Parte 8: Alma .El deber y el querer .

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Mi domingo en la mañana comenzó tarde, después de la fiesta y de toda la adrenalina no había pegado ojo hasta el amanecer. Intenté muchas veces sacar de mi cabeza la lluvia, la persecución y sus labios carnosos, pero había sido dificil. Pude conocer un lado de él que no había mostrado y eso fue mi gran error, porque ahora quería sanar heridas que yo no había causado. No habíamos comenzado con buen pie, y no teníamos nada que ver, veníamos de mundos prácticamente diferentes y no podia  obviar que él estaba  comprometido. Me gustaba, me ponía de los nervios y solo el me hacía sentir mil cosas al mismo tiempo y eso era algo que no podía controlar, pero de ahí no podía pasar. ¡Esto está destinado al fracaso y para que intentar lo que sabemos con antelación que no puede pasar! Estuve toda la tarde adelantando los trabajos pendientes encerrada en mi habitación. Mis padres habían salido desde la mañana y no había bajado ni a la cocina, Y Rosa estaba de descanso hoy, pero eso daba igual , ya que los domingos se comía fuera o se pedían cosas desde que tengo uso de razón, así que decidí seguir la tradición . Necesitaba una ducha, aun llevaba la ropa que me había prestado Noah, y si, olía a él, o me hacia la idea, solo sé que a cada rato cerraba los ojos y su fragancia me atrapaba, me hacía viajar al pasado, a esa medianoche. Mi pequeño lado masoquista me hacía ansiar algo que no podía tener , el último beso de ayer, me dio miedo, pero lo apartaré de mi cabeza porque tengo un puto avispero en mi interior y no me deja pensar con claridad.

El timbre en la puerta me hizo volver a mi realidad, cogí de mi cartera unos billetes para la propina y salí en  busca de mi comida , el sushi era mi debilidad, comía tanto Salmón crudo como me fuera posible y ya habia decidido pasar lo que me quedaba de tarde en ahogar mis penas atiborrándome de comida y recuerdos, ya mañana me enfrentaría al mundo . Llegué al recibidor y me vi en el espejo de la entrada de casa , vaya desastre , tenía los cabellos sueltos y revueltos sin maquillar y con zapatillas de andar por casa que poco combinaban con los calcetines verdes aceitunas que me acompañaban en el día de hoy ,si, ese baño era necesario . Al abrir la puerta pude saber con certeza de que no era mi repartidor  y la sonrisa cordial que había preparado quedó a medias y fue sustituida por la de desconcierto total.

-        ¿Esperabas a alguien más? te veo decepcionada pecesito – Y Noah hizo su entrada y todo mi plan de mantener las distancias fueron destruidas.

-        -Que haces aquí ¡-la última persona que esperaba encontrar al abrir esta puerta, el dueño de mis pensamientos y torturador de sueños.

-Hola a ti también – me dice el muy cabrón , como si fuera  habitual aparecer en el umbral de mi puerta , con una camisa blanca desabotonada, unos pantalones negros, y la sonrisa que descontrolaba mi tensión arterial.

- Hola Noah...Tú no puedes estar aquí -le dije ignorando las treinta preguntas que realmente quería hacerle.

-Dejaste ayer algo en casa ,he venido a traértelo, y esperaba recuperar mi ropa, -Dijo haciendo una pequeña pausa -pero veo que le has cogido cariño. -joder estaba vestida con su ropa, la ropa que me dio ayer y aún tengo puesta a las 5 de la tarde, decidido , voy a arrojarme a los tiburones para que acabaran conmigo de una puñetera vez .

-No he tenido tiempo, estaba al ducharme, pero esperaba mi comida y...

-déjalo pecesito, quédatelo, te juro que no pensare nada raro.- pero su cara decía todo lo contrario , este pensaba lo que era y lo que no era también . Ya se hasta donde llegan estos tipos de egos.

- Te lo quería enviar a tu casa, en el trabajo sería muy dificil de explicar. - él se me queda mirando, y yo voy controlando cada uno de su movimiento, pero no dice nada más y nos quedamos en la puerta esperando que uno de los dos rompiera este incomodo silencio. No sé si invitarlo a pasar o sacarlo a patadas, nunca me había visto en tal situación de la cual tu jefe todo cañón se aparezca frente a tu puerta , pero algo muy raro pasaba justo ahora por mi cabeza, yo moría por volver a besarlo, era como si después de probar sus labios me haya vuelto dependiente de ellos, yo necesitaba un beso, así de sencillo, pero solo de él .

Lo que tocas  con el AlmaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora