Mi Dulce Omega || Camren

CAPÍTULO VIII

01 de abril del 2013 – New York - Usa

Un día lluvioso es igual a un día perfecto para quedarse en cama, viendo películas y comiendo helado o al menos eso era lo que creía Camila, la rizada había pasado toda la mañana y gran parte de la tarde viendo cientos de películas románticas, mientras comía helado. Sólo estaban ella, su cama, el helado y la televisión, lo único que le faltaba era su alfa y estaría todo completamente perfecto.

La pequeña Omega soltó un bostezo, moría de sueño, pero quería esperar a que su alfa llegará por fin a casa, necesitaba inhalar un poco del aroma de la ojiverde para poder dormir tranquila.

Estaba luchando por que sus ojos no se cerrarán cuando escucho como la puerta de entrada se abría y se cerraba, justo a tiempo, estaba por quedarse dormida. La alfa entró inundando toda la habitación con su aroma, sonriendo al ver a su Omega esforzarse por mantener sus ojitos abiertos.

– ¿Por qué no te has dormido aún? – susurró despacio acariciando la carita de la Omega –

– Quería esperarte – la Omega susurró de vuelta, abrazando a su alfa y enterrando su cara en la fuente de aroma de esta –

Ronroneo llenándose del fuerte aroma de su alfa, bostezando un par de veces, dejándose ganar del sueño y cayendo por fin en los brazos de Morfeo.

La alfa suspiro dejando un pequeño beso en la frente de su omega, separándose un poco al notar que ya estaba completamente dormida, tomó el control remoto, apagando el televisor. Se deshizo de sus zapatos y cambio su ropa por una pijama cómoda, lavó sus dientes y su cara, estaba lo suficientemente cansada como para darse una ducha.

Se acostó al lado de su omega, quedándose dormida al instante que puso su cabeza sobre la cómoda almohada.

♧♣︎♧♣︎

– ¿Qué quieres pedir? – preguntó la ojiverde a su omega, mientras miraba el menú de aquella cafetería –

– No lo sé, tal vez panqueques con frutas por encima y ya –  

– ¿Estás segura que nada más? – preguntó recibiendo un asentimiento como respuesta –

La alfa sonrió a su omega, tomando su pequeña mano entre las suyas y acariciaba el dorso de esta.

Levantó su mano llamando a una de las meseras, quien rápidamente se acercó a tomar sus órdenes.

– Estaba pensando en que después de desayunar podríamos ir a algún lugar y pasar la tarde juntas, ya sabes –

La Omega chillo ante aquello, sonriendo en grande.

– Acaba de salir una nueva y quería verla contigo, ¿podemos ir a ver esa? – sus ojitos brillaban –

La alfa sonrió mirando a su Omega tiernamente, mientras asentía a la petición de esta.

– ¿Y de qué trata? – intentó hacer plática mientras llegaba el desayuno –

– Es de amor – chillo nuevamente –

La alfa sonrió tiernamente mirando a su Omega, observando detalladamente y amando cada gesto que esta hacía, amaba con su alma a su Omega y claro que sí tiene que ver una de esas típicas películas cliché de romance que tanto detesta, las verá, sólo porque su Omega quiere verla, ella cumpliría cualquier cosa que su rizada le pidiera sin pensarlo dos veces.