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Ꮺ ָ࣪ capítulo O3 | beomgyu 𓂃

Su teléfono ni siquiera sonó, y aun así apagó sus alarmas. Las cinco, para ser específicos.

Volteó a mirar hacia el techo; era el día.

Tomó asiento en la cama, soltó un suspiro. No podía creer que era su primer día de trabajo, él solo, no era una quinceañera, no era un matrimonio recién casado; era SM, que lo llamaron.

Jeno rodeó sus hombros, con sus fuertes brazos, y lo apretó, besando su cuello, mientras sonreía.

–¿Por qué tan temprano? – Preguntó.

–No te he dicho algo. – Volteó a mirarlo. –Iré a dar una prueba, SM mandó una solicitud para trabajar con ellos.

–¿Cómo?

–O sea, no es que vaya a esa empresa. Sino que querían contratar un fotógrafo externo, ¡y me llamaron a mí!

–Eso es... ¡Genial! – Se levantó. –Hay que celebrarlo, ¿no crees?

–Sí, pero luego. Vístete. También tienes trabajo. – Sonrió en su camino al baño.

Jeno permaneció algo confundido, y lo siguió.

–¿Cuándo comienzas? – Se cruzó de brazos, en el marco de la puerta. Jaemin se desvestía.

–Bueno. – Dejó su camiseta en el cesto. –Hoy es la prueba, el contrato. Luego será todos los días, un trabajo Jeno, como si nunca estuviste en una sesión.

–¿...La semana entrante también?

–¿Qué pasa? – Volteó. –¿Qué te tiene así?

–Nada. – Sonrió. –Olvídalo, acabo de levantarme. ¿Nos duchamos juntos?

Ok... Tal vez debí decirle antes, y no justo hoy.

Estoy tan emocionado, es decir, ¡todos están en SM! Jisung, Renjun... Kun también. Está NCT, ¿me encontraré con ellos? Dios mío, no puede ser.

Ambos salieron del baño, Jaemin básicamente corrió al vestidor. Quería lucir bien, claro que sí, pero a la vez quería mostrarse como él mismo.

No podía perder su toque por el simple hecho del prestigio de SM.

Un poco de la colonia que le regaló su madre, la que sólo usaba en momentos especiales. Y simplemente vestido como Jaemin, se dirigió a la cocina.

Si no comía algo, se desmayaría en cuestión de minutos.

Jeno ingresó también rápidamente, siendo su centro de atención.

Tal vez porque sabía vestirse muy bien, porque tenía el cabello mojado, labios rojos; o porque estaba preocupado por todo.

Tomó asiento frente suyo en la barra, y suspiró.

–¿Estás bien? – Preguntó tocando las manos de su novio.

Él, las envolvió con las suyas, que obvio eran más grandes.

–Tengo que viajar. – Murmuró. –La semana que viene, y quería que vengas conmigo.

–¿...Qué? ¿A dónde?

–Londres. – Levantó su mirada.

–¿Por la temporada? – Jeno asintió. –¿Y por cuánto?

–Dos semanas.

Jaemin soltó las manos de Jeno, y suspiró.

No era el único que dio algo tarde las noticias.