Se encontraba alimentando a su pequeña mascota, Pelusa, era un gatito que había encontrando mientras construía su negocio el cual era un restaurante de pollos, al cual había dado por nombre "El Pollo Feliz", el alimentar a su mascota era la última acción que realizaba antes de cerrar todo su restaurante, lo único que faltaba era apagar las luces de oficina y ya podría irse a casa. Se encontraba tan tranquilo, pues a esas horas la mayoría (por no decir todos) de los habitantes del pueblo naranja se encontraban durmiendo, por lo que había un silencio único. Se escandalizó un poco, pues de la nada empezó a escuchar gritos que pedían ayuda, le pareció sumamente extraño escuchar que imploraban auxilio por lo que rápidamente se puso en estado de alerta.Bajo de su oficina y con su espada en mano caminaba con precaución hasta la puerta principal del Pollo Feliz, se quedó estático al ver como un chico con gafas entraba corriendo por la puerta con una cara que demostraba que estaba completamente aterrado, como si hubiera visto al mismísimo diablo.
-¡Rápido, hay que esconderse que ya viene hacia acá!- Dijo para luego tomarlo del brazo y comenzar a arrastrarlo hacia adentro con la intención de buscar un escondite y salvar sus vidas.
-¡Ey, ey para capo, soltame!- exclamó para luego hacer el amago de soltar el agarre del chico de gafas, no era muy fan del contacto físico y menos si venía un completo desconocido a tomarlo del brazo.
-No lo entiendes, posiblemente el mob más grande de todo Tortilla venga hacia acá, lo único que podemos hacer es escondernos-
El miedo que transmitía la voz de ese chico a cualquiera podría haberle causado un escalofrío y rápidamente le hubieran hecho caso sobre lo que él decía sobre irse a esconder sin embargo, Spreen no tenía intención alguna de moverse de donde estaba, en vez de eso se dedico a doblar la manga de su camisa color amarillo y con la espada en mano salió del restaurante.
-¡¿A dónde vas enfermo?!- le acababa de decir que venía un monstruo gigante y la reacción del otro era correr hacia el peligro, rápidamente se acercó a la ventana del lugar para ver que locura era la que iba a hacer como para salir de esa manera.
El visitante miraba como el chico del restaurante comenzaba a enfrentarse con el mob más grande y aterrador que el había visto, los movimientos que hacía con la espada era precisos y sus reflejos eran increíbles, parecía que estaba haciendo un tipo de danza, una danza para matar mobs. Fue únicamente cuestión de tiempo para que el bicho gigante cayera derrotado y muerto ante los pies del chico.
El de gafas había observado todo y se había quedado embobado viendo como el chico de la camisa amarilla caminaba de regreso, con todo el flequillo pegado a la frente, debido al sudor que se había generado por estar peleando, con algunos raspones en la cara pero esto no quitaba la bonita sonrisa que este poseía, una sonrisa que no solo reflejaba seguridad de sí mismo si no que también un aire de superioridad por haber derrotado al mob, también llevaba el primer botón de la camisa desabrochado y lo único que lograba pensar el chico que estaba en la ventana es que nunca había visto a alguien que se mirara tan jodidamente atractivo después de una pelea. El otro se adentró al restaurante para ver cómo el chico que antes estaba asustado ahora se encontraba en un trance terrible.
-Eu, ¿Querés algo de comer? Tenemos pollo y huevos- dijo cordialmente mientras se arreglaba la camisa, pelear con el bicho había hecho que su ropa impecable terminará hecha un asco.
-Soy Spreen por cierto, vos?- preguntó mientras extendía su mano para saludar cordialmente.
Este salió del pequeño trance que tenía y con mucha amabilidad respondió:
-Soy Juan, hechicero supremo y protector de las realidades, un gusto- y extendió su mano para corresponder el saludo.-Bueee paraa re largo tu nombre, como sea, Juan mucho texto, ¿Vas a querer algo de comer?
-Si no es mucha molestia si, gracias.
-Dale, sentate ahorita te llevo tu comida.
Y así fue, Juan fue a sentarse y solo bastaron unos minutos para que Spreen le llevara la comida que cortésmente le había ofrecido e incluso le permitió quedarse en el restaurante para pasar la noche, pues la casa del mago quedaba (según lo que él otro había dicho) extremadamente lejos.
Definitivamente esa era una noche que quedaría guardada para siempre en la mente de Juan, de cómo un atractivo, muy atractivo dueño de un restaurante de pollos había sido capaz de exterminar, como si nada, a un monstruo que ni siquiera era de ese universo y teóricamente lo había salvado de una muerte segura.
-Notsophixsk
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ɪɴsᴛɪɴᴛᴏ ᴘʀᴏᴛᴇᴄᴛᴏʀ | Spruan
Short Story• ¿Por qué tengo la jodida necesidad de protegerte? ⇝Se shippean cubitos no streamers. #1 en "tortillaland" 01/12/22 #1 en "cubitos" 08/12/22 | 17/01/23