¡Bonjour!
¡Buena lectura!
Hello, it's me un año más tarde...
He vuelto para darle fin a esta historia. Ya estamos a un par de capítulos de la conclusión.- Bueno, María –dijo mientras hojeaba chequeando cada resultado- está todo correcto, ya no tiene anemia y... -de repente frunció el ceño y la miró boquiabierto- no entiendo, creo que esto no puede ser posible.
- ¡¿Qué, dímelo ya, por favor?! –rogó una respuesta inmediata.
- Estás embarazada...
No supo que responder, las lágrimas llenaron sus ojos y sin evitarlo se echó a llorar.
Rubén rápidamente dedujo que María había sido víctima de alguno de esos malditos militares.
Se puso de pie, acercándose a ella le ofreció un cálido abrazo. La calmó para luego preguntarle si quería seguir hablando del tema o por el momento prefería volver a su casa.
La mujer optó por volver otro día, sabía que le encargarían un montón de estudios para saber cómo iba el bebé y exactamente cuántas semanas de embarazo llevaba.
Caminó hasta su casa contenta y afligida. No era un buen momento para estar esperando un bebé, sin embargo estaba muy esperanzada con la noticia.
Sun duda su bebé la alentaba a seguir con la lucha de la ansiada libertad y sabía que en cuanto Esteban se enterara, ambos comprarían la lucha.
Al llegar a su casa, su marido ya había puesto la mesa para cenar. Dentro de la casa había un delicioso aroma a bizcocho de naranja.
- Huele exquisito -se acercó para besarlo.
- ¿Cómo te ha ido en la consulta? -quiso saber sin sospechar siquiera.
- Esteban... -no fue capaz de sostenerle la mirada, así que bajó la cabeza y tras un largo suspiro habló- estamos esperando un bebé.
Pero Esteban parecía no entender o al menos no lo asimiló a la primera. Así que María tomó una de sus manos y la posó sobre su vientre aún plano.
- Estoy embarazada.
El hombre sonrió acariciándola suavemente, luego soltó unas lágrimas de auténtica felicidad.
- Mi amor, mi María -con un abrazo la levantó del suelo y la hizo girar en el aire un para de veces- vamos a ser padres.
Tristemente el pequeño festejo fue irrumpido por la realidad que estaban atravesando. Se suponía que Esteban había muerto, oficialmente luego de que no encontraron su cuerpo, ni rastros de él ya dejaron de buscarlo. Así que María era viuda ante todos.
¡¿Cómo demonios explicarían que ahora estaba esperando un bebé?!
María notó la incertidumbre del hombre y trato de calmarlo.
- Por favor, Esteban. Es ahora en donde debemos mantenernos tranquilos y pensar con la cabeza fría -rogó- por nuestro bien y sobre todo por el bien de nuestro bebé.
- Ellos van a sospechar...
- Yo no voy a decir nada, con el paso de los meses se notará mi vientre y es ahí cuando comenzarán las especulaciones. Simplemente me haré de oídos sordos, Rubén sospecha que fui abusada por alguno de los militares.
- ¿Tú qué le dijiste? -quiso saber preocupado.
- Nada, al enterarme de la noticia no pude evitar llorar -confesó- así que me pidió que volviera cuando esté más calmada, me ofreció su apoyo y me dijo que todo estaría bien. Que de él no saldría una sola palabra, si quería contarle más del asunto podía, pero si no, se limitaría a realizar los controles correspondientes sin cuestionar nada más.
- Es un gran hombre -sonrió al recordar la gran amistad que compartían- te prometo María que doblaremos esfuerzos para acabar con todo esto. Te juro que no descansaré hasta que nuestro hijo esté completamente libre de esta maldita opresión.
Los meses pasaron rápidamente y ya todo el pueblo hablaba de la viuda embarazada. Cada que María iba a dar clases, al mercado o hacia acto de presencia en un lugar, todos la miraban con pena.
Los militares dejaron de acosarla, mas no de buscar respuesta sobre el embarazo.
Nadie admitía haberla tomado a la fuerza, pero tampoco se la asociaba con algún nuevo amante.¿Quién era el padre de ese bebé? Era el gran enigma que nadie se animaba a preguntar de manera directa.
Esteban cómo siempre se mantenía encerrado en la casa y ya no sabía cuánto tiempo más podría aguantar. Los hombres que lo liberaron nunca cumplieron su promesa de buscarlo para hablar con él.
Esteban no lograba mantenerse tranquilo al dejar que su esposa anduviera sola, estaba a merced de cualquiera y más ahora completamente vulnerable en su estado de gravidez.
María ya atravesaba por su séptimo mes de embarazo, sabían que el bebé era un niño y habían decidido llamarlo Héctor, en honor al profesor de química que fue exiliado unos años atrás. Nunca más volvieron a saber de él.
Ese día, María volvió más temprano a su casa por el cansancio. Tanto era su fatiga que no se dió cuenta que alguien la seguía.
Al llegar a casa Esteban la recibió con un cálido abrazo, le preparó un sandwich con zumo de naranja y antes que pudiera probar bocado, alguien llamó a la puerta.
- Escondete -ordenó a su marido, quién obedeció sin chistar.
Al abrir la puerta su corazón se aceleró rápidamente, era nada más y nada menos que Servando Maldonado. Un militar que siempre le insinuaba repugnantes propuestas sexuales.
- Hola viudita -la saludó- que bien te sienta esa barriga.
- No tengo tiempo para perder escuchando tus asquerosas palabras -intentó cerrar la puerta, pero el hombre se interpuso entrando a la casa por la fuerza.
- Pero si yo solo quiero hacerte compañía -dijo acercándose peligrosamente a ella- quiero hacerte cariñitos preciosa.
- No se te ocurra ponerme un dedo encima, cerdo desgraciado -amenazó.
- ¿Y quién te va a defender -se burló estirandola del brazo y atrayendola hacia él- voy a hacerte mía hasta que me canse, preciosa.
María gritó antes de que el hombre posara sus labios sobre los de ella e intentara besarla. Esteban quien se encontraba en la cocina, salió disparado a defender a su esposa.
Apartó al hombre de su mujer y comenzó a golpearlo, el hombre que claramente estaba entrenado y sabía cómo liberarse de ataques, logró zafar de los golpes de Esteban.
Al verlo no lo pudo creer, rápidamente accionó su radio y pidió refuerzos.
- Este es tu fin, Esteban SanRomán.
Continuará...
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Las alas del cóndor
Roman d'amourBajo las alas del cóndor una pareja de casados vive su amor. Luchando contra el miedo, la injusticia y el silencio, ambos en busca de libertad. Una libertad que costará muchas lágrimas, pero a fin de cuentas llegará. Defenderán su amor en una época...