Capítulo 3; Duro despertar

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—¡Comandante Wang! ¡comandante Wang! — escuchó, tenía un fuerte dolor de cabeza, no había dormido como un tronco en mucho tiempo.

—¡Qué bueno que sigue convida! — el coronel Huang estaba en frente de él, mientras el comandante se sentó en aquella camilla frunciendo el ceño por el dolor punzante que lo acompañaba.

Observó a la doctora a lo lejos y se tocó la frente.

—¡Maldición ZiYi! — le gritó.

—¿Qué? Me dijiste el sedante más potente que tenía — se defendió.

—Por cierto, tu beso fue lo que calmó a ese monstruo no el sedante — le acusó Huang — ¿tiene algo que decirnos Comandante Wang?

Tras ese dolor de cabeza lo fulminó con la mirada, no solía desafiar a sus superiores, pero sabía que había algo raro, pueda que tenga razón con respecto al beso, pero no tenía nada más que ver que ese chico metiéndose en sus sueños como que fuera Morfeo.

Se puso de pie y se mareó en ese preciso instante, pero continuó caminando, tenía la necesidad de ver a ese chico, y cuando lo vio a través de la pantalla que dormía plácidamente aun inmovilizado lo tranquilizó sin saber por qué.

El coronel y ZiYi se voltearon a ver ante lo que miraban, el solía ser alguien antisocial que parecía odiar a todo el mundo, por mucho esfuerzo que haya hecho ante la misión del vórtice, parecía ser muy apegado a ese hombre misterioso.

—Comandante, le hicimos a ese hombre una prueba de ADN y resulta que no concuerda con nadie, como que no existe — le comentó ZiYi comprobando lo importante que era para él.

Confirmándolo cuando él la volteó a ver con mirada curiosa pero no preguntando nada más.

—No continúes contándole, el Comandante necesita un pequeño descanso — Wang volvió a fruncir el ceño, tras dormirse con ese sedante ¿no era suficiente?

Era la manera que tenia de despacharlo.

—Coronel, tengo un consejo, si algún día él llega a despertar no le demuestren temor y mucho menos intenten hacerle daño.

—Comandante, la piel de ese hombre es tan fuerte como el acero, ¿crees que seriamos tan tontos como para...? — se mostró ofendido hasta que lo vio a los ojos — te preocupas por él.

Ante el punto de vista del coronel Huang, ese hombre bien podría utilizarse como un arma para el gobierno, era mejor tenerlo como aliado en vez de intentar hacerle daño y sacarle quien es realmente que seguramente terminara mal.

Estaba a punto de decir un par de cosas cuando de nuevo ZiYi habló.

—¿Coronel? — tras la pantalla el hombre parecía tener los ojos abiertos, aturdido, viendo el techo, parecía que tenía los parpados pesados, confundido, como un bebe conociendo el mundo.

En lo que el Comandante y el Coronel se quedaron perplejos ZiYi actuó rápido y sin dar pistas de nada ni causar alboroto entró al bunker.

Ese sujeto volteó a ver a la puerta, parpadeó un par de veces pero no mostraba emoción alguna.

—No te asustes, soy la doctora Meng ZiYi, te encontramos mal herido y te trajimos aquí.

Ella decía la verdad a medias, no estaba mal herido, solo sucio, pero quería saber que tanto recordaba él. Parecía estar en esa cueva durante mucho tiempo y le encantaría saber por qué.

—Dime, ¿Cuál es tu nombre? — ahora si el joven parecía confundido, frunciendo el ceño, totalmente desconcertado, intentó levantar sus manos pero fue imposible ante las correas que lo esclavizaban.

Comandante WangDonde viven las historias. Descúbrelo ahora