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-¡Gafotaas! ¡¿Estas en casa?! ¡Abrí la puerta!-

Los gritos del híbrido lo habían despertado de su pequeña siesta, algo somnoliento se levantó de su cama, dispuesto a abrirle la puerta a su visitante.

-Hola Spreen ¿qué se te ofrece? - preguntó aún medio dormido.

-Toma- dijo y extendió su mano con la carta en ella.

-¿Eh?

-Adiós- Se despidió y se marchó lo más rápido posible del lugar. Aún no estaba preparado para ver la reacción de Juan a su pequeña declaración.




[...]




-¡Lo logre Pelusa!- exclamó lo más emocionado posible -¡Logre darle la carta!- Y abrazó a su pequeño gato.

No iba a mentir, se sentía feliz de haber podido afrontar su miedo de querer a alguien y lo hacía aún más feliz que ese alguien fuera Juan.

Bajo de su oficina en donde se encontraba celebrando y se dirigió a la planta baja de su restaurante, sentía que había descuidado un poco el lugar, pero ya no le preocupaba tanto, pues ahora tenía cosas más importantes en su vida, tenía a Juan y aunque existía la posibilidad de que el mago lo mandara a la mierda... Bueno, no pensaría en ese escenario.

Atendía felizmente a sus clientes, su ánimo se encontraba por los cielos y toda la fachada que había creado de ser un tipo super serio y frío se iba desmoronando poco a poco, pues en sus pensamientos sólo rondaba el hechicero y cualquier actividad bonita que los involucrará a los dos.

Las personas presentes en el restaurante comenzaban a retirarse, pues ya iba a ser hora de que el lugar comenzará a cerrar, vio al último cliente salía por la puerta y esbozó una pequeña sonrisa, otro día en donde todos los que llegaron se habían marchado satisfechos con el servicio que él ofrecía.

El ruido de la puerta abriéndose le hizo quitar la mirada de lo que estaba haciendo en ese momento, encontrándose con los ojos bellos de Juan, quién caminaba acercándose cada vez más al mostrador, viéndolo fijamente.

No iba a mentir, la mirada fija que tenían sobre él le ponía nervioso, si hubiera sido en cualquier otra circunstancia, quizá no le pasaría, pero justo se acababa de declarar, lo único que lograba pensar era que al hechicero no le había agradado la carta del todo.

Sin embargo todos tipo de pensamientos respecto al rechazo de la carta y su declaración se esfumaron en un instante, cuando sintió que las delicadas manos del chico del pueblo verde se posisionaban sobre su camisa, haciendo que se acercara mucho más hacia el otro y que su torso quedara un poco por encima del mostrador del local, terminando automáticamente con los suaves y dulces labios del mago sobre los suyos.

Sus sentimientos habían sido correspondidos casi que al instante, definitivamente eso lo hacía feliz por lo que una pequeña sonrisa se había colado en medio del mágico beso. Se separaron por la necesidad de respirar nuevamente oxígeno y dejaron sus frentes unidas mientras saciaban sus pulmones con nuevo aire.

-Por sí no te quedo claro, también me gustas- dijo Juan entre risas, haciendo referencia a un fragmento de la carta que Spreen le había dado anteriormente.

-Dale boludo, no sólo me re costó hacer algo bonito, además arruinaste el momento mágico pelotudito- exclamó el argentino.

-Para mí, el momento aún sigue siendo mágico- dijo para luego ir alejando su frente poco a poco, pues la orilla del mostrador ya se le estaba clavando en una costilla.

-Me va a dar diabetes si decís algo tan dulce como eso.

-Que romántico.




[...]





-¡Betra! ¡Betra! ¡Betra- exclamaba muy eufórica la chica de morado.

-Bueee para un toque ¿qué pasó para que estés así?

-¿Te recuerdas que te dije que Spreen sentía cosas por Juan?

-Como olvidarlo.

-Pues mira esta foto- dijo mostrando la hoja de papel a su amigo, esta vez ya había aprendido a quitar el flash de su cámara.

-¡Se re comieron los pibes!




[...]





Aunque ya llevaba un rato de estar presente, el atardecer aún no se acababa, así que luego del beso, el híbrido decidió llevar a Juan hasta la terraza de la polleria, en donde se podía apreciar como el Sol se iba ocultando poco a poco, los pies de ambos se balanceaban lentamente, pues ellos dos se encontraban sentados en la orilla del techo, la cabeza de Juan reposaba tranquilamente en el hombro de Spreen mientras sus manos estaban entrelazadas.

¡Click!

Ambos vieron como a la distancia una pequeña luz aparecía por unos micro segundos

-Creo que tenemos paparazzis- Dijo el oso mientras a su mente venía el recuerdo de Mayichi mostrándole una habitación repleta de fotos que lo involucraban a él y a Juan, estaba a punto de ir a por ella a silenciarla cuando sintió que una mano lo detenía.

-Dejalos, después de todo no tendremos que pagar a fotógrafos profesionales para poder llenar nuestro álbum.

-¿Álbum?

-Si, un álbum donde guardemos en fotos todas nuestros recuerdos.

-Bueno- dijo, encogiendose lo hombros dándole así la razón al mago.

Algún día iba a lograr procesar todas esas cosas dulces que hacían las parejas.

















































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Re tarde en actualizar y encima el capítulo quedó re choto, pido perdón pero me cuesta tantito escribir cosas tiernas y así.

Ustesdes creen q esto debería ser el final o le agrego un par de capítulos?

Si les parece q este sea el final, agradezco de una vez todo el apoyo q le dieron a la historia uwu

Si quieren q le agregue capítulos, q les gustaría q pasara? :v

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-Notsophixsk

ɪɴsᴛɪɴᴛᴏ ᴘʀᴏᴛᴇᴄᴛᴏʀ | Spruan Donde viven las historias. Descúbrelo ahora