09 - Aisha

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Envuelvo mis brazos alrededor del cuello de Jungkook y me tiro en su regazo.

—No quiero ir a la escuela. —Me froto contra él, reacia a dejarlo ir.

Quiero volver a la cama y quedarme ahí para siempre. Es un sentimiento extrañopara mí, querer quedarme encerrada, pero no quiero nada más que eso ahoramismo.

—¿Prefieres quedarte en la limusina que ir a la escuela? —pregunta,probablemente conmocionado por mi respuesta.

—Sí —digo y beso cualquier piel expuesta suya que puedo conseguir. Veo unterritorio inexplorado, un pequeño espacio en su cuello por encima de su camisaabotonada.

Su mano de desliza hacia arriba debajo de mi falda, sus dedos buscando por miropa interior y empujándola a un lado. Sonrío ante mi pequeña victoria y voy apor su cinturón. Tiro de él tan rápido como puedo, teniéndolo abierto antes decomenzar con el botón en sus pantalones. Se ríe entre dientes de mí. Finalmente lo deshago y tiro de su camisa.

—Nunca pensé conseguir que fueras codiciosa conmigo como lo soy contigo.

No tiene ni idea de lo codiciosa que soy. Por primera vez en mi vida me sientosegura. Algo en él hace que todo el miedo se vaya. Lo ha estado haciendo desdeel momento que me tomó de mi padre.Cuando consigo liberar su polla, no pierdo el tiempo escalándolo. Un gemido sederrama de los dos mientras me deslizo por su dura longitud. Mi cabeza cae hacia atrás, mis ojos cerrándose. Una sensación de hogar viene precipitadamentea mí. Su boca viene a mi cuello. Besa y succiona mientras sus grandes manos agarranmis caderas y comienzan a moverme. Hacemos el amor lento y suave, pero nome toma mucho tiempo llegar allí. Aun cuando hicimos el amor después de queme sacó de la bañera esta mañana, mi cuerpo no tiene control cuando me toca. Vengo a la vida por él, al menor toque.Mi orgasmo quema a través de mí, y me aferro a él, no queriéndolo dejar ir. Sucuerpo se sacude mientras gime mi nombre. Nunca pensé que mi nombre sonabahermoso hasta que lo escuché decirlo con tanta pasión y placer.

Su cálida liberación me llena, calentándome por todas partes. Estoy feliz desaber que estaré llevando un pedazo de él conmigo hoy. Descanso mi cabezacontra su pecho mientras el corre sus manos arriba y abajo por mi espalda.

—¿El sexo siempre es así?

—Nunca sentí nada como esto en mi vida. —Me inclino hacia atrás para mirarloa los ojos. Tanta dulzura brilla a través de ellos. Tan diferente a las miradas quele he visto dar a algunas personas que he conocido en su compañía. Es diferenteconmigo. Ya puedo ver eso.

—T-t-tú... —Tropiezo con mis palabras, insegura de como formular mi pregunta.Mis inseguridades están obteniendo lo mejor de mí—. Sólo me ves ahora,¿verdad?

Una risita retumba en su pecho.

—Cariño, eres todo lo que he visto desde el momento en que puse los ojos en ti.

—Una sonrisa tira de sus labios antes de que me de otro suave beso—. No haynadie más para mí, Aisha. He sido tuyo mucho antes de verte. Creo que heestado esperando por ti. He estado esperando tanto tiempo que el mundo empezóa ponerse oscuro. Entonces finalmente apareciste, trayéndome a la luz. —Miestómago hace una pequeña voltereta.

—Todavía no quiero salir del auto. —Admito. Sus palabras solo me hacen más desesperada por volver a casa.

—Si me pides que te lleve a casa, lo haré. —Sonríe—. Pero.... —Continúa—.Dijiste que te quedan dos finales y está hecho. Hazlos y estaré esperando justoaquí por ti. Infiernos, puede que ni siquiera me vaya. Probablemente me sienteaquí todo el día esperando por ti.

—Mmm Bueno. —Me deslizo suavemente de él, su polla resbalando libre. Jungkookse toma su tiempo poniendo mi ropa interior de nuevo en su lugar, acariciandoentre mis piernas con dedos tiernos. Se inclina y besa mi cuello.

—Dejé una linda marca en ti. —Besa el lugar en mi cuello de nuevo antes delevantarme todo el camino de su regazo sobre el asiento a mi lado. Sale de sulado de la limusina y se acerca para abrir mi puerta. Me da su mano y la tomo,me saca de la limusina y me entrega mi mochila.

Quita las gafas de mi rostro y utiliza su camisa aún fuera del pantalón para limpiarlos antes de posarlos en el puente de mi nariz. Este pequeño acto debondad hace mis ojos arder. La dulzura casi es demasiada para tomar. Nadienunca ha cuidado de mi así antes.

Miro al suelo, no queriendo irme. Él suavemente levanta mi barbilla.

—Dame un beso y estaré aquí esperando por ti. —Me inclino en la punta de mispies no lo suficientemente alta para besarlo, pero sonríe y me encuentra a mitadde camino, dándome un suave y rápido beso.

—Eso es todo lo que puedo darte o te voy a tirar de nuevo en el auto y tendré micamino contigo de nuevo. —Aprieta mi trasero—. Ve, cariño —Dejando escaparun suspiro, me vuelvo y camino hacia la escuela, evitando decir adiós.

El día avanza. Mi primer final va bien, pero mi mente está llena conpensamientos dulces de anoche y esta mañana...y la posibilidad de lo que vieneen mi vida. No es hasta que estoy de camino a mi última clase que recuerdo adonde estoy yendo. Tengo que ver al Sr. Choi.Me deslizo en la habitación con mi cabeza abajo y me muevo hacia la parte deatrás del aula. Intento no mirarlo. Cuando la campana suena, el comienza a devolver nuestras pruebas. Mantengo mis ojos en mi escritorio cuando pasa ybaja el examen.

Me pongo a trabajar. Repaso todas las preguntas y termino pronto, vuelvo arevisar todas mis respuestas. Cuando la campana finalmente suena, dejo salir unsuspiro de alivio.

—Todo el mundo deje la prueba en mi escritorio a su salida. —Anuncia el Sr.Choi.

Puedo ver a Jungkook. Agarrando mi bolsa y el papel, me dirijo al frente de lahabitación para dejarlo como todos los demás. A diferencia de cualquier otro día,trato de conseguir salir tan rápido como pueda. Ya no estoy esperando a que lospasillos se despejen. Mi necesidad de llegar a Jungkook es más fuerte que mi miedo deestar cerca de demasiada gente.

—Aisha. Necesito unas palabas contigo. —Me congelo y me vuelvo a mirar alSr. Choi. El resto de los estudiantes salen de la habitación y nos dejan solos.

—En verdad necesito irme. Mi viaje está esperando, —digo apresuradamente,dando un paso hacia la puerta. Él se mueve, bloqueando mi camino.

—El hombre que vi dejarte esta mañana... —Sus ojos son acusatorios mientrastoma otro paso hacia mí—. Le diste algo que no le pertenecía, ¿verdad? Algoque me pertenece a mí.

Mi garganta comienza a cerrarse, y no puedo moverme o siquiera hablar. Pánico instalándose.

—O quizá él sólo te rompió por mí.

Sometimes › jjk ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora