Capítulo 1

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Felix

Toda mi vida, no he querido más que sentirme protegido. A salvo.

¿Sabes, esa sensación de que te hundes en una montaña de mantas en la mañana de Navidad, rodeado por el suave brillo de las luces blancas? Tengo esa misma sensación cuando salgo al patio trasero y veo a Chan por primera vez.

Sé que es él, porque es la única persona que no reconozco de la fiesta de aniversario. Mi padrastro odia a Chan, su hermano, y probablemente solo lo invitó para mostrarle la nueva casa. Ahora es obvio por que el esposo de mi madre por un año no puede soportar a su hermano: Chan es todo lo que no es.

Chan es casi demasiado masculino con su curtida cara y barba descuidada. He escuchado historias del pescador cangrejo rey de Alaska que ahora se encuentra recortado por el cielo nocturno. Mi padrastro lo llama imprudente por pescar en esas aguas peligrosas, pero esa audacia se aferra a él, lo hace parecer dos veces más capaz que cualquier hombre normal. Los botones de la camisa de franela que lleva a penas contienen su grueso pecho, masculino, musculoso y carnoso y... Dios, ¿ese pelo negro se riza a través de algunas de las aberturas entre los botones?

Mis muslos se aprietan juntos y jadeo, porque nunca antes había sentido ese tirón entre mis piernas. Es un giro cálido y derretido que no termina, solo se vuelve más intenso a medida que Chan aspira un cigarro corto, liberando una bocanada constante de humo hacia la puesta del sol.

Este hombre es un extraño para mí. Ni siquiera hemos sido presentados adecuadamente. Pero algo me atrae más cerca. Una promesa de seguridad, que no tiene ningún sentido teniendo en cuenta que no hemos intercambiado una palabra. Tal vez son sus enormes manos o los muslos que parecen tan fuertes que podría saltar sobre ellos como un trampolín y él no lo notaría. Mis pezones se ponen rígidos ante la idea de tocarlo. ¿Qué me está pasando?

¿De entre todos, mi tío tenía que hacerme sentir así?

Aunque... Seguramente no puede hacer daño hablar con él. Mi cuerpo probablemente solo está confundido. Está reaccionando a lo que más quiere, seguridad, y se supone que los tíos te hacen sentir seguro, ¿verdad?

Recordando mis modales, cruzo el patio con la mano extendida para un saludo— Hola, un placer conocerte, mi nombre es...— mi dedo del pie se engancha en un ladrillo y salgo volando.

Verás, esta es la razón por la que la seguridad me atrae tanto. Soy un desastre. Un desastre andando o hablando que debe envolverse en plástico de burbujas o mantenerse en el interior. Desde que era un niño pequeño, he encontrado la forma de meterme en líos, hacerme rasguños y romperme huesos. No lo pretendo, honestamente. Mi madre dice que Dios se olvidó de darme equilibrio. ¿No es eso terriblemente triste? Aunque es difícil no creerlo algunos días.

Especialmente ahora, cuando estoy a punto de golpear el patio y probablemente me haga un esguince en la muñeca, otra vez, o me gane un corte en la barbilla. Pero no.

Chan me atrapa.

¿Y cuando miro su ceño fruncido al estilo ogro? Los ángeles. Comienzan a cantar.

—¿Qué diablos está mal contigo, niño?

Su voz. Es cenizas y hollín. Una puerta oxidada se abre. No debería hacerme sentir como si hubiera aterrizado en una nube esponjosa enviada desde el cielo, pero lo hace. Wow.

—Dios no me dio ningún equilibrio. ¿No es eso terrible?— susurro— Guardo el cambio suelto en un frasco para poder ir a París un día y ver la Torre Eiffel, pero sigo teniendo que cambiarlo por tiritas.

En mi estado de enrojecimiento y nerviosismo, mis palabras han salido en un revoltijo agudo, pero parece que todavía lo comprende todo bien. Creo. Esos ojos entrecerrados se ciernen sobre mí y permanecen en mis lugares sensibles, un tic comienza en su mejilla.

—Cuando pregunté qué estaba mal contigo, quise decir que no deberías estar aquí en el frío usando nada más que un pijama.

—Este es un vestido, tonto.

Da un gruñido bajo y cuando habla de nuevo, su voz se ha reducido a un baritono raspado.

—No es como ningún vestido que haya visto.

Oh Dios. ¿Él piensa que soy sexy, ¿verdad? Los chicos me han pedido salir e incluso he ido a algunas citas al cine. Sin embargo, tenerlos mirando mis tetas nunca se sintió así. Como si estuviera a segundos de ser arrastrado a las sombras. Debería decirle quién soy. Justo en este mismo segundo. Pero él dejaría de abrazarme si lo hiciera. Ni siquiera estoy seguro de qué se dé cuenta de que todavía estoy atrapado en sus brazos, mi lado presionado contra su cuerpo duro e inamovible— Es mi color favorito— le digo, en lugar de lo correcto— Es por eso que lo compré.

—Rosa, ¿eh?— esos ojos se dirigen más abajo, donde el dobladillo de mi vestido roza la parte superior de mis muslos— Dulce bebé rosa.

Aprieto, estrujo, mis piernas juntas. Es como pasar por encima de una montaña rusa— Mentí— me inclino para susurrar contra su oreja— Es un pijama.

Hay un áspero raspado en su garganta, y luego mi mundo se inclina. Chan gira mi cuerpo y me empuja contra él, dejando mis puntas de los pies raspando el ladrillo, mis pechos se ajustan donde se encuentran con su pecho— ¿Tienes dieciocho años?

—Sí— gemí.

Sus caderas se inclinan y su gran polla se presiona en mi estómago, un largo gemido saliendo de su boca— Esa no es otra mentira, ¿verdad?

—No señor.

—Si estás en esta fiesta con tu papá o tu esposo, mejor dímelo ahora.

Técnicamente, el hombre que está dentro no es mi padre, al menos no por nacimiento, y estoy segura de que no estoy casado. Incluso nunca he tenido novio. Estoy siendo un poco deshonesto al no aclarar quien soy, pero estoy muy emocionado de saber que sucederá a continuación. Los hormigueos suben y bajan por mi espalda, deslizándose por mis muslos, haciendo que mis pechos se sientan pesados. Más. Necesito más— No estoy aquí con un papá o un esposo— me humedezco los labios y siento su carne sacudirse entre nosotros— ¿Por qué qui-quieres saber?

Con un lento movimiento de cabeza, sus manos viajan a mi trasero y lo moldean ásperamente— He estado en el barco durante meses, cuidándome con mi propia mano. Ahora una cosita linda aterriza en mi regazo, tratando de flirtear y sube directamente a mi polla— me levanta más alto y me sienta sobre su erección, rebotándome sobre ella con un fuerte impulso— Estoy en condiciones de enviarte de vuelta a la fiesta con un lápiz de labios corrido, niño.

 Forbidden Desire  •||ChanLix||•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora