Capítulo 8; Recuerdo desbloqueado

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De nuevo el sabor del helado hacia juego con su paladar. La pastelería estaba llena, la enorme cantidad de bulla por primera vez lo tranquilizaba.

—A-Ying no sé cómo agradecerte — Yibo realmente se sentía agradecido por haberle ayudado.

''Agradéceme separándote de ese idiota'' pensó Wei Ying, pero no lo diría en vos alta. Solo continúo ocupado con su helado.

—No tienes porque, tú siempre has sido bueno conmigo. — Le sonrió, ahora Yibo sentía más tranquilidad y se sentiría eternamente agradecido por ese gesto.

Una mesera se acercó dándole un pastel de chocolate a Wei Ying, un sabor que no había probado jamás.

—Cortesía de la casa — la mesera le guiñó el ojo. Había dejado su número de teléfono de manera descarada, Yibo sonrió al saber que Wei Ying no tenía ni la menor idea del porqué del número, pero si se sintió molesto y no sabía por qué.

Si hubiera sido en otro momento Wei Ying estuviera coqueteándole a la otra chica, pero estaba estresado, por eso estaba tan callado, solo comiendo helado, agradecía que Yibo le diera las gracias ofreciéndole que era lo que quería. Dijo que helado y no perdió tiempo ni un momento, pero Yibo lo notaba más callado de lo normal.

Ya de por si Wei Ying no podía mantener la boca cerrada.

—¿Qué ocurre? — logró preguntarle al notarlo comiendo más rápido de lo normal y parecía molesto. Le molestaba que no compartiera la misma felicidad.

—No es nada, el haberle dado toda mi energía me dejó exhausto es todo.

—Entonces nos hubiéramos ido a casa y allí te hubiera comprado un helado...

''¿Y si cambio todo eso por dormir contigo toda la noche?'' Wei Ying se atragantó al pensar de esa manera.

La realidad era otra...

Tomó la mano de la chica para traspasarle energía espiritual pero allí se le vinieron imágenes a la mente, y no estaba seguro si eran recuerdos.

Él estaba en una cueva, donde tomando la mano de un Yibo de cabello largo y vestido de blanco, cuya ropa que solía ser pulcra estaba manchada de sangre. Pasándole desesperadamente energía espiritual.

—Lan Zhan, mírame, mírame abre los ojos... — sus ojos se humedecieron, al recordar eso, Yibo estaba presente, por lo que fingió haberse mareado para llevar sus manos a los ojos y de inmediato limpiarse las lágrimas que amenazaban con salir.

Por más que intentaba de manera desesperada pasarle energía, no funcionaba, fue donde se acercó para tocar sus puntos vitales y notar que no tenía núcleo dorado.

No podía explicar porque, que fue lo que había sucedido, o si había sido su culpa, lo único que sabia era que entendía muchas cosas, la debilidad que ahora parecía tener.

—''Lan Zhan, te amo, por favor no me dejes'' — lo abrazó como pudo, pero allí apareció de nuevo, Hai-Kuan, vestido de blanco, imponente, con muchos hombres más, Wei Ying volteó a verlo con mirada llena de odio.

—Lan WangJi nunca debió haberse metido en esto, el peor error que pudo haber cometido es haberse enamorado de ti. — Wei Ying le lanzó una mirada asesina, no importaba lo que le dijera.

—Tráiganlo... — Wei Ying se puso de pie, en medio de los ancianos de la secta y de Lan Zhan.

—Te lo diré solo una vez — los ojos de Wei Ying brillaron en rojo — es la última vez que le haces daño a mi esposo, te dejaré vivir porque eres su hermano, pero la próxima vez que le hagas daño no me importará.

Comandante WangDonde viven las historias. Descúbrelo ahora