El fuego de leña crepitaba agudamente en la chimenea de piedra que iluminaba las paredes forradas de estanterías de la oficina privada de una tal Seras Victoria, también conocida como Victoria Demetrios. Fue a mediados de la década de 1960 y Seras finalmente estaba cosechando los beneficios de sus cuidadosos esfuerzos desde el final de la Segunda Guerra Mundial, no es que alguien supiera que era ella, por supuesto. Nadie en los escalones públicos superiores sabía que Seras existía y ella lo prefería de esa manera.
Nadie sabía que ella era una de las personas poderosas detrás de la reestructuración económica y de infraestructura en Rumania, que tenía sus dedos en muchos pasteles que eventualmente la llevarían a ser uno de los gobernantes en la sombra de Rumania. No fue difícil para alguien con conocimientos, alguien con el poder de influir en las mentes, alguien dispuesta a eliminar a los obstinados detractores para que sus sugerencias se pusieran en práctica. Por supuesto, solo una fracción del dinero estaba a su nombre, pero tenía un fondo para sobornos lo suficientemente grande como para comprar varios pueblos pequeños y convertirlos en su patio de recreo personal. Si ella quisiera.
-Victoria, ¿tienes un momento?-
Ella podía escuchar a Erik claramente, como si estuviera parado a su lado aunque en realidad estaba en su propia oficina al final del pasillo. Cogió el antiguo (para ella) teléfono y marcó para contactarse.
-Me pillaste en un buen momento Erik. Trae las cosas buenas para celebrar-
Seis minutos después se abrió la puerta y entró Erik. El tiene treinta y tantos años ahora, con un rostro bastante saturnino, líneas afiladas y labios finos, una entrada de cabello en retroceso. Sus ojos eran todavía de un azul helado penetrante. Esta vestido con un traje gris claro combinado con una camisa azul claro y una corbata a rayas azul oscuro y plateada. Puso el maletín que llevaba encima de su escritorio y lo abrió, sacando una carpeta que luego le pasó a Seras.
Seras escaneó rápidamente el contenido y una brillante sonrisa se extendió por su rostro.
-¡Lo has hecho!- ella chilló -¡Tienes permiso para arrendar Cetatea Poenari por cincuenta años!-
-Fue lo más lejos que ellos estuvieron de acuerdo- agregó Erik con una sonrisa de suficiencia -Originalmente apuntaba a cien años-
Seras hizo un gesto desdeñoso -Dentro de cuarenta años, estarán más que felices de vendérmela directamente por dinero en efectivo- Escaneó los detalles haciendo suaves sonidos felices. –Perfecto- ella declaró -También te las arreglaste para robar derechos económicos a la tierra-
Erik se encogió de hombros -Ahora mismo la rentabilidad económica y de actividad es cero. Solo unos pocos granjeros y pastores escarbando. El gobierno estuvo más que feliz de incluirlos-
Seras asintió pensativamente -Tendré que ocultar todas las mejoras durante algunas décadas-
-No todo- advirtió Erik –Ellos están esperando algunos pequeños ingresos de esto-
-Por supuesto-
-¿Puedes pagarlo?- preguntó sin rodeos. Tenía una buena idea sobre su influencia, pero la mayor parte estaba ligada a inversiones actuales.
Seras sonrió con aire de suficiencia -Puedo. Mi pequeño nido de ahorros ha llegado. Debería tener suficiente para hacer las mejoras que quiero-
Erik frunció el ceño -Parece que te vas a mudar allí-
-Lo estaré- Ella se alegró cuando él simplemente esperó con una mirada expectante una explicación -Hacer un glamour de esta escala no va a ser fácil. No es cautivar a algunas almas simples para realizar acciones particulares. Tengo que esconder toda una extensión de tierra, crear una ilusión de ruinas-
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Una segunda oportunidad
VampireSeras Victoria tiene una segunda oportunidad y está decidida a aprovecharla al máximo... para mejorar las cosas. Pero no para Hellsing. fics de sarhea, fics traducido