DÍAS DE LLUVIA

You don't know me

En su rostro se notaba lo desanimado que estaba, ya no quería asistir a su escuela, mucho menos después de lo que sucedió el viernes.

Ese día hubo un partido de fútbol importante después de clases, toda la escuela estuvo ahí y gente ajena a ella también. Al terminar dicho partido los jugadores fueron a las duchas y alguien aprovecho a robar sus prendas, así que todos regresaron a casa con solo una toalla cubriendo sus partes. El día siguiente alguien dijo que fue Yeosang el culpable de todo, por lo que se creyeron el chisme sin preguntar.

Los deportistas nunca le han golpeado, sólo le insultan, por esa razón tenía miedo.

— Yeosang, estás muy serio —Hongjoong le dijo—. ¿No te gustó la sopa?

— No es eso, en realidad es muy deliciosa —negó con una sonrisa pequeña. Al mirar a su amigo recordó algo y se le vino una idea—. Hongjoong, lo que sucedió hace tiempo, en el parque...

— Ah eso —se removió incomodo—. No te puedo dar detalles, pero sólo pagué un favor.

Aquel castaño no quería meter presión sobre el tema, mucho menos llegar a hacerlo sentir mal con un comentario, sólo que era su única opción.

— ¿No tienes contacto con ninguno? —insistió.

— Nadie, no te preocupes.

— Es que si me preocupa —dijo, teniendo la atención completa del contrario—. Necesito que me ayuden porque me darán una paliza en la escuela mañana, tú nunca me diste explicación y merezco este favor por no ir a la policía.

— Yeosang me habías dicho que ya no te molestaban —Hongjoong le vio confundido—. Además no, ellos son delincuentes, pueden cobrar favores de formas muy crueles.

— ¿Únicamente ellos lo son? —cuestionó con fastidio—. Te recuerdo que también tú formaste parte de ese secuestro, y más importante, yo era la víctima —se señalo a sí mismo con su índice—. Nunca pregunté nada porque tenía miedo, pero ahora sí quieres que confíe en ti de nuevo tienes que ayudarme.

— ¿Estás hablando en serio? —le vio incrédulo. Esta era una nueva actitud de su amigo—. Aquella vez estaba pagando un favor y no lo completé del todo, pero por suerte todo pareció que fue culpa de ellos y no mía. Estoy libre de ellos y tú quieres que vuelva a buscarlos.

— Hazlo por mí, soy tu amigo —suplico—. La única forma de que me dejen de molestar es que ellos sientan lo mismo que yo.

— Mañana iré yo a tu escuela —le dijo—. Yo mismo me encargo de esto y confía en mí cuando te digo que no te harán nada si estoy yo.

— Hongjoong...

— Confía en mí, Yeosang.

Aún inconforme el castaño asintió, tenía miedo de lo que pudiera pasar. Ante sus ojos llenos de rencor, pedir a unos delincuentes un favor era mejor que recibir todos esos posibles golpes que le darían.

Él solo quería venganza.

— Quiero que me prometas algo —el castaño le hablo—, si algo malo me pasa, busca a esos delincuentes y diles que les den una lección.