-Aisha.
Miro al señor Choi por encima de mis gafas, A veces ni siquiera sé porque las uso. Los rasguños son tantos que puede ser difícil de ver con ellos. Pero siempre
se han sentido como una barrera entre el resto del mundo y yo. Es algo que
quiero mantener en su lugar, incluso si no funcionan.
-La campana ha sonado -dice mirando el reloj, diciéndome algo que ya sé.
Escuché la campana. Simplemente no tenía prisa por salir del aula como todos los demás.No tengo prisa de unirme a la multitud de estudiantes que tratan de salir por la
puerta, todos corriendo y chocando entre sí. Odio las habitaciones llenas de gente. Siempre parece que las paredes se estuvieran cerrando sobre mí. Uno
pensaría que estaría acostumbrada, creciendo en una ciudad ocupada, tomando el
subterráneo o autobús hacía y desde la escuela. Pero no, todavía no me
acostumbro al sentimiento. Ni siquiera después de 18 años.
-Lo siento Sr. Choi -digo, empacando mi mochila.
-¿Has oído algo de alguna de las universidades a las que solicitaste? Todavía estoy dispuesto a darte una buena recomendación, si quieres -dice acercándosea su escritorio mientras me dirijo hacia el frente del aula.
Al Sr. Choi le gusta mirarme un poco demasiado. Igual que a muchos de los colegas de mi padre. Hacen que me pique la piel. Y tengo que detenerme derascarme. Mi padre me llama inquieta y me grita que deje de hacerlo.
-Estoy bien, gracias -le digo educadamente, tratando de no entablar másconversación.
No voy a molestarme en decirle que no solicité en ninguna universidad porque
no tengo el dinero para pagarla. Tuve buenas calificaciones y fui a una de las
mejores escuelas privadas del estado, todo gracias a un abuelo muerto que nunca
conocí. Pero mis notas no eran lo suficientemente buenas para ninguna beca. No
en una escuela como esta, donde tener calificación de 4.0 es común. Es una
escuela a la que no pertenezco realmente.
Soy una chica pobre rodeada de niños que conducen automóviles que cuestanmás que algunas casas. Ciertamente más que la casa en la que vivo. Y la gente se
da cuenta.
El Sr. Choi se para frente a mí, deteniendo mi camino. Alzando la mano, tomaun mechón de mi cabello largo y oscuro entre sus dedos. Me quedo ahí, insegura
de qué hacer. Todas las chicas encuentran atractivo al Sr. Choi. Enseña álgebra
avanzada y también es el entrenador de lucha libre y está construido como un
luchador. Es fornido, como si pasara horas en el gimnasio, pero no es mucho
más alto que yo. No entiendo porque me presta tanta atención.
Las chicas de mi clase prácticamente se abren de piernas para que él puedaecharles un vistazo mientras está enseñando.
-¿No quieres compartir tus planes conmigo, Aisha? Tienes planes, ¿no?
Mi plan es salir como el infierno de la ciudad lo más rápido posible. He ahorradocada centavo que he ganado para poder escapar en el momento en que termine la
escuela. Voy a comprar un billete de ida a un pequeño pueblo y vivir una vida
tranquila.
Tal vez una vez que me haya establecido en algún lugar, pueda encontrar unafloristería o un jardín para trabajar, un lugar muy espacioso, así finalmente seré
capaz de respirar. Ser libre.
El Sr. Choi da un paso más cerca de mí, y me congelo.
-Creo que necesitas que alguien te cuide, Aisha. Estoy más que dispuesto a... -El sonido de un teléfono sonando en su escritorio lo interrumpe.Salto lejos de él, poniendo espacio entre nosotros. No espero a que diga nada
más y me apresuro a salir del aula, queriendo escapar lo más rápido posible. No
dejo de caminar hasta que estoy lejos y golpeo la concurrida acera.
No es hasta que llego a la calle principal y giro a una menos concurrida que
finalmente ralentizo mis pasos. Finalmente puedo respirar, y tomo un momento
para que mi corazón se asiente. Trato de apartar los pensamientos de lo que sucederá la próxima vez que lo vea. Como si no fuera lo suficientemente malo
estar allí todos los días...
No es hasta que mi ansiedad se desvanece a un ruido sordo, que puedo mirar laescena a mi alrededor. La calle está llena de edificios en un lado y en el otro hay
un parque gigante lleno de flores y niños jugando.
Camino lentamente, respirando el aire fresco y queriendo quedarme todo el
tiempo que pueda. Todavía necesito comprobar a mi vecina, la señora Min. Ella
tiene una lista de cosas que quiere que haga por ella, y necesito estudiar para los
finales.
El final se acerca. Está tan cerca que casi puedo probarlo. He guardado trescientos mil wons. Una vez que tenga el diploma en mi mano, estaré lista para desaparecer.No más paredes cerrándose. No más padre al que apenas puedo soportar mirar.
No más tener que estar en algún lugar que me hace sentir como si estuviera
muriendo lentamente. La calma que el parque me da, deja mi cuerpo pensando
en volver a casa y cuánto tiempo me queda.
Pronto todo esto habrá terminado.
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Sometimes › jjk ✓
FanfictionAhora todas mis emociones. Todas son causadas por ti. Ni siquiera pienso en irme a veces. Ni siquiera pienso en dejarte. Nunca he pensado en irme a ninguna parte. Ni siquiera veo el camino. ____________________________________________________ Histor...