|La triste nieve|
Caminaba hacia en donde se encuentraba aquel árbol Yiggas. Llevaba conmigo una canasta de comida para los chicos, en estos momentos deben de estar muriéndose de hambre.
Al llegar veía a mis dos amigos:Kirito y Eugeo. Ambos platicaban, en el momento que me vieron, ambos dejaron de hablar y su vista se dirigió hacia a mí.
—¡Que tal Alice! —me saludó Kirito.
—Alice—Eugeo me dedico una sonrisa con sus mejillas coloradas.
—Perdónenme esta vez por la tardanza, es que me quedé un rato más para practicar un poco más mis artes sagradas.
Los tres nos sentamos en el pato, saco un mantel y sobre ello pongo la comida, ellos no dudan ni un minuto en agarrarla. Luego de acabar con la comida, los tres damos una vuelta alrededor de la aldea de Rulid.
En ello me doy un codazo a Kirito.
—¡Oye que te pasa! —se queja.
—Kirito... Eso.
—Oh, es cierto.
—¿Chicos de que hablan?
Oh no.
—De nada, Eugeo.
—¿Me están ocultando algo?
—Eugeo, creo que es tu padre quien te llama, ¿no?
Eugeo se voltea y efectivamente, su padre lo llamaba. Él se aleja y nos dice que alrato vuelve a venir, Kirito y yo nos vamos a un lugar apartado.
—Por poquito—suelto un suspiro.
—Es cierto y por poco se arruina la sorpresa.
Desperté gracias a los rayos del sol. Me levanté de la cama, tratando de recordar aquel sueño que había tenido, lo que logro recordar son varios rostros borrosos. Tal vez y este recuperando algunos recuerdos de mi vida en Rulid.
(...)
Decidí caminar por la capital con suma cautela, hasta que un montón de personas llamaron mi atención, por lo que había escuchado de murmullos era que los valets iban a graduarse para dar un paso a ser espadachines. Tuve curiosidad por lo que también hice fila y entré.
Por suerte el aire frío estaba estable a diferencia de los últimos meses. Me senté en las bancas hasta el final, veía a mi alrededor varios caballeros negros observando los combates. Tenía que mantenerme tranquila para evitar sospechas.
—Es triste esta nieve, ¿no lo creés? —me pregunta una chica que estaba sentada alado de mí.
—¿Triste?
Sus ojos azules miran el cielo, mientras se acomoda su cabello albino.
—Sí, esta nieve transmite tristeza entre otras emociones. Bueno, eso es lo que pienso—ella me mira y mesonríe—. Perdona sí te incómode.
—No, no te disculpes.
—Lamento no averme presentado, soy Raine, Raine a secas.
—Me llamo Alease a secas. Es un gusto.
—El gusto es mío señorita Alease—ella me da su mano y yo la estrecho.
Ya había conocido a alguien, y no sabía sí en realidad era algo bueno o malo. Honestamente no quiero causarle problemas a esta pobre chica, se nota que es alguien noble. Aunque me da mucha intriga, sobre todo por su comentario de la nieve. Tal vez y sea alguna pista, pero no puedo llegar a esa conclusión aún. Todavía falta averiguar más y sobre todo quién está detrás de toda esta nieve.
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Rosa marchita ✔
Fiksi PenggemarAlice despierta entre la abundante nieve pero, ha perdido sus recuerdos de todo lo que pasó con Administrador, Kirito y Eugeo. La nieve es eterna y nunca se acaba, pero ¿por qué? ¿Quién es el responsable de la nieve? Alice va a investigar y llegar...