-Joder Rosaria ¿podrías ser más cuidadosa sabes?
- Tch, mejor agradece que te esté ayudando. Por cierto, ¿cómo diablos te hiciste esta herida? ¿Acaso peleaste contra un oso?
Kaeya soltó una risa burlona mientras pensaba en lo horrorizada que quedaría la mujer si se enterase que fue el mismísimo Diluc quien generó esas horribles heridas en su pecho. Ahora el dolor había disminuido gracias al vendaje que le proporcionó la monja dentro de la iglesia, en la zona de enfermería. El problema ahora estaría en cubrir esos vendajes de la mejor forma posible, para ahorrarse preguntas ajenas.
- Muchas gracias, te debo una.
- No hay de qué. A la próxima mejor pidele a Bárbara que te ayude con esto, porque a mi se me da realmente mal. -Kaeya tenía más que claro que su fuerte no era la delicadeza- Hasta pronto, tengo cosas que hacer.
El de tez morena salió de la capilla para dirigirse al buen cazador, lugar donde ya se había hecho costumbre reunirse con Aether. Le había costado, pero finalmente se dispuso a contarle toda la verdad acerca de Diluc, lo que no tenía muy claro ahora era cuál iba a ser la explicación que inventaría para engañar a los Caballeros de Favonius.
- Llegas tarde, yo ya me adelanté y pedí algo para comer por mientras. -pronunció el chico rubio apenas Kaeya se sentó junto a él.
- Lo siento, estuve muy ocupado allá en la oficina.
El sol daba con algunas ventanas de las pintorescas casas típicas de Mondstadt, iluminando por completo el lugar. Los ciudadanos hacían sus compras habituales, otros optaban por entretenerse un rato en las tabernas, y los niños corrían y jugueteaban cual inocentes animalitos por el bosque. Nadie era consciente del verdadero peligro que acechaba a la ciudad, solo Kaeya lo sabía, y eso hacía que el nudo de culpabilidad en su garganta aumentará más y más.
- Oye, llevas todo el rato callado, ¿que es lo que sucede?
- Oh, disculpame Aether, me distraje con mis propios pensamientos sin darme cuenta. Verás, yo...
Observó con cautela sus alrededores, asegurándose de que nadie más oyese la conversación. Iba a ser difícil soltar un secreto tan inesperado en un lugar tan concurrido como lo es el centro de la ciudad, por lo que Kaeya pensó en algo.
- ¿Que tal si mejor discutimos este asunto en las afueras de la ciudad? La comida puede esperar de todas formas.
- Bien, postergaré el pedido en ese caso. Espérame cerca del bosque susurrante.
Y dicho y hecho, el capitán de Favonius se dirigió a las afueras de la ciudad, cerca del bosque anteriormente mencionado.
Podía sentir como sus extremidades se ponían rígidas del estrés que estaba sintiendo, porque claro, por más bien que Kaeya pueda ocultar sus nervios, éstos siempre terminan manifestándose de cualquier forma. Se paseó por los alrededores hasta que divisó a lo lejos al chico de rubia cabellera, quien hizo señas con los brazos alzados, a lo que el moreno simplemente asintió.
- Vamos Kaeya, ¿por qué tanto preámbulo? ¿Acaso tienes una nueva pista?
- De hecho, más que una pista, encontré...
"Al culpable", es lo que estuvo por decir, sin embargo se arrepintió drásticamente de ello, y es que, por más impulsivo que sea, Kaeya siempre se las arregla para no involucrar a terceros en sus propios problemas. Él tiende a solucionar las cosas por si solo, sin la ayuda de nadie, por lo que incluso después de haber pasado toda una noche reflexionando qué era lo que iba a decirle a Aether...
Terminó mandando a la mierda su meticuloso plan. Fue una decisión sumamente ridícula, tomando en cuenta lo importante que sería Aether para detener la crisis, pero por otro lado, tal vez iba a ser muy riesgozo contarle un secreto de tal magnitud al forastero.
¿Quién sabe? El chico es capaz de aniquilar todo a su paso, y si se llegara a enterar de todo, no dudaría ni un segundo en acabar con la vida de Diluc.
- ¿Qué has encontrado...? -cuestionó el rubio, ya impaciente.
- El origen del problema, y tiene que ver directamente con los rumores que se han estado esparciendo por la ciudad.
- ¿En serio? ¿Cómo estás tan seguro?
El peliazul comenzó a caminar lentamente alrededor del viajero, negando con su cabeza al unísono de constantes chasquidos de lengua. Se sentía confiado de su improvisada actuación, ¿y como no hacerlo? Después de todo Kaeya siempre ha demostrado ser un hombre lleno de misterios y con buena labia, y con tales habilidades es capaz de engañar a todo Mondstadt si se lo propone.
- El otro día un hombre se acercó a contarme como un monstruo lo atacó por la espalda, debido a su altura diría que fue un mitachurl.
¿Como llegó hasta la estatua de Barbatos? Ni idea, quizás dicho animal aprovechó la oscuridad de la noche para atacar a su víctima.- Mierda, esto es muy grave, ¿como carajos entró a la ciudad cuando hay tantos guardias vigilando en las entradas? Mh... ¿has visto algo más?
- Lamentablemente no, pero al menos ya tenemos un gran hallazgo. Por el momento deberíamos investigar más de cerca a la orden del abismo, aunque no sé cómo se lo irá a tomar Jean...
Y con una intensa mirada llena de preocupación, Kaeya dió por conluída su pequeña actuación. Tal vez con esa manipulación de los hechos podría distraer a los caballeros por un buen tiempo, por lo que quizás, y sólo quizás, Diluc podría volver a su antigua vida.
Ya ha pasado un tiempo desde que todos los sucesos extraños iniciaron, pero, ¿acaso ese corto lapso de tiempo habrá sido necesario para que Kaeya ya haya establecido cierto vínculo con Ragvindr? Y si es así, ¿esta relación irá a sobrevivir en medio de todo el caos?
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AAAAAA YA SÉ QUE ME DEMORÉ MUCHO !!! Perdónenme 😭😭
Soy entp, asi que procrastino todo el tiempo XDDD y eso sumado a los episodios depresivos es la razón por la que no he avanzado tanto en la historia,,,
Pero ojo pq se vienen cositas 😈🤙 NDLSBDKDJ
Cuídense mucho 💗💐✨ gracias por apoyar el fanfic! No se olviden de dejar su like y comentar algo, me haría muy feliz ><
Buenas noches 🤝
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Thirsty | KaeLuc [EN EDICIÓN]
FanfictionUn extraño suceso sacude a toda la ciudad de Mondstadt. Un joven pelirrojo comienza a sentir antojo de cosas inusuales. El capitán de los caballeros de Favonius está dispuesto a descubrir la verdad detrás de todo esto, y hará lo que esté a su alcanc...