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Ꮺ ָ࣪ capítulo 23 | emotional worker? 𓂃

Luego de una reunión larga, dónde básicamente su mánager le suplicaba a Jeno mudarse, Haechan caminaba junto a él por los pasillos de su empresa.

Por un lado, su ya amigo, no sólo seguridad, se preguntaba por qué se rehusaba tanto a irse; si un par de veces fans golpeaban su puerta y su madre no sabía qué hacer.

Pero claro; no podría dar pocos pasos y ya estar en casa de Jaemin.

-Es más seguro. - Le abrió la puerta del vehículo. -Lo entiendes, ¿no?

Jeno entró sin decir ni una palabra; Haechan rodó sus ojos y caminó hasta el lugar del conductor.

Ahora tenían otra reunión, y sólo él sabía lo importante que era. Le aterraba que Jeno arruinaba todo, por el simple hecho de estar enojado.

-Mira, escúchame. - Ya se encontraban en camino. -Ahora tienes otra-

-No, no quiero. - Bufó mirando a la ventana. -No estoy de humor.

-Créeme que quieres estar de humor para esto.

El resto del viaje permanecieron en silencio, y entonces Haechan comenzaba a ponerse nervioso.

Sentía que, si mencionaba el hecho de recibir una propuesta de otra empresa, empeoraría el humor de Jeno al cien por ciento.

Pero también estaba seguro podría ser todo lo contrario, y levantarle el ánimo.

Un poco de miedo sintió al pensar que el edificio dejaría bien en claro qué empresa era, pero al final no.

Siguió todas las indicaciones que le habían dado el día que lo contactaron, y entonces bajaron del auto.

-El teaser de Adidas Originals fue tendencia. - Habló un Jeno algo más tranquilo.

-Sabías que lo sería, ¿o no?

-Sip. - Sonrió. -¿De qué marca es la reunión?

-Lo verás, Jeno, lo verás.

Tal vez se habían acostumbrado a entrar en lugares lujosos, pero este se estaba llevando el premio mayor.

Tanta elegancia hasta los hacía sentir raros, como si no pertenecían ahí. Pero debían seguir.

Pronto, observaron a dos hombres de traje, esperando.

-Joder, son mucho más grandes que tú, Haechan.

-Silencio.

Aquellos saludaron a Haechan, obvio preguntando si es que se trataba de él, y lo supieron con sólo ver a Jeno.

Cualquiera puede sorprenderse con tan lindo chico.

Caminaron aún más, y hasta subieron quién sabe cuántos pisos. Aparentemente todo llevaba a una oficina.

-Que pase él sólo. - Indicó uno de los hombres.

Jeno miró automáticamente a Haechan, pues no tenía ni puta idea de lo que estaba a punto de pasar.

El mismo lo miró con tranquilidad, intentando transmitirle lo mismo, y que iba a esperarlo.

Si antes había sentido cosas raras ante la elegancia del lugar, ahora tendría que desmayarse.

Parecía la oficina de un perfeccionista extremo, multimillonario y básicamente dueño del mundo.

Tal vez aquel era el hombre de espaldas, frente al gran ventanal.

-Siéntate. - Indicó.

Hizo caso, los sillones eran bastante cómodos.

-¿Cómo estás, Jeno?