Con segundas oportunidades 2

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Como era de esperar, fueron recibidos en el aeropuerto por una limusina con chofer.

-Magnus debe haberlo enviado- Seras explicó una vez que el vehículo fue devanado por las calles de Bucarest.

Alucard frunció el ceño levemente -Magnus Lensher, tu principal sirviente humano-

Seras parpadeó sorprendida por la descripción -Yo no lo llamaría mi sirviente humano- protestó -Pero sí, él trabaja para mí-

Alucard sonrió -Como Walter acabara de trabajar para los Hellsing-

Seras frunció el ceño ferozmente -¡Magnus no es un traidor que apuñala por la espalda!- ella replicó bruscamente -Rescaté a su abuelo y bisabuela en la Segunda Guerra Mundial. Desde entonces han trabajado para mí-

-Es bastante extraño, que uno de los primeros vampiros FREAK sea tu primer sirviente vampiro-

Seras se encogió de hombros -Greta no es la típica FREAK. Ni siquiera lo estaba antes de que cortocircuitara el primitivo chip de computadora- Ella sonrió débilmente -También tiende a ser una entrometida, así que no te lo tomes como algo personal si trata de interrogarte-

Alucard se encogió de hombros y no dijo nada, pero algo en su sonrisa hizo que Seras desconfiara -Escúchame... Magnus es mi mano derecha, el que maneja la mayoría de mis asuntos humanos. Confío en él sin dudarlo- Ella le disparó a su compañero una mirada sofocante -No te atrevas a hacerle daño-

Alucard hizo un puchero -¿Ni siquiera puedo asustarlo? ¿Solo un poco?-

¡No!- Luego sonrió al sentir la verdadera razón detrás de los sentimientos antagónicos de Alucard -Alucard, soy su madrina. Presenté a sus abuelos juntos. ¡Le cambié los pañales!-

Eso sorprendió al vampiro mayor -¿En serio? ¿Te preguntaron?-

Seras dio un pequeño encogimiento de hombros -Su abuela Marina era Romani. Siguió las Viejas Costumbres hasta el día de su muerte. Yo también era la madrina de su padre-

Alucard asintió y se sumió en un cómodo silencio con una expresión pensativa.

Después de un tiempo, la limusina se detuvo en un camino privado frente a una casa adosada de buen tamaño. A pesar de que era de día y esta nublado, no es que realmente importara ya que ambos vampiros eran lo suficientemente poderosos como para no verse afectados por la luz del sol.

Seras era muy consciente de que Alucard la seguía, solo unos pasos detrás, con los ojos en sus caderas, observando cómo se quitaba el abrigo y se lo entregaba a una criada.

-El señor Lensherr los está esperando en el estudio- les informaron.

Seras no necesitaba direcciones. La casa de la ciudad había pertenecido a ella. Se lo había regalado a Erik y Marina después del nacimiento de su primer hijo, una niña.

Magnus los estaba esperando con una botella de vino de sangre recién abierta.

-Gracias, Magnus- murmuró Seras mientras aceptaba el vaso y bebía profundamente. Se sentía más que un poco hambrienta y no era solo por el largo viaje y la luz del día.

Ella sirvió un vaso nuevo y se lo pasó a Alucard, quien se contentó con beberlo lentamente. Seras hizo las presentaciones apropiadas -Alucard, mi mano derecha Magnus Lensherr. Magnus, este es Alucard- Los tres se sentaron en la disposición en forma de L de sillas acolchadas después de que Seras se tomó un momento para volver a llenar su propio vaso.

-¿Algún problema?- preguntó Magnus. Era atractivo con rasgos y coloración muy similares a sus antepasados masculinos. Al crecer en una familia acomodada en una era estable, tenía una perspectiva más sofisticada e intelectual que su abuelo Erik y su padre Josef.

Una segunda oportunidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora