Secreto

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—No soy buena para ti —le dijo mientras trataba círculos sobre el abdomen del chico con sus dedos. Mientras tanto, su cabeza no dejaba de dar vueltas alrededor de lo sucedido hacía unos minutos.

Cualquiera diría que después de tener sexo con el dios de ojos grises que la atormentaba en sueños la chica estaría locamente enamorada viendo cumplida su fantasía pero no. Porque ella no era normal. Por tal motivo decía que no era buena para él. Después de todo ella lo había usado con un mero objetivo. Sin embargo, él estaba ajeno a todo lo que pasaba por la mente de la chica que yacía en su cama y en sus brazos. O eso ella pensaba.

—Te equivocas, Eve. El que no es bueno para ti soy yo —dijo sin mirarla pero apretando el agarre que tenía en la cintura de la chica de nombre raro, Maeve, que era como se llamaba para ser exactos.

Un nombre extraño para una chica extraña porque si íbamos de sinceros esa era la realidad, y él lo sabía.

Podría ocultarlo muy bien ante el mundo pero él la conocía como ella misma no lo hacía. Por ello estuvo consciente de lo que pasaría cuando la vio entrar. Y también sabía lo que había detrás de su decisión al entrar ahí. Después de todo él fue quien la estuvo acosando durante semanas sin que ella lo supiera. Todo para que su plan resultara. Todo por tenerla. Todo para que ella no supiera lo obsesionado que estaba. Todo para que entrara en su juego. Y sobre todo, por un secreto.

«Nunca conocerás lo que pasa por la mente de alguien más, recuérdalo.»

Oscuros y PerversosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora