Miro a los ojos más oscuros que he visto. Sus palabras caen, a pesar de que no tienen sentido. Por alguna razón luce familiar, como si lo hubiera visto antes,
pero no puedo ubicarlo. Sus ojos se suavizan cuando se encuentran con los míos por un momento, entonces veo la ira tomar posesión.
Su cabello oscuro sólo aumentan el peligro que acecha con él. Su tamaño no ayuda. Elevándose sobre mí fácilmente, sus ñ amplios hombros llenan la puerta.
—¿Quién te hizo llorar? —Molesto, camina hacia mí y entra en mi habitación.
Retrocedo y cierra la puerta con fuerza detrás él. Una pizca de miedo se arrastra por mi espina dorsal, y miro hacia la ventana abierta. Antes de que pueda mirar de vuelta, me está atrayendo hacia él, envolviendo sus brazos a mi alrededor en un apretado asimiento.
Debería retroceder. Mi pánico debería estar aumentando cada segundo que sus brazos están envueltos alrededor de mi tan fuertemente, pero en su lugar me ablando contra él.
Entierro mi rostro en su chaqueta y dejó que las lágrimas caigan, tomando el consuelo de este extraño. Se siente tan bien tener a alguien que me sostenga. Entonces me doy cuenta que no puedo recordar la última vez que alguien me abrazó, me tuvo cerca. El pensamiento me hace sollozar aún más. Antes de este momento habría pensado que entraría en pánico y lucharía por liberarme, pero algo sobre esto es diferente. Correcto. Siento sus labios en la cima de mi cabeza después de un minuto. La ternura del gesto no combina con la furia que siento pulsando de él. Pero sé que no soy yo quién causa esa rabia. Después de un momento, me doy cuenta que estoy siendo retenida por un hombre que no conozco. Sola en mi habitación. Me sacudo hacia atrás y afloja su agarre un poco para que pueda mirarlo.
—No te haré daño. Nunca. Te lo prometo por mi vida. —Sus palabras son suaves, pero aún puedo ver la furia en sus ojos.
—T... tú... —tartamudeo sobre la palabra—. Tú luces enojado.—Estoy enojado con quien que te haya hecho llorar —dice en la misma voz ronca de antes.
Liberándome, toma las gafas de mi rostro y las tira lejos.
—¡Oye! —protesto, pero me desliza otro par. El armazón es delgado y no tiene marcas de rasguños en las lentes. Son perfectos.
—¿Mejor? —pregunta, metiendo el cabello detrás de mi oreja. Me quedo ahí, realmente insegura de qué es lo que acaba de pasar aquí.
Mi boca se abre un poco y él pasa su pulgar por mi labio inferior. Sus fosas nasales se ensanchan.
—Hueles como manzanas dulces. —Mueve su pulgar hacia abajo y lo corre a lo largo de mi cuello. Mi respiración se detiene. Tengo el impulso de apoyarme contra este hombre, pero no lo hago. Sus profundos ojos me mantienen cautiva—. Tendré que ser cuidadoso contigo. Eres tan suave.
No creo que esas palabras fueran para mí. Es como si estuviera hablando consigo mismo.
—¿Quién eres tú? —Sé que dijo que su nombre era Jungkook, pero eso no significa nada para mí. ¿Está aquí para salvarme?
—Dime quién te hizo llorar —presiona, ignorando mi pregunta.
Bajo mi cabeza, recordando lo que he perdido.
—Perdí el dinero que estaba planeando usar para mudarme.
—¿Quieres salir de aquí? —pregunta, casi como si a él también le gustara esa idea.
Me inclina la barbilla, haciéndome mirar hacia arriba. Su toque es mucho más suave de lo que imaginé. Como si pensara que soy delicada. Sus ojos buscan los míos, y la manera en que me mira, hace que el calor se extienda por mis mejillas. Preocupación se refleja en su mirada, incluso a través del rastro de ira que aún persiste.—Más que nada —admito—. No puedo irme ahora. Lo perdí todo.
—Él lo tomó, ¿verdad? —Sé que está hablando de mi padre, pero no respondo.
Puedo ver que está molesto con la idea. Puede que no ame a mi padre como una hija debería, pero no quiero que sea receptor de la ira de alguien. No me gustaría que alguien fuera herido.
—Puedes venir conmigo —dice cuando ve que no voy a responderle.
—No te conozco. —Doy un paso atrás, y veo su mandíbula endurecerse con la acción, pero no me detiene.
—Cualquier cosa tiene que ser mejor que esto. —Mira alrededor de mi habitación, y quiero encogerme de vergüenza. Puedo decir que él tiene dinero.
Estoy segura de que su traje cuesta más de lo que quiero saber.
—No comprendo —admito.
Esto es loco. Más que loco, pero por alguna razón mi corazón y mi cuerpo están gritándome que diga que sí. Ve con este hombre. Él es algo para ti. Siéntelo.
—Voy a ser directo contigo, Aisha. Te deseo. —Sacude su cabeza—. No, quiero decir que eres mía. El deseo no empieza a cortarlo. —Lo dice tan simplemente, como si fuera un hecho conocido por todos. —Te observo. Cada día que tienes escuela, caminas pasando mi edificio en frente del parque. Mi oficina está en la planta baja, y cada día espero por ti. —Da un paso más cerca de mí—. Todo el día siento oscuridad a mi alrededor. Casi como si me atrapara, y entonces caminas y por un breve momento en mi día siento... —Sacude su cabeza como si no pudiera encontrar la palabra—. Paz. —Finalmente termina.
Miro hacia la venta abierta y de nuevo a él. Aunque no comprendo por qué piensa que le traigo paz, tengo que tener algo que lo consuela.
—¿Trabajas frente al parque? —pregunto.
—Poseo todo el edificio. Mi hogar está en el último piso.Es mi turno de tomar un paso hacia él. Creo que sé a qué edifico se refiere.
—¿El edificio con el enorme balcón en el último piso? ¿Con vista a todo? —Siempre me he preguntado qué aspecto tiene allá arriba. Con vista a todo el parque. El resto de la ciudad debajo de ti. Lo suficientemente lejos para encontrar comodidad.
—Sí. —Sonríe.—¿Y quieres que vaya a casa contigo? —Da otro paso hacia mí, el espacio entre nosotros desapareciendo rápidamente—. ¿Quieres que te traiga paz?
—Quiero que me traigas todo.
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Sometimes › jjk ✓
Fiksi PenggemarAhora todas mis emociones. Todas son causadas por ti. Ni siquiera pienso en irme a veces. Ni siquiera pienso en dejarte. Nunca he pensado en irme a ninguna parte. Ni siquiera veo el camino. ____________________________________________________ Histor...