Forbidden Desire •||ChanLix||•

Capítulo 10

Chan

Pongo un brazo sobre mis ojos para bloquear la luz de la mañana.

Cristo, me siento jodidamente genial. Esta es mi primera pista de que no estoy en mi litera  en el barco. Mi pecho está ligero, mi polla está dura... En realidad me alegra que sea de  mañana. Hay algo que esperar. Un peso cae del techo y aterriza en mis tripas.

No, no es algo. Alguien.

Felix.

Me inclino en la cama, mi mirada cayendo hacia el lugar vacío a mi lado en la cama.
¿Dónde está él? ¿Dónde está mi niño? Casi le hago la pregunta a la cabaña en general, porque necesito una maldita respuesta ahora mismo. Durmió en mis brazos toda la noche, su adorable trasero metido contra mi pene. Hombre, él duerme como un muerto. Cuando lo llevé a mi habitación, en lugar de la habitación de invitados que reclamó ayer, ya estaba roncando como una dama, con la cabeza apoyada en mi hombro.

El privilegio de acostarlo en mi cama y limpiar la sangre virgen de sus muslos internos me convirtió en un hijo de puta posesivo. Sabía que él no estaba en peligro la noche anterior,  pero aún permanecí despierto hasta altas horas, esperando para matar a cualquiera que le planteara un peligro. Eso es todo. Abrimos la puerta anoche y no puedo cerrarla ahora.

Él es mío. Él es mío y no está en esta cama. Por lo tanto, estoy enfadado. Minho y Changbin no tienen un deseo de muerte, por lo que no la pondrán un dedo encima. Pero sé muy bien como le gusta vestirse a Felix. Y si no estoy allí para asegurarme de que no se pierdan la vista, van a ver demasiado de lo que es mío.

Sin mencionar, que tengo un problema aquí que necesita atención. Podía visualizar a Felix montándome y corriéndose rápidamente, como lo hizo la noche anterior, y haciéndome un trabajo rápido. Sin embargo, experimenté lo mejor anoche, y nunca estaré satisfecho con nada que no sea el coño de mi sobrino hasta el día en que muera.

—Felix— saco las piernas por un lado de la cama y me pongo mis jeans— ¿Dónde estás, niño?

Sin obtener una respuesta, salgo de la habitación sin molestarme con una camisa. No hay  nadie en la sala de estar, pero escucho agua corriendo en la cocina, así que me dirijo en esa dirección. Sin embargo, cuando entro, allí no está Felix. Solo mis dos amigos, que han vuelto  a verse como mujeres indignadas de la iglesia. No es de extrañar, considerando que me follé a mi sobrino delante de ellos anoche. Pero demonios, una vez que él me llamó papi, no pude parar. No haber reclamado su virginidad me estaba volviendo loco. Ni siquiera podía  esperar unos minutos para llevarla a un lugar privado. Tuvo que ser ahora, ahora, ahora.

Me aclaro la garganta— ¿Dónde está?

—Buenos días a ti, también— Changbin se burla.

Minho vierte una taza de café, tomándose su tiempo para agregar azúcar y leche— Se fue a  dar un paseo.

—¿Un paseo?— grito— ¿Solo? ¿Dónde?

—Él solo se ha ido unos diez minutos— dice Changbin, recostándose contra el mostrador— Que el niño disfrute algo de la naturaleza.

—Demonios, él ya ha atrapado un oso— dice Minho.

Mis gilipollas amigos chocan los cinco.

Agarro el juego de llaves de la cabaña— ¿En qué dirección se dirigió? Si algo le sucede, ambos están muertos.

—Dijo que quería ver el lago.

¿Lago? Jesús, él podría ahogarse. O ser mordido por algo. O tropezar con una rama de árbol y cortarse. ¿No saben estos idiotas que Felix tiene problemas de equilibrio?