18 - Extra -

1.3K 78 35
                                    

Su cuerpo se irguió en la cama casi con brusquedad, sudando frio. Frotó su cara con ambas manos, tratando de alejar lo que lo despertó tan abruptamente. Sintió movimiento a su lado en cama y como un par de brazos de pálida piel lo envolvían con cuidado mientras un par de suaves labios dejaban un beso en su espalda, uno más.

-Samu ¿Qué ocurre?- preguntó a su lado- ¿Qué es lo que no deja dormir a mi hombre?- cuestionó.

Samuel sonrió ante el comentario- es sólo una estúpida pesadilla, Doblas- respondió.

Rubén suspiró- ¿aún las tienes?- preguntó.

-Ya no tanto- respondió levantándose de la cama para ir un momento al cuarto de baño.

-Oye Sam- lo llamó el castaño. Samuel giró su cabeza esperando a que el contrario le dijera lo que quería decirle- lindo trasero, guapo- soltó con una risa haciendo reír al azabache que continuó su camino.

Ya había transcurrido casi un año y medio desde que ambos se fueron a vivir juntos a un departamento más grande. Rubius seguía con su empleo pero estaba cuestionándose el dejarlo y centrarse en algo nuevo. Vegetta, había dejado de ofrecer sus servicios como "Lobo Nocturno" en Sexual Services y ahora se encargaba de gestionar básicamente el cien por cierto de cada movimiento en su emprendimiento, consiguieron nuevos postulantes y la página fue creciendo poco a poco. Comenzando a abarcar otros temas referentes al sexo; como charlas de educación sexual, los cuidados que deben tomarse ante los riego de enfermedades, terapias de parejas en el ámbito sexual, incluso un grupo de tres amigas se ofrecieron como masajistas, lideradas por Mónica una azabache que sabía cómo imponerse, era una especie de Samuel pero en femenino, que admiraba sobremanera el trabajo de este último.

La relación con Rubén era de lo mejor en su vida y ni hablar de las diarias noches eróticas, hasta esas alturas, no había lugar en aquel departamento donde no lo hubieran hecho y no había nada que no hubiesen probado o experimentado.
El castaño conoció al resto del equipo de aquella página gestionada por su pareja, Luzu y Alexby le parecieron realmente personas divertidas e interesantes y no les tomó mucho tiempo crear un buen lazo de amistad.
Pero en los últimos meses, un sueño recurrente despertaba a Samuel a mitad de la noche, un sueño que el azabache no había querido contarle y aquello realmente preocupaba a Rubén. En realidad por lo poco que le contó, esa pesadilla había comenzado poco tiempo después de la muerte de su madre pero, no habían sido tan recurrente hasta hacia poco tiempo.
Sin embargo sabía que debía darle su espacio.

Estaba tumbado en la cama mirando al techo, cuando escuchó al mayor salir del baño y volver a la cama, adentrándose en las cobijas nuevamente.

-¿Estás bien?- cuestionó el castaño.

-Sí, bien- respondió en un susurró, con la clara intención de dar media vuelta y dormir.

Rubén lo detuvo antes de que concluyera con su movimiento, sentándose a horcajadas sobre sus piernas y mirándolo muy seriamente.

-Sabes que te amo ¿Verdad?- preguntó.

Samuel se quedó contemplándolo sorprendido por aquel comentario tan de la nada- sí, lo sé- respondió al final- pero de verdad, no quiero hablar de ello Rub-.

El castaño se inclinó sobre el azabache para iniciar un beso dulce- ¿Quién dijo algo de hablar?- preguntó- pero quiero que te duermas con una sonrisa en esos hermosos labios- agregó sonriéndole.

-Eres mi perdición ¿si lo sabes?- inquirió acariciando su mejilla con cuidado, irguiéndose en la cama.

-Ci- los brazos de Rubén se fueron detrás de su nuca para iniciar con un beso un nivel más demandante- ¿te cansa el sexo conmigo?- inquirió con gracia, aunque se escuchaba un tono de preocupación.

Sexual ServicesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora