⁕Young And Wild⁕ Seongjoong

Capitulo 32

Capitulo largo.

Disculpen repetición de algunas oraciones, faltas ortográficas u gramaticales

El invierno para Seonghwa siempre había sido una época bastante mágica.

Había vivido muchos inviernos y había visto los peores y más fáciles de ellos durante su vida. Algunos inviernos fueron más duros que otros, algunos produjeron más nieve y algunos fueron simplemente más fríos que el resto. En el reino, tuvo la alegría de experimentar las cuatro estaciones, y había aprendido que no todas las tierras lejanas tenían esa oportunidad, por lo que se consideraba muy afortunado.

El verano fue cálido y húmedo, mientras que los inviernos fueron húmedos y helados. Estar junto al océano hacía que el aire a su alrededor fuera más frío de lo que hubiera sido si el castillo se hubiera construido tierra adentro, donde las montañas se elevaban desde el suelo. La hierba del suelo siempre estaba helada y algunas mañanas Seonghwa se despertaba con la nieve decorando el balcón con todo su esplendor de cristal de hielo.

Solo había unos pocos inviernos que Seonghwa podía recordar en su primera infancia que habían sido bastante preocupantes, algunos tan fríos y poderosos que a la gente del reino le resultó difícil sobrevivir. Estando en el castillo, Seonghwa nunca tuvo problemas para mantenerse decentemente abrigado y nunca tuvo que preocuparse de dónde vendría su próxima comida. Entonces, durante esas grandes tormentas cuando las puertas se cerraban con pies de nieve y la ventisca era tan fría que algunos de los animales no podían llegar a la primavera, Seonghwa se encontraba sentado junto a uno de los grandes ventanales con la frente pegada al cristal helado mirando el viento hacer girar la nieve en círculos de pelo.

Entonces, en verdad, Seonghwa estaba acostumbrado a los inviernos gélidos y sabía de lo que era capaz la madre naturaleza.

Pero durante tanto tiempo, había estado navegando en un clima tropical que no había pasado la temporada normal de invierno en un lugar que en realidad era lo suficientemente frío como para producir nieve, que se olvidó de lo cortante que podía ser ese viento helado.

Hongjoong había dicho que, para llegar a la tierra de los ogros, tendrían que navegar a través de los países del norte durante meses antes de llegar a su destino. El capitán había estado preocupado a medida que se acercaba la temporada de invierno y sabía que, si los golpeaba, se quedarían atrapados hasta que llegara la primavera. Simplemente era demasiado peligroso intentar navegar a través de los países del norte cuando los casquetes polares crecían demasiado y el viento se volvía feroz y mortal incluso para los mejores navegantes.

Muchos hombres y piratas habían perdido la vida intentando navegar por el hemisferio norte durante el invierno. Ya no era aventurero, sino que se adentraba demasiado en un territorio peligroso que ni siquiera el capitán del Destiny deseaba probar.

Pero mientras Seonghwa estaba de pie en la cubierta del gran barco, frotándose las manos desnudas desesperadamente para tratar de calentarlas, supo que debían haber superado lo peor del invierno justo a tiempo.

Había habido tantos cambios que habían sucedido tan rápido que se encontró perdiendo la noción del tiempo más fácilmente de lo normal. Esa noche, cuando finalmente logró meterse en el corazón de Hongjoong y abrirlo para ver lo que el pirata más joven realmente le estaba ofreciendo, había sido el catalizador de su aventura. Ninguno de los dos descansó un momento, se habían quedado despiertos toda la noche contando historias y planeando lo que les deparaba el futuro. Había sido exactamente lo que Seonghwa anhelaba desesperadamente: esa noche había llenado una gran cavidad en él.