Una Vida a tu Lado [TERMINADA]

"20"

Narra Fabián Hoffman

Cuando tenía 16 años, mi padre regresó a mi vida, me dejé engañar y me volví un adolescente rebelde, mi padre me dió drogas y me di cuenta que traficaba anfetaminas y otras sustancias por todo el territorio, era un joven iluso y no importo nada. Hasta que un día, lo ví con mis propios ojos asesinar a alguien. Y ahora se empeña en entrar a mi vida y dañar a Grecia

—Bienvenida a la familia, Grecia —la miró de una forma morbosa. Algunos de los invitados nos miraban interrogantes, ví a mi abuelo en una esquina, enojado

—Gracias —pronunció mi ahora esposa y se alejó de la pista a toda prisa

Le dí una mirada a mi madre y ella asintió, pasó rápido al centro de la pista y llamó la atención de todos invitándolos a bailar. Me acerque a Albert y mire disimuladamente el lugar

—No te di invitación —dije serio

—No necesito invitación para la boda de mi hijo, además...esta boda no es real, aún que ella te guste —sonrió burlón

—... Tus palabras no son válidas, nada de lo que dices es cierto, te pido que te vayas

—Tengo una mesa por allá —se alejó y lo ví sentarse en una mesa con dos hombres

Se acercó Esteban y tocó mi hombro
—Hermano ¿Todo bien? ¿Ese hombre...es tu padre?

Asentí

—Si. Él es Albert Campbell. ¿A dónde fue Grecia?

—Ammm, está con Máximo por allá —señalo y los ví a ambos en una mesa, es dijo algo y ella se sonrojó ligeramente

—Gracias —sin más me acerque a ellos

Máximo nota mi presencia y se pone de pie

—Felicidades primo —me dió la mano —Fabián, olvida el pasado, anda —insistió con la mano —Hay gente mirando

La tomé algo enojado y me senté junto a mí esposa, Máximo asintió y nos dejó solos

—¿Todo bien? —pregunté luego de un rato

Ella miraba la mesa donde se encontraba Albert, lucía asustada, y eso me dió la idea de que ella ha hablado con él a solas

—Quiero irme —me miró a los ojos

Asentí y tomé su mano, ahora Grecia es una de mis responsabilidades, aunque no quiera aceptarlo depende de mí su seguridad

Meses Después

Meses habían pasado después de la boda. Grecia y yo cada vez somos más distantes, y a decir verdad no busco la manera de hablar con ella del todo

Regrese a Vancouver, pasé por la casa de mis padres primero, Grecia y quizá esté con Máximo

Tocó y me abre Eloísa con una sonrisa

—Hola mi niño —me abrazó

—Hola Nana —entré en la casa

—Todos están en la sala —dijo y se fue

Pase a la sala y ví a mis padres, Hermanos, cuñada, y Amelia, la cual me sorprendí al verla con una gran panza.

—Fabián —mi madre me abrazó

—Al fin te apareces —dijo burlón Esteban

—¿Cómo están?

—Ya casi está listo el...—entró en la sala y nos miramos

Tenía el cabello más largo, una falda de tul larga y una blusa blanca de tirantes, tacones altos, se veía muy hermosa. La ví sonreír y acercarse a mí para abrázame, bese su frente y acaricie su mejilla

—Hola —susurró con una sonrisa

—Vamos al jardín para comer —dijo mi mamá y todos fuimos con ella

Nos sentamos juntos y tomé su mano

—¿Cómo has estado? —pregunté viéndola

—Bien, ¿Y tú? ¿Qué tal tus viajes? —dijo algo sonrojada

—Bien

—¿Cuándo volverás a irte? —preguntó y pude ver un rayo de desilusión en sus ojos

—Quizá en un par de días —dije

—Mm —dijo poco convencida

Sentí mi teléfono vibrar a en mi bolsillo, y lo saqué para ver de quién se trataba

—¿Hola?

—Fabián —escuché la voz de mi suegro

—¿Qué sucede?

—Se trata de Elena...tuvo un accidente —miré a Grecia junto a mi y me levanté para hablar lejos de ella

—¿Accidente?

—Ella... murió —escuché un sollozó —Estaba en el auto y...el auto chocó y explotó

—¿Cuándo sucedió? —dije pasando una de mis manos por mi cabello

—Hoy... Necesitó que le...le digas a Grecia, yo...yo no puedo —escuché su voz quebrada

—Lo haré, y tranquilo la llevaré

—Grecia, Fabián —oí su voz cortada, y finalizó la llamada

Volteé y ví a Grecia reír con Alana y toda mi familia, se pondrá muy mal

—Grecia —dije cerca de ella, me miró y se levantó —Hora de irnos

—Que fastidioso eres Fabián —arqueé una ceja ante las palabras de Alana —Viajas por semanas y vuelves siendo un mandón

Rodé los ojos, siempre Alana con su actitud jodida

Todos rieron, pero no pude reír por lo que iba a decirle a Grecia

—Vamos —tomo su pequeño bolso y sonrió tímidamente

—Adiós —me despedí, tomé la mano de mi esposa y salimos de la casa

Subimos a mi auto
—¿Qué sucede? —me miró interrogante

—En casa de cuento —dije serio y arranque el auto

El trayecto fue corto y silencioso, llegamos a la puerta del departamento y Gabriela me abordó en ella

—¡Amor! —dijo escandalosa

Grecia bajo la cabeza

—Le dije a tu linda, esposa, que llegarías hoy

Y ahí me di cuenta de que Gabriela y Grecia han hablado en mi ausencia

—Nos vemos luego —abrí la puerta y entramos

Ella se quitó los tacones y caminó descalza hasta la sala, se detuvo en medio y me miró

—¿Qué pasa? —dijo

Tomé su rostro entre mis manos y mire sus ojos color verdes, verde esmeralda

—Tengo que decirte algo —bese su frente —Pero tu tranquila ¿Si?

Me miró a los ojos. Todos estos meses lo que más había querido era venir y besarla, pedirle que me dejara hacerla mía, pero ahora tengo que decirle que su madre está muerta

—¿Qué pasa? —dijo asustada —¿Por eso tú seriedad no?

—Hey, Hey —la detuve —Escúchame

Asintió

—Tu papá me llamó hoy, me dijo que...

—¿Qué?

—Que tú madre tuvo un accidente...

—¡¿Qué?! ¿Está bien? ¿Cuándo?

—Grecia, escúchame —la tomé de mis brazos y la senté en el sofá, me puse de cuclillas frente a ella y tomé sus manos —Tu madre murió en el accidente

Sus ojos se perdieron y poco a poco se fueron llenando de lágrimas gasta que...