No es un adiós, es un hasta pronto

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Honey llevaba media hora jugando con una bola de estambre sobre la cama. Ya no habría nadie más que la molestara o le quitara sus juguetes.

Samuel llevaba sentado treinta minutos al frente del retrete, esperando que Rubén dejara de vomitar. De nuevo había sido un mal momento.

Wilson se había ido hace cuatro meses, pero la herida estaba fresca en el alma de su dueño. Kira y Raspy se fueron juntas, dos meses antes que el gato naranja.
La vida les había tratado bien, y el tiempo se les estiró como goma de mascar, hasta que en un punto esta ya no dio más y solo se cortó.

Hacia unas semanas atrás, el castaño había vuelto a experimentar la sensación de los pulmones vacíos, la garganta apretada, y las manos sudorosas al agarrar el volante del auto. El cinturón lo sintió más apretado de lo normal en el pecho, y su impulso por abrir la puerta a mitad de carretera lo llevó a parar a la orilla de un risco, un mirador quedaba vista a la pequeña ciudad de Andorra.

¿Qué haré sin él?

Su mascota, aunque era más su amigo íntimo, había muerto, y no le volvería a ver nunca más en su vida. No volvería a oír los maullidos cada mañana, ni nacería la necesidad de limpiar todas sus camisetas con pelos, porque ya no habrían más de esos en sus prendas.

Tomó su movil con las manos temblorosas, y marcó el primer contacto que tenía en su lista de llamadas: Amor

—Cariño. Estoy en el mirador. No puedo... —inhaló —no puedo respirar bien.

Las luces de los autos que pasaban por la carretera destellaban a sus ojos, sus lágrimas brillando en su rostro cada vez que un auto venía y giraba en la curva de la montaña.

—Ven lo antes posible. —y cortó la llamada.

Samuel estaba en directo, pero no dudó en cerrar de inmediato su sesión. No dio explicaciones. Pidió un taxi y se marchó a buscar a su marido.

Cuando llegó, pagó al chofer y vio a su hombre hecho pedazos, sentado en una banca al borde de la montaña.

Ya no se asustaba por esos viejos pensamientos que le carcomian la mente, cuando solía creer que su amor un día tentaría contra su vida. Habían trabajado años en eso, y ahora sabía que su amado ya no sentía "una mala vida", sino solo estaba teniedo "un mal día", y él debía estar ahí para ayudarlo.

Se acercó lentamente y se sentó a su lado. Su chico de ojos verdes le miró, y apenas lo tuvo en frente lo abrazó y se echó a llorar en su hombro. Rubén ya no quería contener el sonido del dolor. La angustia que llevaba dentro la soltó en frases cortas y sin un tan claro sentido, pero Samuel lo entendía.

Él no quería quedarse solo. No quería creer que después alguien más lo iba a dejar, tal como lo había hecho Wilson. Rubén no quería que Samuel se fuese de la misma forma, ni separándose, ni yendo a otro plano terrenal donde no le volvería a sentir jamás.

—Amor, mírame —pidió Samuel —yo no me iré de tu lado, ni ahora, ni mañana, ni en muchos años más. Sé que sigues triste por Wilson, y quiero estar todos los días apoyándote con su pérdida. Él lo era todo para ti, como tú lo eras todo para él. La gente a veces no entenderá el lazo que podemos llegar a desarrollar con un animal, pero yo, que soy tu compañero de vida, entiendo y comparto tu sentir. No me iré, no aún. Tal vez no te lo puedo asegurar al cien por cien, pero yo te elegiré todas mis mañanas, y todas mis noches. Te acompañaré cada vez que te vuelvas a sentir mal, y estaré en todos tus momentos felices también. Te amo.

Acercó lentamente su rostro hasta dejarle un suave beso en los labios. La brisa fresca de las montañas le dieron aviso de que era hora de regresar a casa.

Cuando Rubén había levantado su cabeza de la taza del baño, vio a sus espaldas y se percató que él seguía ahí, con una mano tendida hasta su nuca, haciendole caricias mientras devolvía la cena al retrete.

Su pelinegro estaba ahí, con él. Estaba cumpliendo la promesa de la montaña. Samuel no se iba a ir, y él tampoco lo iba a dejar, porque aquello que siempre había deseado estaba construyéndose ahí, en ese mismo instante, hace años atrás, y se seguiría construyendo en el futuro.

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⏰ Última actualización: Oct 21, 2023 ⏰

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Osito y Triple 7 en La Vida || RUBEGETTA || Parte 3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora