[Capítulo 3]

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- ¡Nos trajiste a un puto burdel!- Exclamó como queja hacía el de barba.
- Si, ¿Te gusta?- Respondió Fargan emocionado.
- Eres... ¡Claro que no!

El ambiente era algo a lo que Sam no estaba para nada acostumbrado, habían mesas con tubos en el centro, "¿Para que querían tubos ahí?" Se preguntó, aunque con sólo seguir viendo notó para que eran. Los usaban para bailar encima de la mesa.

No importaba a donde Samuel viera, había mujeres y hombres con poca ropa bailando o atendiendo mesas, lo único que le quedaba era bajar la mirada mientras escuchaba la pelea de los otros dos.

- Wow...

Escuchó a alguien hablar, aunque era difícil de identificar quien era por el fuerte volumen de la música. Cuando alzó su cabeza en busca de quien hizo ese sonido, notó a Luzu viendo en un punto en especifico.
Al dirigir su mirada hacia donde su amigo veía, notó a un chico pelinegro en el centro, bailando lo que quedaba de canción y utilizando solamente un short rojo vino que parecía seda o algo como eso.

Fargan dejo de escuchar los reclamos de Willy. Se puso detrás de Luzu y Sam, colocando sus manos en las espaldas de los chicos para ir empujándolos hacia el centro del lugar. Siendo seguidos por un emocionado Staxx y un Guillermo enojado.

Estaban prácticamente en primera fila, Luzu colocó sus manos en el tubo de metal que tenía una función de barrera entre el escenario y el resto del lugar, viendo atentamente la presentación de aquel chico delgado y joven.

Samuel nunca fue alguien con mucho apetito o interés sexual, solo lo hacía cuando se sentía "obligado", como si fuera su responsabilidad con su pareja del momento. Así que al ver ese lugar solo lo hacía sentir raro e incluso algo incómodo.

La canción acabo, y con ello la presentación de aquel chico. Luzu aplaudía levemente, a diferencia del resto del público, quienes incluso hasta pedían a gritos que se repitiera.

Una voz masculina sonó por los parlantes del lugar, anunciando a la persona que pasaría a continuación, y aun así Vegetta no sentía interés por todo eso. Solo se recargo en el tipo de baranda para estar más cómodo.

"ANTE USTEDES, ¡RUBIUS, NUESTRA GRAN ESTRELLA!"

El público pareció enloquecer, e incluso escucho a Fargan gritar, ¿Quién era Rubius?

La canción que sonaba era lenta y con un buen ritmo, haciéndola sonar sensual.

Cuando su atención volvió al escenario notó una silueta que caminaba hacia el final de la pasarela. Ahora entendía la emoción de las personas.

Un chico alto, unos ojos verdes brillantes y un hermoso cabello castaño claro había salido de detrás del telón. Era precioso. Llevaba un traje provocador, de esos que utilizan las conejitas de playboy. Sus piernas largas resaltaban aún más con esas mallas de red.

Destacaba en el lugar, sobre todo cuando se empezó a mover.

Se sostenía con firmeza al tubo, haciendo movimientos que coordinarán con el ritmo de la música. Lo hacía con tanta gracia y sensualidad que hacía a Vegetta sentir cosas que jamás había sentido antes.

No podía despegar los ojos de esas largas piernas, de esas apenas notables pecas que tenía en los hombros, de sus largas y finas manos que sujetaban el frío metal del tubo, ese tatuaje de estrellas que apenas y se veía por las medias, de sus ojos esmeralda que le provocaban escalofríos casa vez que se encontraban por casualidad. Rubius lo tenía completamente hipnotizado.

Y tanto Willy como Fargan lo notaron.

- Willy, dime algo... ¿Samuel tuvo su despedida de soltero?
- Eh... Que yo sepa no...
- ¿Y crees que sea muy tarde para darle una?-Preguntó travieso el castaño.
- David... No se que estés planeando, pero sea lo que sea... Estoy contigo.

Guillermo sabía que Vegetta no amaba a Akira, y jamás lo iba a hacer, sabía que no era feliz al lado de ella. Y si lo que Fargan estaba planeando podría darle algo de felicidad a su mejor amigo, no iba a dudar en ayudar, aún si eso fuera ayudarlo a serle infiel a su supuesta esposa.

- ¡Sabía que podía contar con mi hermano oscuro! -Exclamó contento y emocionado Fargan.
- Si si, pero dime que quieres hacer primero, no quiero arrepentirme en un futuro... -Respondió el albino, cruzándose de brazos, a la vez que dirigía una que otra mirada rápida a su amigo, quien seguía perdido en el baile del joven en el centro.
- Bueno bueno... Digamos que soy amigo del dueño de este lugar, y pues con un poquito de dinero puedo conseguir algo. -El ojidorado sonreía malicioso.
- Ay por Dios Fargan, ve al punto.
- ¡Déjame darle algo de drama a esto!

Guillermo lo veía ya sin paciencia.

- Okay, okay... ¿Sabes que son los bailes privados?

Guillermo veía a Fargan, esperando a que continúe, pero al notar que este esperaba respuesta suya rodó los ojos a la vez que suspiraba.

— Si Fargan, sé que es un baile privado...
— ¡Perfecto! Vamos con el dueño a pagarle.

Ambos se alejaron de los otros chicos, yendo a buscar a quien pagarle para que Vegetta disfrute la noche.

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Nota: Hice un muy pequeño cambio, espero no les moleste T T

✞ 𝐔 𝐍 𝐇 𝐎 𝐋 𝐘 [𝑅𝑢𝑏𝑒𝑔𝑒𝑡𝑡𝑎] ✞ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora