—Amor, no te vayas. No me dejes otra vez —murmuró la chica extendiendo una de sus manos intentando retenerle pero era en vano porque él meses atrás se había ido para jamás volver.
No obstante, la alucinación producto de su dañada cabeza la miró con desdén y dijo las palabras que sellarían el destino de la pobre joven.
—Déjame ir, Aisha. ¿No ves que ya estoy muerto? Tú te encargaste de ello. Y por ti es que no puedo descansar en paz. Acepta tu culpa y permíteme marchar.
—Mentira —pronunció ella una vez. —Fuiste tú quien contra mí primero atentó —declaró con fiereza parándose al borde de la azotea —pero sin ti no sé vivir —murmuró y al vacío se lanzó sabiendo que horas más tarde la querrían internar en el psiquiatrico.
Nunca te enamores de una alucinación.
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Oscuros y Perversos
RandomRecopilación de mini relatos y algunas reflexiones. Todo es de mi autoría e imaginación. Prohibido el plagio. Obra original.