- Lee Minho, ¿¡Donde estás!? - Gritó su colega rubio, el chico lindo de ojos pequeños que solía pasar la mayoría de tiempo con el contrario. Su gran forma de pensar les llevó a la gloria en poco tiempo, pero estaba seguro que no perduraria mucho si Minho seguía de chismoso.
- Ya salgo, ¡te prometo que es precioso! - Respondió el contrario. on sus ojos que parecían los de un gato se encontraba analizando el humo, buscando algo que había llamado su atención.
Eran las doce en punto de la mañana, Hyunjin y Minho se encontraban cometiendo un pequeño robo en la casa de un narcotraficante para llevarle a Bangchan, quien crearía el perfecto plan para su majestuosa obra.
Todo estaba saliendo de maravilla, en unos tres minutos llegaría Seungmin por los dos y los llevaría a su lugar seguro. O bueno, eso pasaría si Lee Minho no se hubiese detenido a mirar una pintura de aquella casa.
Y es que se veía perfecta; una linda familia conformada por dos lindos hijos, su madre y el temible Han Namjoon, de quien era la lujosa casa.
Y es que lo precioso para Minho no era la familia en si, era el chico rubio que se encontraba allí.
Un chico de mejillas grandes, pelos por su cara y ropa de marca que le lucia con su pequeña cintura.
Minho había memorizado todas esos detalles en pocos segundos, todo era de su gusto.
Pero Lee tenía un miedo; enamorarse. Y más si era de una fotografía.
El chico era tan precioso que había atraido a Minho en pocos segundos. Con una imagen ya lo tenía a sus pies.
El hijo de Namjoon, un ángel. Quizás.
Se quedó pedrificado en frente de la pintura, eso hasta que sonó la alarma de incendio por el humo que habian soltado.
Eso hasta que escuchó una voz en el fondo.
- ¡Jisung sal rápido! ¡La casa se incendia!
En eso Hyunjin lo jaló del brazo, arrastrandolo bruscamente a donde debían ir.
- Mierda Seungmin, el desgraciado de Namjoon tiene dos hijos, realmente no quiero acabar con el. - Dijó Hyunjin mientras llegaba a su guarida, Seungmin, en cambio estaba muy enfocado en el camino.
- No importa si tiene hijos o no, el tiene que pagar por todo lo que hizo. - Contestó Minho de la manera más dura posible. - Hyunjin, haz matado a muchas más personas, ¿por qué te importa si tiene hijos ahora?
- Sus hijos se me hacían conocidos, ¿y si han actuado conmigo? O peor aun ¿y si han estudiado conmigo?
- Solo exageras.
Hyunjin y Minho se habían criado juntos desde pequeños, sus padres eran amigos y gracias a eso ellos también. No sabían como habían terminado en el mundo tan frío de la calle, teniendo lujosas habitaciones que les esperaban, pero si sabían porque estaban allí; Para terminar con los millonarios corruptos que se aprovechaban de su poder o, simplemente para vengarse de algo que les habían hecho.
Porque no era una sorpresa que estos dos chicos en sus épocas de escuela habían ejercido fuerza sobre todos, crearon su mandato de terror.
Con el tiempo a su grupo de amigos se juntó Bangchan y Seugmin, dos chicos de lo más inteligente y con el poder político que tenían los otros dos.
Todo estaba bien para Lee Minho o eso decía.
Pero el tenía miedo.
HOLAAA!! Bueno, la verdad es que este capítulo lo cree para explicar un poco de lo que va a tratar, pero todo va a girar en la relación de los dos, no voy a echar mucho rollo.
Y bueno, tengan fe que esto va a quedar muy bien, pinkie promise.
PERDÓN POR LA MALA REDACCIÓN O LA MALA ORTOGRAFÍA, no es que no sepa escribir (o bueno si) si no es que la dislexia me gana, muy mal.
Después haré los carteles y todo para que se vea bien la historia, esto es lo que tengo por hoy porque el sueño me gana, besitos. ♡
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Entrometido. | Minsung.
FanfictionLee Minho, uno de los asesinos más buscados de toda Seúl planea una gran masacre con sus amigos en un lugar muy común; Un pequeño centro comercial donde se encuentraba uno de sus grandes enemigos, pero a la par, al amor de su vida. Historia Minsung...