Sus rodillas se doblaron cuando las imágenes la golpearon; fantasías sexuales sucias, mugrosas y explícitas que involucran a los dos. Uno en particular se destacó del resto. Ella se apartó, rompiendo el beso.
-Imposible- ella siseó.
-¿Cuál?- el preguntó. Ella podía oler la sangre en su aliento, de ella y de él.
Seras no pudo evitar responder -El lobo-
Él se rio -¿Es realmente imposible?-
-¡Está mal!- ella gritó.
En el siguiente segundo, Alucard desapareció y había un enorme lobo de pelaje negro frente a Seras. Ella lo reconoció como una de sus formas de cambio. Ella nunca se había molestado en aprender a cambiar a formas animales porque no era práctico tener una gran forma de depredador en la era moderna o para la guerra urbana. Y había demasiado riesgo de perderse en los instintos del depredador de cazar sin un vampiro más fuerte que la trajera de vuelta si fuera necesario.
Cada instinto primario dentro de ella le gritaba que se acostara y se diera la vuelta, para exponer su vientre y garganta a este depredador más fuerte. El creciente calor líquido entre sus muslos hizo que quisiera arrodillarse a cuatro patas y presentarse ante su compañero. Sin pensamiento consciente se encontró haciendo precisamente eso. Luego se detuvo y dio un paso atrás. Sacudió la cabeza violentamente, tratando de despejar el aturdimiento que impregnaba su cerebro. ¿Qué le estaba haciendo?
-Tus instintos saben lo que tu mente consciente no- le dijo a través de su vínculo mental.
-Está mal- ella dijo en voz alta.
-Si deseas negar esto, entonces corre- el gruñó.
Seras se debate entre correr y mantenerse firme. El instinto de huir venció y se fue.
Ella cconoce mejor la tierra: las sutiles subidas y bajadas, y las madrigueras de conejo que tomarían desprevenido al excursionista inexperto. Usó ese conocimiento lo mejor que pudo. Intentó caminar por las sombras y abrir un portal, pero por alguna razón no pudo lograr ninguna de las dos hazañas.
-Por supuesto que no pequeña- el le dijo burlonamente -Eso terminaría nuestro juego muy rápido-
El está vinculado a la red de protección y tenía mucha más experiencia en la creación y manipulación de defensas mágicas que Seras.
Ella siseó cuando una garra pesada golpeó la parte posterior de sus muslos, desgarrando su falda pero dejando solo cortes superficiales en su carne. Sanaron incluso cuando ella se giró para evitar su segundo ataque, poniendo un árbol entre los dos
-Sería antideportivo ponerte en desventaja tan pronto en el juego-
No le tomó mucho tiempo detectar y explotar una oportunidad.
Seras gritó cuando dos patas aterrizaron en sus omóplatos seguidas por una gran masa y peso. Si se tratara de una batalla real, se habría torcido y desviado el peso, pero esta vez no tuvo ninguna advertencia, ya que fue empujada al suelo, sobre las manos y las rodillas.
Podía ver sus patas delanteras con las patas plantadas en el suelo justo en frente de sus hombros atrapándola debajo de él, sentir el calor que emanaba de su enorme forma, su cálido aliento en la parte posterior de su cuello, el suave y sedoso pelaje contra su piel expuesta, su polla erecta entre sus piernas mientras se empujaba contra ella. Lo único que le impedía penetrarla eran sus bragas. Alucard gruñó por encima de ella y sintió fríos zarcillos —sus sombras— deslizarse por sus muslos hasta su centro. Un segundo después oyó que la tela se rasgaba y sintió pelo contra su sexo. Seras gimió y abrió las piernas, doblando los codos y bajando la cabeza para descansar sobre la hierba espinosa. Esperó a que él la penetrara, pero no lo hizo.
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Una segunda oportunidad
VampirSeras Victoria tiene una segunda oportunidad y está decidida a aprovecharla al máximo... para mejorar las cosas. Pero no para Hellsing. fics de sarhea, fics traducido