tomó por las caderas guiandola sin darle descanso.

La menor arqueó la espalda conforme su orgasmo se acercaba y sus gemidos se insentificaban -¡Ah, s-señora Jeon! - gemía, la mencionada cerró los ojos concentrándose en su propio placer para alcanzar a la otra y de un momento a otro ambas se tensaron por completo.

La menor mordió su labio inferior con fuerza para contener los gimoteos de placer que soltaba por sentir el caliente esperma llenándola, Soyeon en cambio dejó escapar sus propios gemidos bajos. Ambas se miraron con las mejillas sonrojadas e intercambiaron un par de besos.

-Vamos a tu casa - dijo la mayor con una voz agitada, Yuqi asintió aunque por dentro no quería eso pues su apartamento era pequeño, nada lujoso y se encontraba en una zona problemática, no quería que la refinada mujer se asustara o sintiera pena por eso.

-¿N-no podemos ir a otro lugar? - sugirió con ansiedad, Soyeon que, mientras tanto besaba su cuello, realizó un sonido negativo sobre la sensible piel que besaba -Le di todo mi dinero a Somi para que nos dejara solas nena, quisiera pagar un motel pero me es imposible en este momento, además si vamos a comenzar a sostener este tipo de relación no se me haría raro que conociera donde vives - Lamió con la punta de su lengua de abajo hacia arriba sobre el punto de pulso, robándole un quejido a la menor.

-E-está bien... - se resignó la chica.
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The other woman // Yuyeon G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora